Alojamiento, viajes, universidad, amigos internacionales y actividades
Alojamiento
Los altísimos precios que piden por el alojamiento en París valen mucho la pena cuando puedes escuchar literalmente las campanas de Notre Dame (y sus ridículos bing bong) cada mañana.
Sin embargo, algunas personas son capaces de encontrar una habitación o un espacio lo suficientemente grande como para vivir en él en un distrito decente y otras no lo son. París sigue siendo una ciudad maravillosa, no importa donde te alojes.
En realidad, encontrar alojamiento es difícil, imposible. Yo tuve mucha suerte de poder vivir en el V Distrito de París, que se encuentra a 8 minutos caminando de la Universidad de la Sorbona, a 3 minutos de la catedral de Notre Dame, a 6 minutos del Hotel Ville y, lo más importante, a 4 minutos de una crepería; además, hay una panadería justo cruzando la calle.
Era muy, muy caro, pero valió mucho la pena. Compartía el apartamento con otras dos personas, pero lo mejor era que la cocina era lo suficientemente grande como para que pudiesen utilizarla 5 personas. Esto significa que era perfecta para invitar a nuestros nuevos amigos internacionales y así poder tomar un poco de vino barato (1, 50 euros) y escuchar música francesa anticuada (sí, a todo el mundo le sigue encantando Stromae).
Adjunto algunas fotos de las vistas que tenía desde mi ventana y de mis amigos internacionales (y yo) en una de nuestras muchas «soirées». Las facturas estaban incluidas en el alquiler del piso, ¡perfecto!. No tenía que desplazarme hasta la lavandería cargando con toda mi ropa sucia y gastarme 8 euros en un ciclo de lavado. Además, cuando nieva, París es preciosa... pero poder encender el calentador y ducharme con agua caliente no tenía precio.
Además, os voy a dar un consejo, aseguraos de que vivís cerca de una estación de metro. Cuando llueve a cántaros (una expresión que les encanta a los franceses) o es la 1 de la mañana y has cogido el último metro de la noche, solo quieres llegar a casa cuanto antes.
¡Mi calle era magnífica!
Viajes
El «Passe Navigo», viajes internacionales y el metro
Comprad el «Passe Navigo» para estudiantes, tendréis el superpoder de viajar gratuitamente por toda la ciudad de París y sus alrededores. De esta forma, ahorraréis dinero y, sinceramente, a veces estamos muy ocupados y simplemente queremos coger el metro sin complicaciones. Además, con esta tarjeta pude viajar por los alrededores de la ciudad, los que nadie suele visitar. Encontré varios suburbios extraños, algunos parques preciosos y tranquilos, bosques e incluso supermercados baratos. ¿Quién iba a decirlo? Aparte, el «Passe Navigo» te permite ir hasta... ¡Disneyland Paris!
El metro es el mejor modo de verlo todo en París. En él, encontraréis el sentido del estilo parisino, practicaréis cómo parecer de mal humor pero sexy a la vez, y también es una manera de ver ratas mientras viajas.
Es precioso viajar por Francia. Como soy del Reino Unido y no del continente europeo, no estaba acostumbrada a encontrar billetes de autobús a Ámsterdam por 10 € o billetes de tren a Bruselas por 15 €. Es una oportunidad increíble para viajar alrededor de Francia y por toda Europa en general. Todo esto terminará cuando el Brexit entre en vigor y viajar se vuelva mucho más complicado. En esta foto estoy observando melancólicamente unos acantilados en Marsella, son geniales ¿verdad?
Viajes baratos en autobús por toda Europa.
La universidad y mis amigos internacionales
El sistema educativo es algo arcaico, los trabajos se hacen por escrito, y mis compañeros son algunas de las personas más maravillosas y abiertas que he conocido nunca.
¡La universidad es muy bonita! Aquí os dejo una foto mía sentada en las escaleras de la Sorbona. Verdaderamente, es diferente a todos los edificios en los que he entrado hasta ahora, ¡sin mencionar que tuve la oportunidad de estresarme por los exámenes en la Universidad de la Sorbona!
