¡Recordando viejos tiempos en Murcia!

La Región de Murcia es una joya oculta de España. Antes de irme a pasar cinco meses viviendo allí, la gente siempre me preguntaba dónde estaba Murcia y por qué quería irme allí. Está a tiro de piedra de los destinos turísticos por excelencia, tales como Alicante y Benidorm, y aún así, la gente sigue sin saber el potencial turístico que tiene Murcia. Como no es muy famosa, se puede permitir tener unos precios bastante bajos, así que se ajusta a cualquier presupuesto. Y obviamente, la principal ventaja de vivir en Murcia es el buen tiempo. En verano, la media está en 27 ºC y, en enero, la temperatura más baja llega solo a los 10 ºC. En cinco meses llueven como mucho cinco días, la verdad es que eso ayuda, el poder levantarse cada mañana sabiendo que te va a dar los buenos días el sol.

Estuve viviendo en una pequeña ciudad llamada Alhama, a 40 minutos de Murcia, que tiene una población relativamente reducida, de unos 450 000 habitantes. Aunque sea pequeña, la ciudad está repleta de cosas para ver. La catedral de Murcia sigue siendo mi monumento favorito de toda España, pero además, si queréis ver una decoración de lo más ostentosa entonces id a ver el casino por dentro. La Casa Consistorial es también digna de contemplar con esos preciosos jardines de flores que tiene.

La Región de Murcia tiene también su propia gastronomía. Encontrarás comida típica de Murcia en cualquier bar o restaurante. Uno de mis platos favoritos es el arroz de caldero, es un plato de arroz que se prepara en un caldero y se sirve con pescado. Otra de las cosas que probé fue el pastel de carne, es un pastel de hojaldre relleno de una carne muy jugosa, tomate y huevo. Si alguna vez vienes a Murcia, tienes que ir al Madre de dios, tienen las tapas más exquisitas que hayas probado nunca, mis platos favoritos de aquí son el queso de cabra con mermelada de tomate y las patatas bravas con queso, bacon y huevo frito.

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Si te gusta la fiesta, Murcia también tiene para rato. En Murcia, tienes la Sala REM, que es el lugar al que puedes ir a menear un poco el esqueleto, o también está el bar de Erasmus por excelencia llamado Badulake, aquí sirven bebidas muy baratas y organizan quedadas durante la semana para hacer tándem.

Lo que más me gusta de la Región de Murcia, sin duda, es el paisaje. La región cuenta con unas playas preciosas, tienes la del Mar Menor, la de Mazarrón o la de Cartagena. Es el lugar perfecto para aquellos a los que les gusten las aventuras al aire libre, te puedes ir a perderte por los frondosos bosques y escalar por las montañas para disfrutar de las maravillosas vistas que ofrecen. No me cansaba nunca de ver las montañas a través de la ventana de mi coche cada mañana de camino al trabajo, la verdad es que ahora que he vuelto a mi casa, echo de menos eso. Una de las cosas que más me gustaba hacer en Murcia, era irme a hacer senderismo por la Rambla de Librilla. Sentí como si estuviera explorando por la versión española del Gran Cañón conforme iba andando por las rocas que el río y el viento habían ido erosionando. En Librilla también está el Barrando de Gebas, una tremenda extensión en la que se aprecian las rocas y el agua brillante y azul, como si hubieran sacado ese paisaje de la Luna. Me parece impresionante que algo así esté a tan solo media hora de una ciudad tan pequeña y adormilada.

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Y como en el resto de España, a los murcianos también les gustan los festivales. Cuando estuve allí pude ir a dos. Un día me pasé la noche bailando por la calle y comiendo churros con chocolate en la playa de Águilas y, luego, otro día fui al Festival de los Mayos, en mi ciudad, que es un festival típico de allí en el que la gente se viste de bufón de la Edad Media y se pasan todo el día y toda la noche de fiesta, sirviéndose platos de la paella gigante, viendo conciertos en directo, viendo las figuras de los políticos y de los famosos que hay hechas con papel maché y montándose en un trenecito que recorre toda la ciudad.

Si quieres irte a vivir nuevas aventuras, Murcia es tu sitio. Cada semana hacía una cosa distinta, ¡yo estoy ya buscando alguna excusa para volver!