Mónaco - Monte-Carlo, cómo llegar y qué ver

Mónaco es, para aquellos que no lo sepan, una pequeña ciudad-estado situada en la Costa Azul, como a 30 minutos de Niza; y su capital (por así decirlo) es Monte Carlo. Ya que hoy teníamos el día libre, mi compañera y yo decidimos visitar este pequeño país y hemos pasado un gran día en sus costas.

Nos levantamos a las 9 de la mañana, nos duchamos, desayunamos y salimos sobre las 10 o así hacia Place Masséna, que es dónde habíamos quedado con las otras chicas que nos iban a acompañar. Para los que puedan tener interés, en frente de la parada de tranvía Opera (cerca de Place Masséna), se puede coger un autobús que te lleva a Mónaco. Es el número 100 y cada viaje cuesta 1 euro (el bono de transportes no cubre este viaje porque, bueno, vas a otro "país", por así decirlo). El autobús pasa bastante a menudo, y el viaje dura cerca de 30 minutos, 45 a lo mejor.

Nosotras nos bajamos en una parada que se llama "Office du Tourisme", cuando llegamos a Mónaco. El autobús te deja, como podéis suponer, en la Oficina de Turismo. Entrad directamente, allí podéis coger un mapa y preguntar cuáles son los lugares más interesantes para visitar. Es lo que nosotras hicimos, y nos ha resultado bastante bien.

Después de entrar en la oficina y de conseguir el mapa, nos pusimos en marcha y comenzamos la excursión.

Nuestra primera parada fue Le Jardin Japonais. Está al borde del mar, por lo que podréis obtener buenas panorámicas de los barcos, los yates y, por supuesto, los paisajes marinos de Mónaco. Este pequeño parque de ambiente japonés está situado en pleno Montecarlo, que es como un barrio (el más rico) de Mónaco. Si vas a pasar varios días en Mónaco, creo que sería una buena idea pasear por este jardín en busca de relajación. Si no está muy lleno y hace buena temperatura, es un buen sitio para pasear, sentarte, escuchar el agua o jugar con la arena en los pequeños jardines zen.

Nuestra siguiente parada después de este relajante paseo fue el famoso Casino de Montecarlo. El edificio es imponente, todo hay que decirlo, bastante lujoso y lleno de gente. En la puerta, más lujo si cabe: Ferraris, Lamborghinis, Rolls Royces... y, por supuesto, botones que te aparcan el coche y que incluso le echan el freno de mano si tú te olvidas.

Después de comer, ya que el Casino no abre hasta las dos, entramos a ver si podíamos verlo por dentro. Pero, además de obligarte a dejar la cámara y el bolso, hay que pagar 10 euros para poder visitarlo por dentro. Así que al final no entramos, porque nos parecía demasiado pagar 10 euros por entrar a visitarlo.

Nuestra siguiente parada fue l'Institute Oceanographique. Es un pequeño museo-acuario muy interesante, y si tienes tiempo y ganas está bien ir a visitarlo.

En él hay muchos peces interesantes, y se aprenden cosas sobre la vida marina. También hay un museo, no tan interesante, ya que está lleno de animales disecados y a algunos (por ejemplo, yo) nos da mucho asco. Sin embargo, algo que sí está muy, pero que muy bien, y por lo que sí merece la pena pagar por los 7 euros que cuesta la entrada (reducida para estudiantes, bien sûr), es el mirador. El museo tiene en la parte de arriba un amplio mirador que permite tener unas preciosas vistas de Mónaco, la ciudad, y también del mar.

Una vez hubimos terminado de ver el museo, paseamos por la ciudad, vimos una iglesia cuyo nombre no recuerdo y también el palacio. No son edificios especialmente bonitos, pero sí merece la pena pasear por la Vieille Ville de Mónaco, que tiene unas callejuelas llenas de encanto, y con gente de lo más agradable que te indicarán sin ningún problema el camino a seguir en caso de que te hayas perdido.

Por último, para volver, el mejor lugar para coger el autobús de vuelta a Niza es la Place D'Armes. Creo que los autobuses pasan hasta las 8, así que mejor estar atento y no perder mucho el tiempo.

Y bueno, después de un día increíble paseando por Mónaco, os recomiendo sinceramente que visitéis esta ciudad y que, si tenéis tiempo, la veáis mucho más a fondo de lo que la he visto yo. Probablemente volveré a visitarla, y quizás incluso busque alguna oferta para verla en yate o en barco. Pero vedla, merece la pena.

Y nada, os dejo esta última foto de uno de mis yates :P