Día 139. Bajar catacumbas para subir a Clérigos.

La torre de Clérigos es famosa en Porto; puede verse prácticamente desde cualquier punto de la ciudad y subir a ella es una experiencia maravillosa. ¿Y a vosotros qué cuernos os importa, estaréis diciendo, si no habéis subido y probablemente no subáis? Importa poco porque yo si he pagado los dos euros y claro, eso había que amortizarlo.

Hacer fotos es una buena forma de dar pie a escribir temas en un blog. Se hace además más interesante que contar las cuatro estupideces que han pasado. Pero qué sería de nosotros sin anécdotas…

Los portugueses son curiosamente antipáticos, y digo curiosamente porque no pierden el buen gesto hasta el segundo antes de darte la patada en el culo. La primera vez que quise subir a la torre encontré la cancela cerrada. El segurata, por toda respuesta a mi pregunta de ‘’¿a qué hora puedo subir? ’’ simplemente me señaló el cartel de ‘’cerrado’’ con el dedo, sin perder ni un ápice de ese asomo de sonrisa.

¡Pero da lo mismo! Las vistas desde la torre son geniales, y eso que está en tan mal estado que parece vaya a derrumbarse de un momento a otro:

Pues sí. Es precioso, como un montón de paisajes que se ven este Enero por la ciudad. Tengo que hablaros de la comida de aquí; la ‘’Francesinha’’ es tan buena que para haceros una idea tendríais que olerla vía internet. No se puede, aún. Pero tranquilos, habrá fotos.