Día 81. El topo feliz.

Hoy quiero hablaros de la experiencia más extraña/bizarra/fofinha que me ha pasado desde que estoy aquí. Hoy, voy a hablaros de ESPIONAJE en estado puro. Se trata de una historia que tiene de todo; desde gente atrincherada en un piso a las cuatro de la mañana, programas espías en los portátiles y una fiesta en la que, al parecer, hicimos cosas que nadie es capaz de recordar.

Lo primero de todo, claro está:

Los datos, nombres y fechas de esta historia han sido inventadas por un hámster. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, o es que te estás emparanoyando.

Empecemos por el principio. Se que esto puede llegar a ser bastante aburrido, así que si no tienes mucho interés es mejor que lo dejes ahora que estás a tiempo y te dediques a hacer algo más provechoso. Si no, prepárate para una historia digna de los archivos de la interpol.

Llamaremos a la protagonista, mi amiga, Pikachu. Ella llegó a Oporto tan feliz como otro cualquiera sin imaginar lo que se le venía encima. Conoció a una parejita que como ella buscaba piso, y los tres encontraron un pisito alejado del centro, pero con todas las comodidades.

Así que se lo quedaron.

La convivencia comenzó bien, con algún que otro roce típico e inevitable de las relaciones erasmus. Lo que Pikachu no sabía era que, en la sombra, la parejita estaba conspirando para echarla del piso. Y ahora os contaré por qué.

Pasaron los días y las semanas, y Pikachu empezó a notar algunas cosas ‘’extrañas’’ en sus compañeros, pero nosotros lo achacamos a imaginaciones suyas. Poco a poco, estas cosas extrañas se fueron agravando, y para que entendáis la índole y lo absurdo de las mismas, he aquí un comentario extraído de los cables de Wikileaks de la compañera de piso de Pikachu:

(Compañera de piso) –Ya ves, sólo nos invitó a comer dos veces (como si eso fuera una obligación), y la primera fue pollo con no se qué y la segunda arroz con no se cuanto. ¡Que poco original!

Quiero decir, la chica de la parejita se quejaba de que Pikachu sólo les había dado de comer dos veces.

Antes de contar los extraños sucesos de la trágica noche, es importante decir una cosa. Aprovechándose de la habilidad de mentir que tenían, la parejita logró meter en el ordenador de Pikachu un programa con el cual podían controlar su ordenador a distancia. Como lo oís. Desde ver conversaciones, historiales, hasta usar su IP con fines desconocidos. Si alguien tiene interés en el nombre del programa, puedo informarme de ello por… varias personas, sí. Esto es completamente verídico, pero inventado por un hámster.

(Aqui, la fiesta en cuestión. Mientras nosotros hacíamos... eso que se ve, la parejita conspiraba llena de odio contra Pikachu)

Así que esta mañana, Pikachu hizo las maletas para largarse. Nostros, cuatro españoles, fuimos con ella para ayudarla a transportar sus cosas. Cual fue nuestra sorpresa cuando eso que se hace llamar persona salió de su habitación, provocando, para tratar de asentar una verdad que tenía perdida de antemano. El espía del ordenador, el conspirador, nos dio la despedida de la forma más patética posible. Finalmente, todo quedó en evidencia, en el aire. Ahora, Pikachu es feliz en un nuevo piso.

Lo que quiero decir, niños y niñas, es que tengáis mucho, mucho cuidado con la gente con la que os vais a vivir, que no por estar de Erasmus es la gente más buena. Ni mucho menos.

Desde aquí, quiero reivindicar que aún estoy a la espera de mi embutido. Como pase una semana más llamo a la Interpol y digo que estáis escondiendo a Assage. Avisados quedáis.


Comentarios (2 comentarios)

  • flag-pt Ana Álvarez hace 13 años

    Me encantaaaa el nombree de Pikachu!!!

  • flag- Nuria hace 13 años

    Pobre, Pikachu! Verdaderamente tiene uno que andar con pies de plomo con esas cosas...

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