Día 77. El francés, el francés y el clérigo. Y el francés.
Pues hoy he sido un buen samaritano en esta ciudad.
Volvía yo del club de caballeros, después de discutir con artistas de mi tiempo problemas elementales sobre la validez actual de algunos tratados artísticos (en realidad: volvía del grupo de teatro de jugar a lobos y hombres) cuando me encontré un joven y lozano caballero de metro ochenta, rubio de ojos azules, tez pálida y labios carnosos (realidad: un francés de mi estatura, con cara de perdido y las mejillas heladas del frío)
Total, que el simpático chico me dijo en un perfecto dialecto del sur de Francia que estaba perdido y, plano en mano, me señaló con su pluma el lugar al que quería ir (realidad: me sacó un mapa mojado y me dijo en un francés susrrado que quería ir a no se qué sitio)
Yo, conocedor de la ciudad como la palma de mi mano y en un irreflenable afán de ayudar, me ofrecí gentilmente a acompañar al rapaz francés (realidad: iba a una iglesia que estaba al lado de mi casa y, como el chaval era mono, me ofrecí a acompañarle. Lo habría hecho aunque hubiera sido un esperpento! )
Ambos anduvimos por las calles retorcidas y mágicas de Oporto, mientras yo, rememorando mi viejo francés, hacía de perfecto guía de todos los edificios y zonas importantes por las que pasamos. (Realidad: andamos muertos de frío mientras llovía, en un incómodo silencio porque yo ni papa de francés ni él de español o portugués)
Al llegar al lugar de encuentro del chico, me despedí con media irreverencia desenfadada, con un apretón de manos y con un saludo típico de su zona, lo cual le dejó claramente impresionado; mis buenas formas se hacen ver. (Realidad: traté de decirle que buena suerte, pero tan mal que me miró sorprendido y me dijo adiós con una sonrisa)
Pues eso. No sé, ha salido de la jodida rutina de salir de fiesta y estudiar (sí! salir de fiesta puede convertirse en una aburrida rutina, tened cuidado! )
Y nada. Sigo mirando el buzón cada día. Utilizo mis costillas para marcar el paso del tiempo!
No. La foto no tiene nada que ver con el relato. Pero me da igual.
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Comentarios (7 comentarios)
Carlos Miguel hace 13 años
Calles retorcidas y mágicas de Oporto, cuánta razón, que bonita es aquella ciudad y que ganas me has dado de volver.
Erasmoos hace 13 años
¡Qué alegría volver a verte por aquí escribiendo!
Te esperamos más a menudo!
=)
Pablo hace 13 años
pues si, hacia tiempo que no escribias!
que pasa, que sete ha acabado ya el embutido y vienes a por mas??? XD
jajajaajaja
Ana Álvarez hace 13 años
Estoy deseando que te manden yaaaaa el embutidooooo!!jaaja
Aguilucho Recién Nacido hace 13 años
Y un cuerno!! El embutido no se ha acabado porque aún no lo he catado. Y sí, yo y la cuartilla erasmus estamos esperando el salchichón (lo que no saben es que no tengo ni la más mínima intención de compartirlo)
Ha sido tiempo sin escribir porque bueno, no hay demasiado que contar. nah, hay mil cosas, pero sólo algunos días tiene uno ganas de escribir.
Por más y más mensajes estúpidos
Apuntes Company
Ana Álvarez hace 13 años
Cómo que no vas a compartir¿?para eso estoy yo akii haciendo empuje para que te manden tu salchichón¿?pues vaya....
Aguilucho Recién Nacido hace 13 años
Un día me va a perder la bocaza
:)
Tranquila, Ana. Tendrás tu correspondiente rodaja de chorizo.