Montmartre
Desde pequeña mi sueño es viajar, poder coger la maleta y conocer otras culturas, otros lugares, otras gentes, otras comidas, otras formas de ver el mundo. Pero si tengo que elegir un lugar al que siempre volvería ese siempre es París. Un lugar que en mis recuerdos evoca una emoción inimitable, tengo amigas que me hablan de Praga, de Florencia, de Nueva York pero ninguna de sus historias me llenan tanto como el recuerdo de París, cada vez que vuelvo encuentro algo nuevo, más emocionante si cabe... en este último viaje fue Montmartre.
Localizado en las faldas de una colina, este barrio está dominado por la gran iglesia del Sagrado Corazón, de color blanco se alza majestuosa con su silueta bulbosa sobre nosotros.
En principio suele ser el gran aliciente para venir hasta este lugar, ya sea por las maravillosas vistas de la ciudad que se pueden observar desde su mirador, o porque a sus pies, justo donde comienzan las escaleras de acceso (dejo constancia de que no os agobiéis, justo a la izquierda hay un funicular para subir más cómodamente) se encuentra el famoso carrusel que aparece en la película de Amelie. En principio, en este viaje esa era la idea, recorrernos los lugares que aparecían en esta película, con tiempo para pasear. Tonta de mi creía que nos sobraría y volveríamos por donde habíamos venido mucho antes, pero no, cual fue nuestra sorpresa cuando echamos a andar y encontramos uno de los barrios más bellos de la gran ciudad de la luz.
Según íbamos andando de camino a la cafetería de Amelie, el "Café des Deux Molins", justo donde empieza la calle Lepic, fuimos descubriendo lugares únicos, tiendas en las que te perderías entre sus libros, sus cuadros, su ropa... no me extraña que éste fuera el lugar cuna del impresionismo, del fauvismo e incluso del cubismo. Se respira un aire bohemio entre sus muros, perderse por sus calles, salir a una plaza y mezclarte con su gente, con pintores itinerantes, o con comerciantes, todos hablando en francés, ese idioma tintineante que me hipnotiza.
Siempre que vengo a París, de una manera u otra acabo en esta cafetería que tiene cierta atracción sobre mi. Cuál fue mi sorpresa cuando vi que habían cambiado el diseño de la carta! Quien se fija en eso? Pues, yo. Tras un par de cafés, y por recomendaciones, decidimos dejarnos llevar a través de la calle Lepic, donde se encuentra la casa donde por un pequeño espacio de tiempo vivieron Vicent Van Gogh y su hermano Theo, o el más que famoso Moulin de la Galette el cual fue inspiración para muchos grandes artistas, representado por Renoir, Lautrec o Picasso entre otros.
Este barrio durante siglos ha tenido muy mala fama, debido a que en el que localizaban los burdeles de la época, si que es cierto, que cerca de Pigalle, se ven bastantes locales de striptease, sexy shops y espectáculos en vivo, unidos a los locales de variedades, pero que hubiera sido de este barrio sin ellos, toda la cultura surgida en él, gira alrededor de estos salones, sólo hay que acordarse del famoso y tan turístico Moulin Rouge.
Este barrio está hecho para perderse está claro, cada vez que hablo con alguien sobre cómo me sentí aquí se crea una luz especial en sus ojos, y su boca no deja de recomendarme rincones o lugares que ha descubierto por su parte para visitar. Me he decidido y he destinado en mi agenda un pequeño espacio para recogerlos, porque sé que algún día (no muy lejano) volveré. Os dejo alguna de esas recomendaciones, a ver si alguno se anima a decirme que tal están, o si tenéis algo nuevo que puedo anotar, os estaría muy agradecida:
- Cementerio de Montmartre: en él hay un sinfín de poetas, dramaturgos, pintores, actrices, y además personajes enterrados, con bellas esculturas decorando sus tumbas. Por lo que me han contado, incluso hay una que representa al Moisés de Miguel Ángel, el cual visité en Roma no hace mucho, habrá que comprobarlo. La verdad es que he pasado por él, pero no me he atrevido a entrar, cuando te diriges hacia su puerta pasas por un puente encima de él, y la verdad es que me dio un poco de “miedo”, así que decidí dejarlo para otra visita. Además me han dicho que los atardeceres son preciosos.
- El muro de los te quiero: está ubicado en la Place des Abbesses, en el parque de Jehan Rictus. Es una pared de loza azul donde la gente al igual que en Florencia colocan sus candados a modo de jurar amor eterno a su pareja, aquí se pueden observar frases de amor en decenas de idiomas diferentes (aunque en los múltiples puentes de París se puede observar el amor de miles de personas).
- Mercadillos de Montmartre: me han comentado varias personas que este barrio está salpicado de pequeños mercadillos de ropa y elementos vintage... a ver si me pongo al día buscando direcciones, en Londres me quedé con ganas de ver Portobello.
Lo dicho, espero joyas de lugares nuevos ;)
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