Historia de un viaje inesperado
Después de pasar unos bellos días en Bélgica, mi compañero de viaje y yo decidimos arriesgarlo todo y comprar un boleto de tren a una de las capitales europeas más cotizadas: Amsterdam. Nada más emocionante que encontrarnos en esa ciudad y poder experimentar de la libertad bien organizada a la que los holandeses tienen acceso.
Compramos el boleto desde Brujas, el cual costó 38 euros, para que después de unas pocas horas llegáramos a la estación Centraal Station (que por cierto es hermosísima).
Arribamos aproximadamente a las 10:00pm, la verdad es que tuvimos un descontrol total con nuestra planeación de horarios de trenes, pero ese no fué el punto grave de la travesía, sino que, cuando llegamos nos dimos cuenta que nuestra reservación en el hostal sí... efectivamente era en el Flying Pig ¡Pero en Noordwijc! Un pueblecito en la playa, pero nada que ver con Amsterdam.
¡Misión de encuentro de Hostal!
A esa hora, dos mexicanos perdidos en la Centraal Station de Amsterdam ¡intentaban encontrar la forma de llegar a su bendito Flying Pig Beach! y es que el holandés no es que se nos diera muy bien, pero lo bueno es que todos hablan inglés y pudimos preguntar por nuestro extraño destino playero.
Finalmente nos informaron que podíamos tomar un autobús que nos dejaría en Noordwijc, así que esperamos aproximadamente 15 minutos y abordamos el autobús lindísimo por la altísima cantidad de 4.50 euros! El mundo se nos nubló al pensar que además de pagar todo eso por ir y venir a Amsterdam, haríamos como una hora de camino diario.
Finalmente y viendolo todo en google maps, nos dimos cuenta de que debíamos bajar del modernísimo autobús, y llegamos a una oscura ciudad, que a mi me pareció que era sólo una calle larga con la playa enfrente.
Decidimos caminar hasta encontrar algo de vida en el Noordwijc fantasma, y encontramos un bar de música Rock qeu se veía bastante animado, ahí nos dijeron que debíamos caminar unas calles más adelante para encontrar nuestro bendito y perdedizo hostal de cerdo volante.
¡Fue tan Obvio!
Fué tan obvio al llegar, todo el mundo de fiesta y muy entrado en alcoholes, buena música, una mesa de billar, y rubios por doquier... al llegar con el ambientado recepcionista, le platicamos nuestra historia y no pudo más que reir ante lo que nos había sucedido, y nos dijo que al no llegar a tiempo ya le había dado nuestros lugares a otras personas, pero que ante lo sucedido, nos podía respetar el precio y darnos al menos por esa noche una habitación sólo para nosotros! Fabuloso!
Al llegar a nuestra habitación estábamos más que cansados por el largo viaje, eran aproximadamente las 00:30 horas y sólo habíamos estado pasando sustos, así que le dije a mi compañero que bajáramos a socializar con los holandeses y eso hicimos, la noche fué de las mejores, acabamos poniendo cumbias y bailando en todo el hostal, y lo que pensamos que sería sólo un momento, se convirtió en 4 horas de fiesta.
En fin, lo bovio fué que era Flying Pig Beach, y no Flying Pig normal jaja que es el que se encuentra en Amsterdam, finalmente descubrimos que con un shuttle del hostal podríamos viajar a Amsterdam por menos dinero y el mundo fué rosa de nuevo para nosotros.
Al día siguiente pudimos ir a dar una caminata por la playa y dizque disfrutar del sol, que para nosotros era muy poco, aunque al parecer a los holandeses parecía no preocuparles el frío viento.
Mientras todos parecían felices disfrutando el clima, mi amigo y yo nos refugiábamos del viento. La playa tenía muchas "conchitas" por lo que no era muy fácil de caminarla y el agua era bastante fría.
A lo que nos contaron de esta playa, es bastante divertida en ciertas temporadas en las que se va a surfear, o también se puede caminar por las tiendas y restauranets aledaños a ella, así que decidimos tomar algo en un bar de por ahí.
A lo que nos platicaron de este lugar, viven familias antigüas o tienen casas de vacaciones, es en verano cuando más se disfruta (nosotros fuimos en verano) y es muy caro para vivir.
Finalmente y volviendo al tema del hostal, al día siguiente nos cambiaron a la verdadera habitación...
tarán: