Día en Newcastle
En la freshers' week fuimos a Newcastle, pero creo que fue una visita en la que lo importante era conocernos unos a otros, no conocer la ciudad. Así que aprovechando un fin de semana libre que teníamos, nos hemos ido a Newcastle, y esta vez para disfrutar todo lo posible, y para ir de compras también, ya que estamos... jejeje
Ayer hizo un día estupendo. Cuando salimos de Carlisle, no había ni una nube, y ya en Newcastle, seguía el cielo despejado. Eso sí, con fresquito del bueno, pero al menos ni viento ni lluvia.
De la estación fuimos a Primark de cabeza, y sorprendentemente, no me compré nada... Pero Katherine arrasó jajaja. A la salida de Primark quedamos con Álex, y nos fuimos con Ivy, Nigel, Stella y Yohei, y nos llevaron a comer a un sitio de comida koreana. Un show.
Comimos pastel de arroz (que picaba, dijesen lo que dijesen), noodes con verduras (que estaban muy ricos, pero era imposible cogerlos), una cuenco de piedra caliente con arroz, verduras y carne (como el de la foto, que estaba muy rico también), y una especie de panceta con cebolla envuelta en una hoja de lechuga (véase la foto), que tenía mucho que decir, aunque te pusieses pringado. Estaba todo genial, pero Álex y yo nos quedamos con hambre porque no conseguimos dominar la técnica de los palillos.
De ahí fuimos al supermercado asiático de al lado, donde compré las ciruelas de Ivy. Son unas ciruelas con pinta de pasas grandes, muy dulces y adictivas. Es imposible comer una solo. Y también compré algas fritas, para hacer montaditos de arroz. Vamos, para experimentar más que nada.
Y de ahí, al puente interesante, pasando por un centro comercial. ¿Y qué había en el centro comercial? Una Apple Store. ¿Y quién se hizo una foto en la Apple Store? Yo. Como buena fan de la manzana y los i-cacharrinos que soy.
Y ya que estábamos ahí, pues entramos, y probamos el nuevo MacBook Air de 13inch.... una delicia. Ligero como él solo, y con todo lo que tiene un Macbook, menos entrada de CDs, of course. Me encantan las Apple Stores. Han conseguido que tengan un ambiente especial que no siento en ningún otro lado.
Al salir, había en el centro del pasillo un estand de una joyería. Y ahí, con unas alas de mariquita, me he encontrado a Oana. Oana es una chica con la que trabajé en verano en Londres hace 3 años, y me ha encantado verla de nuevo.
Y ya de ahí, al puente y a la BALTIC de nuevo. De la galería y el puente ya os hablé en la otra entrada, así que ahora solo os contaré lo que hicimos. Cuando llegamos al río hacía un frío que no tengo palabras para describirlo, y fue la ocasión perfecta para estrenar mi nueva bufanda. Oye, ¡lo mejor que he comprado en mucho tiempo! Es de esas circulares, cosidas por los extremos, y que se quedan como un collarín sin dejar que pases nada de frío. Calentita, calentita.
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Desde el río teníamos esta vista de la puesta de sol...
Breath taking.
Tras unas cuantas fotos, nos subimos al balcón de la BALTIC, pasando por la tienda primero, of course, donde cayó el anillo de la tacita, y un poster con el Uprising de Kozyndan, firmado por los autores. Y ya en el mirador, unas vistas impresionantes como siempre. Y nosotros 3.
Y de ver anochecer desde el mirador, nos fuimos a un restaurante español. El cocinero granaíno, y la carta entera en español. ¿Qué más se puede pedir? Por fin katherine probó lo que es la morcilla con tomate, las croquetas, la tortilla de patata, el alioli, las habitas con jamón.... mientras a Álex y a mí se nos saltaban las lágrimas de alegría probando cosas de casa... Resultado: todos tan contentos :)
Un día, pues eso, fresquito, pero muy muy interesante.
Gracias a todos los que hacen que por días así merezca la pena agauntar una semana horrible.
Un beso a todos,
Laura
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