Noruega nostálgica: otro paraíso en la tierra

Debía de ser muy pequeña cuando oí hablar por primera vez de Noruega. Siempre he oído de ella cuando había un discurso sobre los países con mayor nivel de vida, altos salarios y sí, un nivel de vida caro. Incluso antes de ver fotos del país, siempre me había imaginado un país con mucho verde, carreteras impolutas y casitas situadas a una distancia adecuada, sin mucha gente.

Antes de partir y estimación de los gastos:

Tras llegar a Polonia, no pensé mucho en ir a ver Noruega. Pero un día, mientras buscaba billetes aleatorios en Skyscanner, encontré una oferta de Ryanair tan barata que no pude dejarla pasar. Había un billete de Varsovia a Oslo que costaba solamente 8 euros. Ahora que había ido a Noruega, no quería perderme a su vecina, Suecia. Y adivina, encontré el billete de Estocolmo a Varsovia por el mismo precio de 8 euros. Para viajar desde Oslo a Estocolmo, encontré un billete con Flixbus que costaba unos 16 euros, pero puedes encontrar uno más barato incluso, dependiendo de las fechas. Para el alojamiento usé Airbnb; encontrar una opción barata en el centro de la ciudad es casi imposible, pero puedes ver sitios ligeramente lejos del centro por precios más baratos. No obstante, los hostales son otra opción barata. Deberías mentalizarte de que vas a pagar unos 25 euros la noche por persona.

De Varsovia al Aeropuerto de Modlin

Una vez comprados los billetes, descubrí que el aeropuerto estaba bastante lejos de la ciudad de Varsovia y que necesitaba coger un autobús especial desde el centro. El precio del autobús de Modlin era de unos 8 euros. No obstante, estoy segura de que hay otros métodos, aunque quizás consuman más tiempo y requieran cambiar de tranvía y autobús. Por ejemplo, a nuestra vuelta descubrimos otro servicio que costaba unos 4, 50 euros. Primero cogerás el bus desde el aeropuerto a la estación de tren, y de ahí a Varsovia. No fue muy ajetreado tampoco porque no necesitabas comprar los billetes por separado; te venden este pack completo en el aeropuerto más bien.

Del Aeropuerto de Torp a Oslo:

Otra pequeña sorpresa: el Aeropuerto de Torp Sandefjord también estaba bastante lejos de Oslo. Tardamos una hora y cuarenta minutos en bus. Y el bus también era bastante caro, la tarifa de estudiante era de 20 euros y el precio normal del billete era incluso más caro. Así pues, todas estas transferencias "desde y hacia el aeropuerto" compensaron por los billetes de avión tan baratos que habíamos comprado. Espero que entiendas qué quiero decir con "compensar" aquí.

¡Aun así no me arrepiento! ¿Por qué? Intentaré explicarlo y mostrároslo en mi blog.

Llegar al alojamiento:

Para llegar al apartamento desde el centro de la ciudad, cogimos un tren. Tardamos unos 10 minutos. Era un vecindario bonito con casas típicas noruegas. Con mucho esfuerzo y tras varios intentos, finalmente encontramos la casa. Lo cierto es que estaba situada justo enfrente nuestra, lo que pasaba era que no estábamos seguros de si era esa. La propietaria nos había avisado ya de que no estaría en casa. Encontrar la llave también supuso algo de dificultad y habilidades aprendidas en las películas de detectives y misterio. Ya era tarde y de noche. Solo un día antes, Oslo había tenido la primera nevada de este invierno. Así que nos quedamos en la casa aquel día.

Explorando finalmente Oslo:

A la mañana siguiente, cogimos un tren a la Estación Central de Oslo. Cabe mencionar que un solo ticket allí cuesta de 3 a 5 euros, dependiendo del destino.

Salimos de la estación y un espléndido, alegre y brillante Oslo nos estaba esperando. Lo primero que ves es este león, tigre o jaguar o este nosequé de la familia de los félidos, no soy experta en este área así que podéis verlo en la foto y juzgar vosotros mismos. Todo el mundo se estaba haciendo fotos con él y sentándose en su cola. Es una buena idea intentarlo, ya que los de verdad no te darán esa oportunidad.

Noruega nostálgica: otro cielo en la tierra

Tras ello, llegamos a la famosa y principal calle de Oslo: Karl Johans Gate. Sé que he escrito "gate" pero creedme, es el verdadero nombre de la calle. Se llama así por el rey Carlos Juan III. Era una calle llena de vitalidad y turistas, así como personas de la zona. Puedes ver un montón de lugares turísticos e interesantes aquí. Las casetas de Navidad ya estaban vendiendo diferentes productos interesantes.

Noruega nostálgica: otro cielo en la tierra

Noruega nostálgica: otro cielo en la tierra

Nos dirigíamos al Palacio Real, situado al final de la calle. Cerca del final estaba esta noria y más cerca todavía, una pista de patinaje sobre hielo.

Noruega nostálgica: otro cielo en la tierra

Hacía bastante frío cuando por fin llegamos al Palacio Real. Ya que está situado en un punto ligeramente más alto, era un buen sitio para obtener unas vistas bonitas de Karl Johans Gate y, de hecho, de la ciudad.

Noruega nostálgica: otro cielo en la tierra

Noruega nostálgica: otro cielo en la tierra

Esto fue llegando al palacio; no se parecía en nada a los típicos palacios del sur o del centro de Europa. Este parecía más contemporáneo. Como actualmente es la residencia del actual monarca de Noruega, solo abre sus puertas para hacer visitas en verano.

Nostalgic Norway: Another Heaven on Earth

Mi compañera de piso italiana ha vivido en Noruega durante un año o más, por un intercambio realizado en su instituto. Así que escuché todas sus recomendaciones y consejos antes de partir. Uno de los lugares que me animó mucho a visitar fue el Parque Vigeland. Es el mismo que el Parque Frogner, ya que se sitúa en Frogner, o en otras palabras, se sitúa realmente en el Parque Frogner. Así que allí nos dirigimos. El parque está abierto a todo el mundo, como el resto de días de año. No solo es famoso en Oslo, pero es de hecho la atracción turística más popular en toda Noruega. También tiene el honor de ser el parque de esculturas más grande del mundo creado por un solo artista (Gustav Vigeland). De acuerdo a la mayoría de fuentes, hay más de 200 esculturas. Algunas personas las considera raras, otras incluso ofensivas, ya que son seres humanos desnudos, otras que entienden estas representaciones las encuentra interesantes y unas grandes obras de arte.

Las estatuas representan en su mayoría deseos humanos, las relaciones entre los hombres, mujeres, niños y mayores.

A la foto de abajo, por ejemplo, se le llama "la rueda de la vida"; representa el viaje de los hombres desde la cuna hasta la tumba y es un símbolo de la eternidad.

Noruega nostálgica: otro cielo en la tierra

El lugar con mayor número de personas era este monolito de 14 metros. Curiosamente, está grabado en una simple pieza de granito y consiste en unas 121 figuras humanas alzándose hacia el cielo.

"Está diseñado para representar el deseo del hombre de acercarse al mundo espiritual los humanos abrazándose unos a otros están entallados como si fuesen llevados hacia la salvación. "

Noruega nostálgica: otro cielo en la tierra

Aparte de las esculturas, mirad estas vistas impresionantes que pueden contemplarse desde el parque.

Noruega nostálgica: otro cielo en la tierra

Noruega nostálgica: otro cielo en la tierra

Noruega nostálgica: otro cielo en la tierra

¿Qué me falta...? ¡Ah, sí! ¡Me caí en el parque por culpa del hielo resbaladizo! Venga, era mi primera experiencia caminando por encima de esa superficie resbaladiza y congelada.

Tras el Parque Frogner, fuimos al Fuerte Akershusque está a una distancia a pie desde la Estación Central de Oslo. Se construyó para proteger Oslo y también se ha usado de palacio y prisión en el pasado. Actualmente, está abierta al público todos los días. No obstante, todavía es una zona militar.

Noruega nostálgica: otro cielo en la tierra

Su localización no podría ser mejor. ¡Tiene unas vistas maravillosas del mar y del puerto! Podría quedarme mirando todo el día sin aburrirme. Los relatos históricos impresos en cada roca, en cada ladrillo del fuerte, el reflejo de las luces en el mar, la magnificencia de los navíos y el sol poniéndose tras las montañas, a lo lejos.

Noruega nostálgica: otro cielo en la tierra

Noruega nostálgica: otro cielo en la tierra

Después de Lungern en Suiza, este era el sitio donde sentí que estaba en el cielo, donde quería vivir para siempre.

Y eso es todo de mi viaje a Oslo. Si tenéis tiempo, recomiendo que visitéis Holmenkollen. No está muy lejos, quizás un viaje de 30 minutos desde el centro.

Nota: Para la explicación sobre las esculturas del parque Vigeland, me he ayudado del artículo publicado en el Dailymail, Reino Unido:

The weirdest statues in the world: The incredible creations on display in a Norwegian park”


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