La Sorbona es impresionante y muy antigua (así como los libros de texto y los métodos educativos de los profesores franceses). ¡Es toda una experiencia! Aquí haréis amigos procedentes de otros muchos países que os tenderán la mano y os ayudarán a lidiar con el estrés mientras os peleáis con las lecciones juntos. Aparte de lo difícil que me resultó aprenderme el tema sobre la polític económica del siglo XVIII, realmente disfruté la experiencia de aprender en un edificio francés tan antiguo, mientras observaba una estatua de Victor Hugo y soñaba despierta con comerme un cruasán en el descanso mientras que todos los demás alumnos iban fuera a fumarse un cigarrillo.
Mis amigos internacionales son increíbles. Pasé la mayoría del tiempo discutiendo a cerca de cómo llaman los españoles a los personajes de Harry Potter y comparando himnos nacionales, pero todos teníamos algo en común que nos unía mucho (todos estábamos allí para experimentar la mejor parte de esta increíble ciudad, mejorar nuestra pretensión, aprender a hablar francés con fluidez y pasárnoslo muy bien). Y por eso lloramos cuando nos despedimos, porque decir adiós a un amigo que vive en otro país no es nada fácil. Darle un abrazo a un americano y prometer que nos reuniremos a la mitad del camino en alguna parte de Asia o comprar un billete de avión para ir a Nueva Zelanda no es tan sencillo. Tengo amigos procedentes de todas partes del mundo y no puedo esperar para poder reunirme con ellos en el futuro. En esta foto podréis ver gente de Italia, Países Bajos, Brasil, Suiza, Austria, Perú y América del Norte.
Actividades
Jamás de los jamases me he aburrido en esta ciudad.
París es la capital de un país europeo gigantesco por alguna razón. Yo fui voluntaria en una guardería, participé en un intercambio lingüístico que se realizaba en parques, bebí vino junto al río Sena, me senté en el césped de unos jardines muy bonitos y leí un libro, serví comida a los sin techo y salí mucho de fiesta. Ir a dar un paseo y volver a casa 4 horas después sin batería en el móvil de tanto sacar fotos a calles estrechas y cafeterías extravagantes es algo que jamás me sucedería en Birmingham; los puestos de fish and chips no pueden competir con las pastitas recién hechas que se venden en los mercados al aire libre por las mañanas.
Casi en cada esquina, hay restaurantes, cafeterías, panaderías y bares increíbles. Y existe una gran variedad, desde bares situados en la terraza de un edificio en los que se sirven cócteles exorbitantes a pequeños y adorables bistros situados juntos a tiendas vintage y pastelerías donde se pueden encontrar «éclairs» recién hechos.
Otra cosa genial es que se pueden hacer muchas actividades gratuitamente. Si tenéis entre 16 y 25 años y perteneces a la UE (#Brexit), podréis entrar gratis a la mayoría de los museos más importantes y en los palacios como Versalles y Fontainebleu, el Museo del Louvre y los preciosos Jardines de las Tullerías, el Museo de Orsay y muchos otros lugares de interés. Podéis ir a la Ópera de la Bastilla y la Comedia Francesa por 5 € y a la Ópera Garnier por 10 € (¡yo me senté incluso al lado de unas personas que habían pagado 90 € por sus entradas! ). Las deliciosas pizzas hechas en un horno de leña de la «Pizza Popolare» cuestan 5 € y las crêpes Nutella recién hechas del los puestos de la Rue Mouffetard (mis favoritas) cuestan 2 €.
Mis lugares favoritos son los Jardines de Luxemburgo y el palacio de Luxemburgo.
La comida en París es increíble. Recordad que, como vegetariana que soy, una de las cosas que no me pone triste de marcharme de París son los menús limitados, y como vegana... ¡es mejor pensárselo dos veces! Dejando a un lado los 5 € que me costaba un mango, voy a echar de menos el olor de la «beurre-cannelle» (mantequilla y canela) y del pan recién hecho cada mañana. Y otra de las cosas que segurísimo que no voy a echar de menos son las enormes ratas con las que me crucé una noche.
Si queréis hacerlos voluntarios/as, visitad este enlace.
Aquí os dejo algunas fotos de recuerdos maravillosos y algunos de los mejores momentos de toda mi vida.
París, voy a echarte de menos. ¡Volveré pronto!
¡À bientôt!
Galería de fotos
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