Quinto día en Oporto

¡Hola de nuevo! Este era nuestro último día en Oporto y al día siguiente cogeríamos el avión de vuelta a España. Aunque nos hubiese gustado visitar alguna otra ciudad cercana o un parque natural que me recomendaron más al norte pegando a Galicia, decidimos quedarnos en Oporto para despedirnos de la ciudad.

Estábamos cansadas de desayunar comprando de supermercado así que fuimos a un bar que había cerca del hotel. Las tres desayunamos por unos 9 euros, 3 tostadas con tomate, dos zumos naturales y un descafeinado con leche. Portugal es muy barato, al igual que pasa en Polonia, pero los desayunos siempre son más baratos en España.

Después de desayunar, queríamos ver la parte del río por última vez así que nos dirigimos hacia allí. Probamos a ver la catedral pero había que pagar así que cruzamos el puente de Don Luis I para llegar a la parte de Gaia, al otro lado del río. Este puente es súper largo y ahora están reformando el lado izquierdo de la acera y la gente solo puede pasar por el derecho, así que puedes estar casi 10 minutos cruzando el puente; se tarda menos por la parte de abajo. 

Justo al llegar a Gaia, hay un parque medianamente grande con algunos puestos para tomar un zumo fresquito o comprar un souvenir. En el parque hay muchas zonas de césped para poder descansar, hacer un picnic o sentarte en alguno de los bancos. En el centro hay una especie de montañita rocosa artificial con vistas de todo el río, los puentes y Oporto, desde la otra perspectiva. 

Justo a la izquierda cuando cruzas el puente está el Mosterio da Serra do Pilar, que está señalado desde abajo como Patrimonio del Norte. Es muy grande y bonito visto desde fuera y tiene una zona de mirador muy amplia para hacer fotos y disfrutar del paisaje. Pasar dentro del monumento costaba 4 euros y en la entrada se pueden comprar algunos folletos y objetos típicos. 

Estuvimos un rato en el parque que he mencionado disfrutando de las vistas y el aire que hacía (muchas veces necesitas hacer uso de sudadera). 

Luego volvimos a cruzar el puente hasta Oporto y buscamos un sitio para comer cerca del Parque das Virtudes porque queríamos ir allí después. Encontramos uno que se llamaba Capela 51, cerca de la Rua das Taipas, que es una zona donde hay muchos bares y son los más baratos que hemos encontrado en Oporto. Hay que bajar unas escaleras al lado de la catedral y callejear un poco hasta llegar allí. Esta zona es muy pintoresca, están las típicas casitas estrechas de colores donde vivían los pescadores, a veces se escucha música desde las casas, señoras vendiendo mantos típicos de Portugal... 

El restaurante Capela 51, aparte de ser baratísimo, es muy acogedor y las personas que trabajan ahí son muy amables. Tienen 4 opciones vegetarianas: alheira vegana (que es una especie de salchicha hecha con pan y verduras que está buenísima), unas empanadas/filetes empanados de verduras, hamburguesa vegetal... Aparte tiene platos de carne y hamburguesas, pescados, tortillas francesas, ensaladas, sopa, pulpo, bacalao... Y algunos postres. Las hamburguesas costaban 2,50 euros, para que os hagáis una idea de lo barato que era. Pedimos dos hamburguesas, patatas fritas, ensalada, dos huevos fritos, una botella de agua grande y unos profiteroles y el precio final fueron 13 euros, totalmente recomendable. 

Luego nos acercamos al Parque Das Virtudes como he dicho antes para descansar. Cuando había pasado un rato, volvimos a ir a la Taberna Santo Antonio que está justo detrás de este parque para tomar algo en la zona de terraza mientras jugábamos a las cartas. Es el único sitio en el que nos ha faltado comer y merece la pena con lo barato que es y la pinta que tiene todo, pero si quieres ir a comer o cenar tendrás que reservar al menos el día de antes. 

Queríamos comprar algunos productos típicos de Portugal para llevar a España como quesos y sardinas  y mi amigo que es de aquí me dijo que podíamos comprarlos en cualquier supermercado. Si vienes a Oporto tienes que visitar las tiendas de sardinas que parecen un circo o una feria, son súper coloridas y tienen incluso una noria de  latas sardinas dentro. Tienen más cosas aparte de sardinas y latas especiales para elegir el año en que naciste donde vienen escritos dos hechos que sucedieron ese mismo año. Hay varias en la ciudad, pero el precio de las latas es de unos 7 euros. Hasta unas 2 horas antes de cerrar, suelen tener algunas muestras de calamares, pulpos sardinas y demás para poder probarlas. 

Pero nosotras no queríamos gastarnos tanto así que fuimos a un supermercado llamado Pingo Doce, donde también queríamos comprar para cenar y desayunar al día siguiente. 

Mi amigo nos recomendó comprar el queso llamado Queijo da Seia y cogimos dos de ellos, también varias latas de sardinas por unos 70 céntimos (serán de menos calidad pero están muy lejos de los 7 euros). Este supermercado está muy bien porque tiene comida preparada, zona de panadería, ensaladas, sopas... Y compramos para hacer un pequeño picnic y ver la puesta de sol en el río. Compramos pan, hummus, tomate, queso vegano, un bocadillo, un wrap, agua... Y para desayunar al día siguiente donuts, galletas, batidos y zumos. Todo salió por unos 36 euros, que es un precio normal para todo lo que compramos. Hay varios supermercados como este en la ciudad, este estaba cerca del Mercado do Bolhao, donde también se pueden comprar muchos productos típicos. 

De camino, pasamos por la torre de los Clérigos y entramos dentro. Se puede subir a la torre pero cuesta 4 o 5 euros, pero la parte de la iglesia es de entrada gratis y es bastante bonita. 

En la entrada de la torre hay folletos sobre actuaciones y eventos en Oporto y los puedes coger de forma gratuita. 

Después pasamos de nuevo por el Palacio de la Justicia, que está junto a un parque. Pero detrás de ese parque hay como una biblioteca o escuela y encima hay una zona de jardín con bares y terrazas donde casi todas las noches hay música en directo, mucha gente y buen ambiente. 

Finalmente, fuimos de nuevo al Parque das Virtudes,el sitio que más veces hemos visitado de Oporto y vimos el atardecer desde allí. Había mucha gente joven tomando algo, haciendo picnic, tocando la guitarra y demás; me encanta este sitio y si estudiase aquí iba a ir todos los días que pudiese. 

Otra de las cosas que tienes que hacer si vienes a Oporto o a Portugal en general, es ir a escuchar fado, que es la música típica portuguesa y es aún más especial porque apenas ha cambiado en el tiempo y si lo escuchas ahora, estarás escuchando el fado que se escuchaba años y años atrás. Hay varios locales donde hay actuaciones de fado por la tarde y noche, pero estábamos cansadas y teníamos frío así que buscamos una canción de fado en el móvil y la escuchamos de camino al hotel.

Y tristes porque se acababa el viaje, fuimos cantando de vuelta a casa. 

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