Visita con Alejandro a Nantes
Antes de llegar a Nantes
Antes de volver a España definitivamente y una vez hubo acabado el curso académico en Francia, recibí la visita de mi amigo Alejandro, con el que pasé unos días de lujo antes de acabar mi aventura erasmus en Saint Nazaire. Hay que saber que cuando Alejandro y yo nos juntamos, llevamos el término Low Cost a un extremo casi preocupante y por lo tanto el viaje no iba a estar lleno de grandes lujos, como también pasó en nuestro viaje a Holanda.
Todo empezó a principios de junio, cuando quedaba menos de un mes para volver a España y dejar atrás mi vida en Saint Nazaire. Durante todo el curso, Alejandro me había estado diciendo que iría “para allá”, a conocer Francia, pero aún no había surgido la oportunidad. Y hablándolo un día, me contó que iba a ir a Sevilla y que justo después podía enlazar el viaje hasta Nantes, cogiendo el avión en Madrid. Al momento de que me lo dijera me puse a buscar vuelos, autobuses, trenes y horarios para que Alejandro pudiera venirse unos días conmigo a Francia y a precio reducido (muy reducido). Finalmente encontré un vuelo desde Madrid hasta Nantes, haciendo escala en Barcelona, con los horarios perfectos y en el día perfecto. No recuerdo que día del mes de junio fue cuando cogió el avión, pero creo que tuvo que ser sobre el día 15.
Alejandro compró los billetes y yo me puse a programar la forma de volver los dos desde Saint Nazaire hasta Valladolid sin coger un avión y sin gastar demasiado dinero. Como lo que queríamos era ver algunas ciudades antes de volver para España, pensé que sería una buena idea pasar por Burdeos antes de volver definitivamente para España. Pero vayamos por partes ya que primero tenía que llegar Alejandro hasta donde me encontraba yo.
Primer día en Francia
El día “uno” (vamos a llamarlo así ya que no recuerdo el día exacto del mes de junio que era), quedé con Alejandro en la estación de tren de Nantes, donde tenía que llegar a eso de las cuatro de la tarde en uno de los autobuses que unen el aeropuerto con la ciudad. Yo el día anterior había tenido una pequeña fiesta de despedida en Saint Nazaire, y no tenía el cuerpo para muchos sustos, además los treinta grados que marcaba el termómetro de la puerta de la estación tampoco ayudaban demasiado. Alejandro se estaba retrasando y algo me empezaba a decir que aquel viaje no empezaba demasiado bien y ya pensaba que no había cogido el avión, que se le había perdido la maleta o que directamente se había perdido él.
Pero para mi alegría y tranquilidad apareció por la estación a las cuatro y media, arrastrando su maleta y sonriendo como un niño pequeño. Después del natural abrazo que se le da a un amigo cuando llevas mucho tiempo sin verle, me estuvo contando cómo había ido el viaje desde Sevilla hasta Madrid, después hasta Barcelona donde había hecho transbordo de avión y después hasta Nantes. El caso es que ya estábamos los dos reunidos en Nantes y teníamos toda la tarde para que viera la ciudad en uno de los pocos días sin lluvia que yo recordaba. Tuvimos que cargar con su maleta, ya que no íbamos a ir hasta Saint Nazaire para después volver otra vez a Nantes, así que íbamos cual domingueros por la ciudad con su maleta a cuestas. Dimos vueltas sin parar por la ciudad, estuvimos viendo la isla de las máquinas, construida en honor a Julio Verne, todas las calles del centro, la Place Royal, la Place du Commerce, la Catedral de Nantes en honor a San Pedro y San Pablo, el Castillo de los Duques de Bretaña, el mercadillo que se pone al lado del río Loira, pasamos por el Passage Pommeraye, visitamos la Basílica de Saint Nicolas, la Place du Cirque, las calles de Feltre, Calvaire y Budapest, nos dimos una vuelta por las tiendas de las calles del centro… No paramos de caminar en toda la tarde hasta que estuvimos muertos de hambre.
Partido de futbol y a por el bla bla car
Compramos pan, fiambre y un par de tomates en un supermercado del centro y nos pusimos a comer en unas escaleras de la Plaza del Comercio, en pleno centro. Lo de ir a restaurantes en un viaje como este va totalmente en contra de las férreas normas del Low Cost marcadas por Alejandro y por mí, así que con un bocadillo teníamos más que suficiente. Compramos también algo para cenar cuando llegáramos a mi residencia universitaria a Saint Nazaire. Lo que si que recuerdo de aquel día, es que empezaba la andadura de la selección española en el Mundial de Brasil de futbol de 2014. Para ver el partido seguimos a un tipo que vimos con una camiseta de España de Torres, que nos llevó hasta una calle estrecha que yo no conocía y donde había dos o tres bares de “estilo español”. Nos metimos en el primero que había y nos pedimos una copa de verdejo español del Duero de la que estoy seguro que Alejandro todavía se acuerda. Y no creo que se acuerde por lo bueno que estaba el vino, sino por el precio de la copa en cuestión, que nos salió por cuatro euros cada una, eso sí, tardamos los 45 minutos de la segunda parte en acabárnosla.
Para volver a Saint Nazaire, había reservado un par de plazas a un tipo por Bla Bla Car, que nos costaron menos que el vino (unos tres euros cada una). La segunda parte del partido nos la perdimos, pero los franceses de mi clase ya se encargaron de irme contando los goles que Holanda le metía a España (el partido acabó 5-1, con derrota para España). Cuando llegamos a Saint Nazaire lo primero que hicimos nada más llegar a la residencia, fue cenar, ducharnos y dormir, ya que estábamos reventados de estar todo el día andando. Y a falta de camas, Alejandro que es un tío previsor y de buena conformidad, se había llevado su saco de dormir hasta Francia a sabiendas de lo que le esperaba para dormir. Así que yo en mi cama y Alejandro en el suelo, dormimos hasta que sonó la alarma por la mañana para visitar la segunda ciudad que iba a conocer su segundo día en Francia.
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Comentarios (3 comentarios)
alejandro carabias herrero hace 8 años
Muy grande!!
Muy buenos ratos que pasamos juntos en Francia, Holanda y en cualquier otro sitio al que vamos juntos.
Aun tengo marcado el n° 4 en la piel para no olvidarme de lo "economico" que nos salio el #vinodeRueda
Grandes momentos, mejores ratos que pasamos, y pasaremos; estoy seguro de ello.
Proximo destino?
Alemania? Luxemburgo? Italia?
No es tan importante el lugar que visitas, sino con quien lo visitas y como lo visitas.
Con buena compañia y bajo el lema "low cost total"
Jajajaj
Un fuerte abrazo y hasta la próxima!!!
Adri P hace 8 años
A Portugal a por mantas, siempre y cuando no sean muy caras jajaja
alejandro carabias herrero hace 8 años
otro destino donde ir próximamente, podemos ir en coche. no nos damos cuenta, tenemos un paraíso al lado y no nos damos cuenta.