Oslo, la ciudad de ensueño

Cuando alguien te pregunta sobre dónde te gustaría vivir en un futuro, ¿cuál es el primer sitio que se te viene a la cabeza?

A mi ya no me queda ninguna duda, me iría a Oslo. 

La primera vez que pisas esa ciudad ves como te envuelve en algo que no sabes lo que es, sientes que estás en casa, arropada por el primer desconocido con el que te cruzas por la calle. 

Todo allí es amabilidad, buenas caras y gente dispuesta a ayudarte en cualquier momento. Simplemente tiene una pega para el resto de personas que no viven alli, su nivel de vida. Tienen unos precios considerablemente altos, pero es que allí todo va en relación.

Quizá no sea la ciudad más turistica del mundo pero lo que esta claro es que sí es una ciudad para ver, una y otra vez. 

Las puestas de sol son increibles, y dar un paseo por el puerto realmente no tiene precio, simplemente sentarte en un banco a ver pasar la tarde puede ser el mejor plan que tengas. 

Obviamente el frío también va a estar presente en todos los paseos que des y siempre que salgas de casa, prepárate para salir de casa con guantes, gorro y todo lo que te puedas imaginar, pues esta va a ser la única forma de paliar el gran enemigo de los países nórdicos; pero ni eso es sufiente barrera para salir a descubrir su belleza. 

En invierno es realmente encantadora, tiene un montón de mercadillos en las zonas más emblemáticas con pistas de patinaje las cual no necesitan demasiados cuidados, ya que el frío se encarga de ellas, donde la gente reparte mandarinas, ya que es lo típico de la época y galletitas de jengibre con un vasito de vino caliente, que obviamente, para gustos los colores, pero en mi opinión no tiene nada que hacer contra el vino frío que estamos acostumbrados a beber. 

Pequeñas fogatas con bancos al rededor para que pases un rato a calentarte estan distribuidas en estas zonas, donde puedes pasar un ratito realmente acogerdor. 

En fin, no te quiero desvelar todas las sorpresas, así que si tienes oportunidad, no dudes en ir a conocerlo, no volverás indiferente. 

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