El Arco del Triunfo impresiona...

Manos a la obra y a conocer París

Ya por la mañana y sin madrugar demasiado, me preparé lo básico para salir a conocer de una vez por todas Paris. Como el viaje seguía siendo “low cost”, metí en la mochila todo lo que necesitaba para subsistir durante aquel largo día, y sigo vivo, así que no lo hice del todo mal. La opción más barata normalmente para un viaje de este tipo, es llevarse uno mismo los bocadillos/sándwiches hechos de casa, pero lo cierto es que comprar un bocadillo por París tampoco resultaba extremadamente caro, ya que les podías encontrar por cualquier esquina por unos 5 euros con bebida. Además, antes de salir de casa, hice un planning para no perderme ninguno de los principales puntos de la ciudad y la verdad es que me quedó de maravilla.

Al estar a las afueras, en Vincennes, el metro iba a ser mi principal y único medio de transporte y es que para moverse por París, no hay un método mejor ni más económico. El precio del billete el día anterior me constó 1,80 euros y era un billete para un único trayecto de ida. Pero esta vez cogí un bono que incluía doce viajes (creo recordar) y salía mucho más económico. Había diferentes ofertas y dependiendo por las zonas por las que te fueras a mover había que pagar más o menos, pero para mi fue más que suficiente.

El día estaba muy soleado y era un precioso día de primavera, por lo que lo primero que visitaría serían los monumentos mundialmente conocidos de París. Cogí el metro en Château de Vincennes y marqué en el mapa el Arco del Triunfo como primera parada. Moverse por el metro de París es de lo más sencillo aunque pueda parecer una tarea de lo más difícil, pero al igual que todos lo metros del mundo (que conozco), el de París está lleno de señales e indicadores por todos los lados. La línea 1 recorre todo París de este a oeste, así que no tuve que cambiar de línea, por lo que en 10 minutos estaba en la parada Charles de Gaulle, la mía.

El Arco del Triunfo ¡Impresiona!

El Arco del Triunfo se encuentra al final de los Campos Elíseos por lo que lo primero que vi nada más subir por las escaleras de la parada y salir a la calle, fue una enorme vía por la que paseaba mucha gente y mucho turista como yo, por supuesto. Al darme la vuelta, allí estaba, el Arco del Triunfo y creedme, impresiona. Me lo imaginaba como un monumento simbólico, algo que tiene más fama de lo que se merece, pero es grande, muy grande y alrededor suyo hay una gran rotonda con ni se el número de carriles, por donde no paraban de pasar coches. Lo primero que pensé fue, a ver como paso yo hasta ese islote de piedra sin que me atropelle ningún coche y teniendo en cuenta que no hay paso de cebra… Tonto de mi, pensaba que podría subir sin arriba del todo sin pagar ni un solo euro, o uno u dos quizás… Ya me percaté de que la gente entraba como por una boca de metro por lo que me acerqué a ver de qué se trataba. Al entrar me topé en el interior con una cola enorme de gente, y mirando al inicio de esta, vi que había unas taquillas. El precio me asustó un poco y puede que os parezca un tacaño, ya que vas hay que subir y demás tópicos… Pero lo cierto es que el viaje era “low cost” y tenía que ser firme en ese sentido si quería llegar a Alemania y volver a Saint Nazaire. Costaba unos 10 euros incluyendo la visita del museo del Arco del Triunfo y subir a la azotea. También influyó en el que no subiera, las obras que tenían uno de los lados del arco medio tapado, pero el caso es que me tuve que dedicar a hacer fotos desde fuera.

Durante al menos veinte minutos estuve yo solo contemplando aquel pedazo pedrusco construido en honor a los caídos por Francia y no paraba de impresionarme. También estuve a punto de presenciar dos o tres atropellos de inconscientes que como yo antes de ver la entrada al Arco, pensaban que era una buena idea pasar corriendo entre los coches. Lo cierto es que dichosos monumento me gustó, pero tenía muchas cosas aún por ver y no me iba a estar una hora viendo aquel montón de piedra tan imponente, por lo que me puse de nuevo en marcha. El siguiente punto del mapa estaba claro, la Torre Eiffel.

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