OSLO EN 2 DÍAS

De esto que estás aburrida en casa, empiezas a mirar viajes y te encuentras con un vuelo de Bremen a Oslo por 20€. Nada más encontrarlo, abres Whatsapp y lo comentas por el grupo de Erasmus. Solo nos separa una semana entre ese día y el del “supuesto” viaje, pero, ¡qué carajos, que estamos de Erasmus!

Solo debió de pasar una hora para que todos nosotros tuviésemos nuestro billete reservado. Era el primer viaje que hacía de Erasmus y estaba muy ilusionada.

Nosotros estuvimos tan solo tres días, pero realmente contarían como dos ya que el primer día llegamos a la noche. En las siguientes líneas os mostraré nuestro “planning” para esos dos días y espero que os sirva de ayuda.

Día 1

Bueno, de este día no hay mucho que contar, pero me gustaría remarcaros un par de anécdotas que nos ocurrieron. Cuando nos subimos al avión, uno de los azafatos, debido, quizás, a las apariencias y al acento, supo desde el primer momento nuestro origen, y nos comenzó a hablar en español. Después de un rato charlando con él nos comunicó que Ryanair, compañía con la que viajábamos, no iba a efectuar muchos más vuelos desde Bremen y que en el caso de querer viajar con la compañía tendríamos que trasladarnos a Hamburgo. Lo sé chicos, es una p****a, pero es lo que hay.

Una vez hubimos llegado a la capital noruega, tuvimos que coger un tren hasta la ciudad, porque, que no os engañen, el aeropuerto de Oslo no está en Oslo, se sitúa bastante lejos. Recuerdo estar más de una hora en tren. Bueno, el caso es, que nos quedamos un poco impactados ante las actitudes de algunos de sus pasajeros. La primera impresión vino cuando nos montamos y vimos que nadie de alrededor hablaba. ¡Estos noruegos, cómo son! -pensamos. Hasta que de repente se nos acercó uno de los trabajadores del tren advirtiéndonos que si no parábamos de hablar nos iba a tener que expulsar del vagón del silencio. Y es que, aunque parezca mentira, no nos habíamos percatado de los grandes carteles de silencio por todas partes; por no mencionar el tonito de voz con el que solemos hablar los españoles.

Y la otra, todavía más bizarra, es la actitud del pasajero situado enfrente de mí. Y es que sus zapatos se encontraban en el suelo, y él estaba sentado de una manera “demasiado” cómoda para estar montado en un tren. Por no mencionar el aroma que se respiraba en el ambiente: olor a queso Roquefort podrido. Fueron varios los esfuerzos que tuve que hacer para no pronunciar ninguna arcada.

Día 2

Nuestro primer día como turistas empezó bien temprano, para mi desgracia, porque era incapaz de mantener los ojos abiertos por más de un minuto. Habíamos cogido un Free Tour a las 10:00, así que nos dirigimos al punto de quedada, el Jernbanetorget.Después caminamos por al lado de la Ópera de Oslo, que he de decir, es uno de los sitios más chulos que ofrece Oslo. Además si tenéis la opción de visitarla en un día soleado, más que mejor.

Caminamos por la calle Trondheimsveien hasta llegar a Christiania Torv, una plaza con diversos monumentos históricos, como por ejemplo el Antiguo Ayuntamiento. He de decir que no me encontraba ni con el humor ni con las ganas de estar prestando atención así que perdonadme que me salte más de un dato (o la mayoría). A continuación nos dirigimos a Aker Brygge, un lugar cerca del muelle donde se encuentran restaurantes en donde tomar algo si no eres estudiante y tienes unos buenos ingresos mensuales. Después, fuimos a ver el ayuntamiento actual de Oslo, un edificio que para mi gusto, se alejaba de lo que podríamos considerar bonito; y es que es un edificio que recuerda mucho a las construcciones soviéticas. Sin embargo, dentro contenía una sorpresa, puesto que en el interior, se encuentran pinturas en las paredes y una de ellas, la que más me llamó la atención, muestra la identidad trabajadora de los noruegos.

Más tarde, nos movimos hacia el Teatro Nacional y después a la Puerta de Karl Johans, una de las calles principales de la ciudad y donde se encuentran la mayoría de comercios.

Finalmente acabamos nuestro Free Tour con la visita al Parlamento Noruego; junto con la Ópera lo considero uno de los edificios más bonitos de la ciudad y dado el clima soleado, aprovechamos mis amigos y yo para tomarnos unas fotos.

El Free Tour nos tomó gran parte de la mañana, y no estábamos seguros de si llegaríamos al cambio de guardia del Palacio Real a la 13:30. Afortunadamente, llegamos y pudimos verlo, así que si tenéis la opción de poder verlo, os lo recomiendo.

Como buenos estudiantes erasmus con presupuestos limitados, sacamos nuestros tuppers de arroz y comenzamos a comerlos en las escaleras. Y es que Oslo es una ciudad muy cara; para que os hagáis una idea, el pan sobrepasaba los tres euros en el supermercado. Os aconsejo que dejéis hueco en la maleta y os metáis comida si no queréis arruinaros en dos días.

Para acabar nuestro día, fuimos a cenar al barrio bohemio, Grunerlokka, donde, sorprendentemente, encontramos una hamburguesería con precios parecidos a los de España.

Día 3

Este día lo llamaremos el “día de los museos”, puesto que lo dedicamos principalmente a ellos. Primero visitamos el museo de los vikingos, Viking Ship Museum; a mí no es que me hiciese especial ilusión porque no es uno de los temas que me interese, pero muchos de mis amigos eran y siguen siendo fans empedernidos de la serie Vikingos y entonces no me quedó otra que ceder. Al final, no me resultó aburrido ni nada, es más, me gustó. No es un museo especialmente grande pero hay bastante de donde aprender.

Una vez hubimos comido en las mesas que estaban situadas fuera del museo, nos dirigimos al National Gallery de Oslo, donde se podían visitar varios cuadros del artista Munch, entre otros, El Grito. No os voy a mentir con que no nos sacásemos una foto con el cuadro imitando el gesto; pero comprenderéis que por motivos de reputación no os lo muestre.

Una vez que acabamos con los museos, nos fuimos a Vigeland o parque de las estatuas. Yo lo considero la guinda de Oslo; y es que este parque, como su nombre indica, está repleto de estatuas de todo tipo. Pero lo mejor, es que al ser tan grande, se puede hacer footing o hacer un picnic. He de decir, que yo me quedé embobada con todas aquellas estatuas.

Finalmente, como nuestro avión salía a la tarde y teníamos que coger el tren de vuelta al aeropuerto, volvimos a la Ópera para sacarnos las fotos que no nos pudimos sacar en el Free Tour, ya que la estación se encontraba muy cerquita.

A mí Oslo en general no es una ciudad que me haya impresionado en exceso; no obstante, sí que considero que tiene dos o tres atracciones, como ya he mencionado, que se salen de la media. Yo sí os recomiendo visitarlo, aunque si no vais por las auroras boreales a Noruega, yo os recomendaría visitar la ciudad durante épocas de sol porque si no se queda un poco triste.

Espero que os haya servido de guía o de ayuda.