Niza, Niza y más Niza

Hoy el plan, en principio, era ir a Ventimiglia (Ventimille en francés), un pequeño pueblo italiano que está en la frontera con Francia. Y en el que, básicamente, se habla francés (además del italiano, bien sûr). Sin embargo, cuando hemos llegado a la estación de tren, nos hemos encontrado con que había una huelga y los trenes salían cada millón de años (si salían). Así que decidimos quedarnos en Niza y visitar un poco más el casco antiguo de Niza, así que hemos estado paseando por las callejuelas y viendo tiendas.

Nos hemos encontrado, para nuestra sorpresa, con que las calles estaban decoradas con pequeñas banderitas (como podéis ver en la foto de arriba del todo). Al parecer, este domingo 9 de octubre se celebra en Niza la fiesta de Sainte Réparate, la patrona de la ciudad. Continuamos caminando, y terminamos por llegar al mercado.

Allí, podréis encontrar casi de todo. Desde pequeños puestos con especias de los colores más variopintos, hasta puestos para comprar fruta con un aspecto de lo más apetecible o pescado recién capturado. Hay puestos tan interesantes como por ejemplo uno de productos corsos, con la bandera y todo, con embutidos, pizzas, etc. No es un mal plan comprarse un calzzone y tomárselo sentado en la playa, con los pies a remojo.

Un poco más adelante, el mercado de las flores. De todos los colores, tamaños y combinaciones. En algunos puestos podréis hacer fotos, en otros, sin embargo, puede que os echen.

Sin exagerar, podéis estar toda una mañana paseando entre los puestos, mirando a vuestro alrededor, escuchando la cantidad de idiomas diferentes que se hablan, observando a la gente que pasea como vosotros, degustando comida de lo más sabrosa...

El mercado de Niza, como cualquier otro mercado, tiene una cantidad de colores, olores y sabores que es única. Al igual que Niza, es un lugar tan diverso y multicultural que te enamoras de él casi sin darte cuenta. O puede que yo sea una exagerada :P

Por último, nosotros nos hemos ido andando hasta la plaza donde está el Palais de Justice, y nos hemos sentado a tomarnos una Coca Cola en una terraza en la que se estaba la mar de a gusto.

Escuché a alguien decir que una vez vienes a Niza, ya no quieres marcharte. Y no puedes marcharte, tienes que volver. Puede que sea un poco pronto para decirlo, pero me da la impresión de que tenían razón. Niza te captura, te envuelve con su encanto, y no te deja marchar.