Los secretos de Mickey

Orlando es una ciudad conocida principalmente por sus parques temáticos. Empezando por Disney World, por supuesto, que es en sí mismo casi una ciudad. Pero están también Animal Kingdom, Universial Studios, Magic Kingdom, Epcot, el de los reptiles... nombra un sueño y tendrás un parque para que lo cumplas. Pero cuando tuve en mis manos los boletos para Orlando, yo sabía que no iba a ir a ninguno de esos parques -y tampoco me preocupaba demasiado-. Todos sabemos por qué. Los parques son algo así como la versión americana de los museos. Te pasas todo el día en ellos, caminas, caminas, caminas y al final no lo ves todo. Por supuesto, me gustaría ir a alguno de esos parques si tuviera la oportunidad, pero nunca perturbó mi infancia ni es ningún sueño por cumplir. Anyway, cuando pensaba en el viaje a Orlando me emocionaba ver a mi familia, a mi hermana, la casa y, por supuesto, el hecho en sí mismo de conocer un lugar nuevo. A pesar de que estaba emocionada, uno se pregunta ¿qué vamos a hacer si Orlando es casi únicamente los parques?

Bueno, resulta que sí se puede venir a Orlando y ver cosas muy lindas sin tener que gastar un dineral en entradas. Claro, con dos o tres días es más que suficiente, porque los lugares a los que puedes ir a pasear, no es que sean demasiados. He aquí los secretos que Mickey Mouse no quiere que conozcas.

• Primero, y esto es muy particular, en Orlando está el nuevo Centro Nacional de la USTA. La USTA es la asociación americana de tenis y este nuevo centro que inauguraron en Orlando en increíble. Cualquiera que le guste el tenis -o el deporte en general- va a disfrutar caminar por los pasillos de este centro colosal. Yo no fui al USTA Billie Jean King National Tennis Center, en NY, pero debe parecerse mucho a este complejo en Orlando. Para que se hagan una idea, es como visitar el Camp Nou o el Bernabeu del tenis. Nada más entrar, te dan ganas de entrenar muchísimo, de ser un pro, de dedicarte a eso. Para mí, compartir eso con mi hermana, después de una vida de tenis, después de todo lo que este deporte nos ha dado, fue maravilloso, también fue genial saber que sería un gran incentivo para mi primita, que recién comienza en el tenis.

Les mentí un poco al principio de la entrada. Sí que fuí a algunos parques, sólo que no entré en ellos. Y déjenme decirles que los boulevares que están antes de los parques son el lugar perfecto para caminar, comer algo, gastar dinero en tiendas, y pasar una noche agradable.

• El boulevard de Universal Studios se llama CityWalk y hay muchísimas tiendas y restaurantes, con luces, espectáculos y gente. Secreto: es aquí donde te tomas la famosa foto con el globo de Universal -cuántos no habrán hecho lo mismo que yo y se tomaron la foto sin entrar al parque?-.

• El boulevard de Disney World se llama Disney Spring y es más que todo un shopping center, algo así como el downton de Disney. Pero, dejando a un lado que te quieres sacar dinero de cualquier manera, el complejo es precioso. Puentes, laguitos, caminerías... Descubrimos un sitio genial para comer: parece un sitio de comida rápida al grill, pero también te puedes sentar y escuchar la música en vivo y ver a tu alrededor y sorprenderte de que haya lugares tan alegres en la tierra -muy barato además, casi todos los platos en menos de $12-

Y es que esa es la cuestión de los parques, la gente está contenta, tienen energía, las familias no pelean... es como un día de tregua. A diferencia de Europa -no puedo evitar comparar, lo siento- donde el turismo es principalmente histórico y pintoresco, donde la gente va a ver un paisaje bonito, todo está allí para ser disfrutado, tú no tienes que hacer nada; en cambio aquí, no hay ningún paisaje bonito, no hay nada acerca de lo que meditar, sólo vas allí a divertirte, y esto, creo yo, es lo que le da una vibra vacacional tan especial.

¿Y qué pasa con la ciudad? ¿Es Orlando bonita, acogedora, vibrante? Vuelvo y repito, la impresión que me dejó es que Orlando es una ciudad alegre.

• Y lo comprobé cuando caminamos por la avenida de Dr Phil, donde hay gran cantidad de golfitos, bares, restaurantes y donde, al final, está el Orlando´s Eye, que no caracteriza la ciudad ni es un punto turístico al que tienes que ir... pero sí que queda muy bien en las fotos y, me parece, representa bastante bien a la ciudad: cielos azules, palmeras, una rueda gigante. Este es el recuerdo que me llevo de Orlando.

Una última cosa. Conocí Orlando por primea vez apenas una semana después de que Irma pasara por la ciudad. Gracias a Dios, fue mucho menos dañino de lo que se esperaba, pero aún así dejó sus marcas. En algunas zonas, las calles se veían como despeinadas... no había ningún daño visible, sólo cierto desorden en los árboles, en los arbustos, cierto desarreglo que, debo decirlo, no me molestó para nada. Al contrario, reforzó la sensación de que es una ciudad medio infantil -tal vez porque creció gracias a los niños que les rogaban a sus padres para ver a Mickey- que no se dió cuenta del peligro que corrió. Recuerdo que me sorprendió lo rápido que estas grandes ciudades pueden volver a la vida luego de un evento asi -Barcelona acababa de atravesar el ataque terrorista y ya los turistas volvían a las ramblas-, Dejando a un lado ese leve despeinado de las calles, no noté nada que me hiciera pensar en "el peor huracán de la historia moderna de América". Tal vez Orlando no llegará a alcanzar el refinamiento de NY, y es que NY no está constituida con las mismas piezas que Orlando; Orlando seguirá viviendo a la sombra de sus parques, obedeciendo a Don Mickey y crecerá nutriéndose de las risas de los niños que vienen a cumplir sus sueños infantiles en esta ciudad.

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