La universidad, esa gran desconocida...

Cuando la gente oye que te has ido de Erasmus, piensa que te has tirado un año de fiesta en fiesta, con una farra contínua y viajando por toda Europa. Bueno, en parte sí es verdad: hay mucha fiesta, ya que vives solo, y tienes más posibilidades de ir de viaje. 

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Por experiencia personal, os sugiero que antes de venir de Erasmus a Niza (o, en general, antes de ir de Erasmus a ningún sitio), debéis informaros de TODO y sobre TODO acerca de vuestra universidad. Es decir, escribid a todo el mundo, si hace falta, hasta al conserje, e informaros de los créditos de cada asignatura, del plan de estudios, escribid a los profesores para que os digan si son muy difíciles para vosotros... TODO, DEBÉIS SABERLO TODO. Porque si no, cuando lleguéis, os vais a encontrar con que las asignaturas que teníais planeado seguir no concuerdan con lo que realmente buscábais (me ha pasado este año de intentar seguir una asignatura de Interpretación y que fuera de INTERPRETAR MÚSICA. Cágate lorito). Además, venid prevenidos ya porque los horarios os van a coincidir. Si tenéis suerte, es probable que los profesores os permitan salir un ratito antes o faltar a alguna de las clases, pero si no, os van a dar pomada pero bien. 

En fin, no es una entrada pesimista, sólo es una advertencia. El Erasmus mola mucho, y en parte que nos líen tanto nos hace madurar bastante y aprender a sacarnos las castañas del fuego, pero creedme que hay días que lo único que apetece es meterse en la cama y no salir hasta que llegue el verano. 

Pero bueno, es Niza, ¡CLARO QUE MERECE LA PENA!

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