Munchen

Publicado por flag-es Marina Mulero — hace 7 años

Blog: Viajes Pre-Erasmus
Etiquetas: flag-de Blog Erasmus Múnich, Múnich, Alemania

Munich, capital de Baviera. Lástima que no coincidiese con el Oktoberfest, pero a la vez mejor porque nuestro bolsillo estudiantil no nos lo hubiese permitido.

Nos hospedamos en un albergue más a las afueras del centro, ya que era  bastante carete coger uno en pleno centro de Munich. Realmente no nos pillaba muy lejos, ya que estábamos a 10 minutos andando de la estación de tren, y al centro podíamos llegar andando perfectamente sin necesidad de coger un transporte público (que funcionan muy bien, de hecho).

Para llegar al casco histórico tenemos que atravesar unas puertas de carácter medieval, que debían de ser cuatro en su época, pero ahora sólo quedan tres: en la Karlstor (ubicada en la Karlspalz), en la parte oriental la Isartor y la Sendlinger Tor mirando al sur del propio casco histórico.

La Karlsplaz es una zona bastante famosa de la ciudad, también reconstruída pero no por la Segunda Guerra Mundial, sino porque se derribó anteriormente cuando se quitaron las murallas que rodeaban el casco antiguo. En esta plaza podemos  una fuente que refresca mucho en verano, así como también podemos ver el Palacio de Justicia con una gran cúpula de crista.

El casco histórico es fácil de recorrer, no tiene pérdida y se puede hacer a pie. En Marienplatx tenemos el centro de la ciudad con el ayuntamiento. En el centro podemos ver la columna de María o Mariensaule construída en el siglo XVII para celebrar una victoria contra los suecos. El Nuevo ayuntamiento preside la plaza, Neues Rathaus con un estilo gótico que hace que no entre ni un detalle más en la fachada. Las gárgolas fueron mis favoritas, pero lo que más nos sorprendió fue el Glockenspiel, donde a las 11 y 12 salen las figuras al ritmo de las campanadas. ¡Imprescindible verlo! 

Al otro lado de la plaza vemos el museo del juguete o viejo ayuntammiento Altes Rathaus, que se queda un poco corto con la maravilla de edificios que hay alrededor, aunque tampoco desentona con el carácter de la plaza. 

Nos acercamos a la Catedral, ya que no dejábamos de ver las dos cúpulas verdosas desde diferentes puntos de Munich. Es una iglesia reconstruída por dentro debido a la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial. No llegamos a entrar, ya que como nos comentaron que estaba recién reconstruída, no le dimos importancia y continuamos nuestra visita por las calles de Munich.

Puedes llegar fácilmente a una de mis partes preferidas de las ciudades que visito: los mercados. en concreto, al Mercado del Alimento del siglo XIX. En este mercado me encataron las flores, había tal cantidad y daban un colorido a la plaza... Espectacular. Cómo no, también tienes una pequeña zona donde puedes tomarte una cerveza bien fresquita mientras estás por la zona.

Como nos quisimos meter de lleno en la cultura alemana de Munich, decidimos entrar en una de las cervecerías más famosas que tiene la ciudad: HB. Allí dentro te encuentras con el típico bar alemán, con tiroleses vestidos tradicionalmente tocando y cantando la música que podrías escuchar en el oktoberfest, para aquellxs que no pudimos ir en la época de la cerveza.

Para salir de fiesta, recomiendo el centro. Como aún no había empezado el curso escolar, nuestra visita a la zona universitaria (bastante alejada del centro) fue un fracaso absoluto: nos encontramos con la mayoría de bares cerrados, y muchas cafeterías y pubs que cerraban según llegamos nosotras (¡sólo eran las once de la noche!). Seguro que ahora mismo el ambiente es espectacular, igual que el que nos encontramos nosotras en Pachá en el centro. Sé que suena raro ir a un Pachá en Munich, pero no tiene nada que ver. Al entrar, la entrada era gratis antes de cierta hora, por lo que lo aprovechamos. En general es bastante caro, así que aconsejo tomarse unas cervezas en casa antes de salir de fiesta. Dentro del bar podías degustar todas las cervezas más típicas de allí pero en botellín, y rodearte de mucha gente de la zona que enseguida se acercaban a entablar conversación con nosotras.

En nuestro último día, decidimos alquilar una bicleta para recorrer los jardines de la ciudad. Comenzamos con el más pequeño, el parque Hofgardten, un parque muy cuidado con un templo de Diana que da un aspecto de cuento. A continuación, decidimos ponernos en marcha para recorrer un parque mucho más grande: el parque  Englishgarten, un parque de estilo inglés de más de 400 hectáreas. es una pasada, recomiendo reservar una tarde entera para poder apreciar su inmensidad. Tienes una zona de río donde la gente hace surf. ¡Surf en un río! Tienen abierta una compuerta que consigue que se creen olas al más estilo surfero. Todo el parque está lleno de gente tomando el sol o haciendo picnic, hasta con zona nudista si prefieres tomar el sol como si estuvieses en la playa. También hay una zona muy recomendable que parece que te traslada a japón: el biergarten, un lugar fantástico para aparcar la bici, sentarte y tomarte una buena cerveza. Te pedirán una fianza por la cerveza, pero es tan simbólica que si tienes ganas de un recuerdo, merece la pena perder la fianza o como lo vimos nosotras, pagar por ella.

Como aún nos quedaban horas de alquiler de la bici, nos ahcercamos a la Residencia conocida por ser la residencia oficial de los reyes bávaros durante más de 6 siglos. Se puede entrar comprando la entrada, pero al ir con las bicicletas decidimos dar otra vuelta por la zona de los jardines.

Por último, acabamos en la Iglesia de los Teatinos, preciosa edificación de hacecuatro siglos, así como la iglesia de los jesuitas, una de las más grandes del mundo.


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