Día 148. Es, y es, peligroso.

Lo es, y mucho. Escribir borracho, digo. Quiero decir que corres el riesgo de publicar algo sin sentido ^^

Así que como algo tendré que decir, os voy a hablar de un maravilloso chucho que vi el otro día por la Ribera. Mejor, os voy a hablar de la Ribera, aunque os importe un cuerno.

Se trata de una de las zonas más concurridas de Porto, por el día se llena de guiris (pero muchos, muchos guiris) y por lam noche de jovenzuelos borrachos que se sientan mirando al río y piensan en sus cosas. Cuando hace calor, no hay otra cosa mejor que hacer en esta ciudad que irse a pasear; si recorres toda la ribera, puedes pasarte un par de horas andando y disfrutando de puestas de sol de esas que hacen vomitar arcoiris.

Como decía, el otro día vi un chucho todo pancho mirando hacia el horizonte, y me hizo tanta gracia que agarré la cámara y le hice un reportaje entero, hasta que una odiosa familia de sepa Dios dónde llegó y se puso a jugar con él.

Ver el río desde cualquier de los puentes es una pasada, y los es aún más saludar a los guiris que montan en barco porque normalmente comeinza a agitar los brazos efusivamente, como si todo aquello formara parte de los 20 euros que les han sablado por el viaje.

Pues eso. Perdón de nuevo por este tipo de post, pero ¿veis? ¡Dos o tres comentarios! Eso es algo que hace tiempo no conseguía, lo que quiere decri, siguiendo una serie de deducciones muy lógicas, que escribiendo tras tomarme un vodzka recibo más visitas que sin él. Por eso, esta noche me pienso pillar una cogorza en hnoro de todos los que hacen esta web. (Que no! Si de todas formas yo no bebo!)