29 de enero de 2016

Venga que nos vamos

Hace cinco días que llegué a Nicosia. Y os lo creáis o no, han sido los cinco días más fríos de todo el año. Tras haber ido a buscar un edredón que abrigue más a Ikea, hace dos días fui a la universidad de Nicosia (el 27 de enero) para una jornada de bienvenida. Cuando vi un edificio con forma de "N" pude hacerme una idea de la arquitectura de los establecimientos universitarios.

Así que fui a la jornada de bienvenida y pude ver los edificios principales. Son tres edificios principales que sobresalen de entre los dos parkings que hay desérticos: las clases empezarán en unos días. En el centro hay un hemiciclo, justo enfrente de una pequeña plaza que adorna esos dos parkings. Yo voy a la derecha, al anfiteatro UNESCO donde va a ser la presentación de varias organizaciones. El departamento de Erasmus de la universidad empezó a hablar, después le siguió el ESN de Nicosia y un grupo de la universidad: el Erasmus Society Uni of Nicosia. Estos últimos se encargan de organizar un viaje de tres días por la isla por uno 100 euros. Como ya recibí el correo unos días antes sobre eso, me traje la cartera para poder pagar ese mismo día el viaje.

Fuente

Me encuentro con otros estudiantes Erasmus y nos vamos de la universidad juntos para ir al Pub Ivanhoe, un bar con un ambiente parecido al que podemos encontrar en las películas de Tarantino como "Dead Proof" que está a cinco minutos andando de la universidad. Vamos con personas del grupo de Erasmus Society Uni of Nicosia, así que los veinte que somos nos vamos sentando y levantando jugando a un juego para conocernos entre nosotros: cada uno tiene que levantarse, presentarse y tomarse un chupito, que hoy día aun sigo preguntándome qué llevará. El primero en levantarse es un polaco de 25 años que se llama Jonasz. Nos tiramos una hora allí con una pinta KEO en mano antes de tener que irnos a coger el bus para reunirnos todos en el centro. Por el camino nos enteramos de que habrá una fiesta Erasmus en un apartamento de no se dónde de Nicosia. En lo que tardé en llegar a la residencia y comer algo, ya estaba listo para explorar las calles de la capital con el fin de encontrar el apartamento en cuestión.

Llegamos al sitio y vi caras nuevas. Muchos venían de otras universidades, pero todos eran de Nicosia. Aquí fue cuando tocó jugar al "Hola, ¿cómo te llamas? ¿de dónde eres? ". En Bélgica lo normal es que cuando entras a una fiesta y no conoces a nadie, te quedes casi toda la noche bebiendo a sorbitos de la copa esperando a conocer a alguien, que como cabe esperar, será ya tarde. Aquí pude ver otro concepto distinto: durante media hora desfilaron delante de mi muchísimas nacionalidades. Cuando acabaron todas las presentaciones rápidas y en masa, ya no me acordaba ni de los nombres ni de las nacionalidades. Sólo me acordaba de algunas caras. El polaco del bar llegó con su compañera de piso. Me dirigí hacia ellos y empecé la conversación. Enseguida me llevé bien con Jonasz, creo que le gustó mi imitación exagerada del francés en inglés. Y es que aunque hayan muchos erasmus y cada uno tiene el acento de su país, a los franceses por desgracia se les nota mucho más ese acento tan... peculiar. Pero no por ello me consideréis un dikkenek (un listillo), soy el primero que es consciente de ello.

Tras habernos tomado una copa, los estudiantes empezaron a despejar el apartamento y empezaron a ir a Ithaki, es el sitio al que debe ir todo estudiante Erasmus que haya pasado como mínimo un cuatrimestre en Chipre. Consiste en una fiesta al aire libre que se hace cada miércoles por 15 €. Y aquí empiezan todos los clichés de la vida fiestera de las estancias en el extranjero. Y sí, las fiestas forman parte de estas estancias, pero la vida de un estudiante Erasmus no se limita solo a eso. También hay quedadas, excursiones y viajes. Decidí que no quería ir a Ithaki, solo tenía ganas de irme a la cama.

Dos días más tarde, el viernes 29 de enero de 2016, decido ir con mi compañera de piso a darme una vuelta por el centro de Nicosia. Ya tocaba recorrerse las calles de lo que llaman la "Old Town".

La estrellita que hay en el mapa indica dónde está nuestra residencia. El círculo representa el centro de Nicosia. Está dividido en dos partes: la parte sur que es la chipiota, y la parte norte, que la ocupa Turquía.

De la independencia a la separación

Chipre tiene una historia muy rica y variada. Después de haber sido subyugada en muchas ocasiones a lo largo de la historia, la isla de Chipre consiguió liberarse del yugo británico en 1960 y se independizó. Se impusieron varias medidas políticas para las personas de la comunidad minoritaria turca (18%) pudieran acceder a los puestos de las funciones públicas o en la policía. También se les concedió el derecho a veto en las decisiones del parlamento. Por desgracia, hubo mucha gente turca que acudió a la llamada y eso causó una inestabilidad en el país, y esto desembocó en una tensión entre las comunidades griega y turca, y esto acabó con enfrentamientos violentos rompiendo así toda posibilidad de cohabitación. Las dos partes cometieron violaciones, asesinatos, masacres de pueblos y de lugares de culto.

Tras un golpe de estado fallido a manos del grupo paramilitar nacionalista EOKA, Turquía se benefició de esta inestabilidad para invadir el país en 1974 con la excusa de querer proteger a la minoría turca. El 30% del territorio se separó y fue proclamado como República Turca del Norte de Chipre por los ocupantes en 1983, dividiendo así la isla en dos. Sin embargo, no tiene el reconocimiento del resto del mundo y no tiene ninguna representación en la ONU como Turquía. Durante el conflicto llegaron a desaparecer 1600 chipriotas griegos. Turquía jamás dijo nada al respecto. Los servicios secretos descubrió y publicaron en la Tribune de Gèneve información que revelaba que unos fueron ejecutados mientras que otros salieron de la cárcel veinte años más tarde.

Antes de la independencia

Decidimos pasear por las calles de la "Old Town". Llegamos al Monumento a la Libertad, que está a quince minutos de nuestra residencia y está cerca de la Puerta de Famagusta. Es un símbolo que representa otro conflicto: el de la liberación en 1959 de los guerreros de EOKA. A este grupo los chipriotas los consideran héroes mientras que otros los consideran terroristas, pero lucharon por la independencia de la isla. Este monumento se levantó en su nombre en 1973. En él está representada la liberación de los chipriotas griegos, del clero y de los campesinos. Sin embargo, no se representó la liberación de los chipriotas turcos, ya que se considera a esta minoría como aliada de los conquistadores británicos.

Cuanto más te acercas a las estatuas, puedes apreciar y darte cuenta de los enfrentamientos que tuvieron lugar en esa misma plaza. Este pobre hombre recibió un balazo de frente que le atravesó y salió por el otro lado.

Un centro de ciudad especial

Nos fuimos de aquel monumento y nos sumergimos en las calles del centro, donde podemos apreciar la mezcla entre edificios viejos y deteriorados y las impresionantes casas mediterráneas, todo dentro de un estilo antiguo. El contraste que se crea es único e incomparable a cualquier cosa que pudiéramos ver en Bélgica. Hasta la calle más vieja y hecha pedazos, decorada con paredes agrietadas y a veces con grafitis desprende un aire propio del estilo de la "Old Town". Salió el sol. Así que me quito el abrigo y disfruto del calor y de los rayos de sol a finales de enero. Aún me queda mucho por descubrir y mucha gente a la que conocer.

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