Mostar- El puente que sangra

Al igual que en Sarajevo, la historia reciente de la Guerra de Bosnia también asedió esta pequeña ciudad.

Lo más conocido de esta ciudad es el puente viejo, que unía dos civilizaciones: los bosniak (musulmanes) y los bosnios-croatas (católicos). Al comenzar la guerra, ambas civilizaciones se unieron para luchar contra los invasores o bosnios-serbios, que eran ortodoxos. Estos últimos, como comentaba en el post de Sarajevo, luchaban por que lo poco que quedaba de Yugoslavia se manteniese unido. 

Cuando llegaron a Mostar, los bosniak fueron expulsados de la ciudad. Cuando siempre habían colaborado juntos, a partir de aquí católicos y musulmanes comenzaron su  locura de guerra personal por ver quien gobernaría la ciudad.

El puente Stari Most fué el símbolo de unión durante muchos años, hasta que fue bombardeado en 1993. Cuando esto ocurrió, se dice que el río se tiñó de sangre y que Dios estaba castigando a la ciudad por su guerra absurda. Lo que realmente pasó fue que las piedras que cayeron al río tenían un componente químico que, en reacción con el agua, soltaba un tinte que teñía de rojo las aguas. Cuentan que el puente pedía a gritos la reconciliación de los pobladores de la ciudad, ya que si continuaban sólo habría dos bandos: el de los vivos y el de los muertos.

En la actualidad, el puente se encuentra reconstruído con las mismas piedras que cayeron el día del bombardeo. Mucha de la gente que vive ahí realiza salto desde el propio puente al río.

Las mezquitas, iglesias y bazares por la calle te atrapan. Aún quedan restos de la guerra, como en su hermana Sarajevo: techos, fachadas tiroteadas, restos de bombas en el suelo....

Esta historia sigue tocando muy de cerca a la población, y más a las que no lo conocíamos por que se siguen viendo paralelismos con la actualiad.

Espero que no se olvide jamás las atrocidades que ocurrieron allí hace menos de 25 años, y que nunca se vuelvan a repetir en otro lugar del mundo.

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