Castillo de Montemor-o-Velho

Continuamos hablando de castillos, ya he explicado los castillos  de Leiria, el de Guimarães, el de Pombal y el de Óbidos, aunque de este último es más muralla que castillo en sí mismo.

En esta ocasión, toca hablar del castillo de Montemor-o-Velho. Una localidad bastante cercana a Coímbra y por tanto, una buena alternativa de plan de fin de semana para visitarlo. De este lugar, ya hablé del zoo de Europaradise pero me quedan dos lugares en él, su casco antiguo y el propio castillo de Montemor-o-Velho.

Cómo llegar...

La mejor manera de llegar es en coche o caminando, no se si existe servicio de autobuses entre Montemor-o-Velho y Coímbra pero si lo hay será más lento y caro que ir en tren.

En tren nos dejará al apeadero de Montemor que pese a tener el nombre de la ciudad no se encuentra en Montemor si no a dos kilómetros de distancia, en las afueras de la pequeña población de Alfarelos. De aquí, iremos caminando, existen dos caminos uno todo recto asfaltado por donde pasan los coches y otro de tierra, a la izquierda del asfaltado donde pasan la mayoría de personas que quieren ir de una población a otra.

En coche, la forma más lógica es coger la N111 que comunica ambas poblaciones, si uno viene de más lejos la A14 pasa por esta población.

Un poco de historia...

El lugar se tiene referencia de él desde los tiempos de Ramiro I de Asturias en el siglo IX. El sitio entre el Duero y el Mondego pasó de muchas manos en los siglos siguientes, los musulmanes lo conquistaban y el reino cristiano lo volvía a reconquistar.

La conquista definitiva fue en el año 1064 cuando se conquista de  una vez Coímbra y se mantiene la frontera del Mondego. El conde Sesnando Davides, además de mantener la paz en la región, creó un sistema de fortificaciones a lo largo del río Mondego, uno de estos castillos fue el de Pombal que ya expliqué en un artículo anterior que se encontraba un poco más al sur del Mondego.

En el caso del Castillo de Montemor-o-Velho  fue junto al de Coímbra (del que actualmente no existe más allá de algún trozo de muralla) los más importantes de la línea defensiva que incluía otros como los de Figueira da Foz (queda una pared), Santa Eulália (no existe), Soure (unos restos), Penacova (no existe), Penela (más o menos existe parte del castillo) o Lousã (se mantiene bastante bien).

Con la independencia de Portugal, el castillo formó parte del nuevo reino cristiano y fue lugar de ciertos conflictos entre reyes portugueses. Ya en el siglo XIV, tuvo ciertas reformas añadiéndole una barbacana (un muro posterior a la muralla) y parte de la muralla de la zona norte.

Aunque en los siglos siguientes, el castillo perdió su importancia defensiva, tenía su importancia ya que en su interior se podían albergar hasta 5.000 soldados.

Ya en las guerras napoleónicas, fue ocupado por las tropas francesas del general Jean-Andoche Junot, entre los años 1807 y 1808. Tres años después, cuando se retiraron las tropas francesas el castillo fue saqueado junto al resto del pueblo.

Posteriormente, con la extinción de las Órdenes Religiosas en 1834, el interior es utilizado como cementerio y parte de las piedras son aprovechadas por la población. En 1877, una de sus torres fue usada como un simple campanario (o Torre do Relógio en portugués).

Finalmente, en 1910, el castillo de Montemor-o-Velho y la pequeña iglesia de Santa Maria de Alcaçova (que se encuentra en su interior), fueron clasificados como Monumento Nacional. En 1929, un particular, António Rodrigues Campos, realizó una campaña de defensa del monumento que llegó a realizar pequeñas restauraciones en determinadas partes del castillo.

El castillo

Lo más sorprendente del castillo son sus murallas más que en su interior del que poco queda ya, lo que uno va a encontrar en el castillo es recorrer las murallas de este, que se pueden ver en la primera fotografía. Además, el lugar es gratuito seguramente porque en sí mismo el lugar no sea tan visitado o al ser tan grande se intenta aprovechar como una zona verde más de Montemor-o-Velho.

Dentro de sus interior encontramos varios lugares, en primer lugar la torre del homenaje o torreón (Torre de Menagem en portugués), se conserva bastante bien y de ahí se pueden hacer buenas fotos pero eso sí, no llegamos al techo del torreón como puede ser el castillo de Pombal.

En su interior también podemos encontrar una oficina de turismo que tiene el mismo horario del castillo de 10.00 horas a 17.00 horas entre octubre a junio, y de 9.00 a 21.00 horas entre julio y septiembre.

Fue muy curioso porque yo fui al castilo hacia la 1 del mediodía y estaba yo por ahí curioseando, haciendo fotos del castillo y de sus alrededores cuando vino la persona encargada de turismo (supongo que después de comer pero yo me mantengo en el horario español) y al verme, me explicó un poco la historia del castillo de Montemor-o-Velho. Además, me abrió la iglesia de Santa Maria de Alcaçova para poder ver su interior.

Esta iglesia se remonta al siglo XI, pero fue reformada en el siglo XVI por el arquitecto Francisco Pires bajo el mando del obispo-conde Dom Jorge de Almeida. El estilo de la iglesia es manuelino, ya hablé de este estilo pero básicamente surgió a finales del gótico. Se encuentra dedicada a la Virgen de la Asunción y pese a ser pequeña, al ser del siglo XVI tiene su encanto aunque no estaría de más una mano de pintura a la iglesia.

Una de las cosas más curiosas de su interior es la "doble" imagen de la Virgen María como se ve en la segunda fotografía, es algo verdaderamente raro de ver.  Una de las leyendas curiosas que me contó el guía turístico es que en el ostiario (o como se diga el lugar donde el cura las deja), un ladrón intentó robarlas (según al leyenda un "moro") pero Dios acabó matándolo por profanar el lugar, menuda anécdota más educativa.

Ya por último nos queda el Palacio de las Infantas (Paço das Infantas en portugués), de las cuatro paredes del edificio solo quedan dos en pie. Debió ser un edificio del siglo XII atribuido a Doña Urraca, hermanda de Doña Teresa, madre del primer rey portugués. El lugar serviria como residencia a infantas, reyes y reinas.  Al lado se encuentra una cafetería, "casa do chá" (casa de té aunque de facto sea una cafetería) que al ir en domingo se encontraba cerrada.

Existe también unos pequeños prismáticos y que encima es gratis, mola bastante poder observar al detalle los alrededores.

Por último, nos queda el campanario y el resto de torres, básicamente nos sirven de mirador aunque desde cualquier parte de la muralla vale. Y nombrar un poco el paisaje que es expectacular aunque estemos en un lugar relativamente bajos, sus alrededores son bastante bonitos ya que apenas está urbanizada. Montemor-o-Velho es un pequeño pueblo, por lo que sus alrededores nos encontraremos con campo.

En definitiva, el lugar me sorprendió, Montemor-o-Velho es de esos lugares que inexplicablemente el turista no llega ya sea por falta de información o porque se encuentra en medio de otros buenos lugares como es Figueira da Foz y Coímbra. Un Erasmus que esté en Coímbra debe visitarlo sí o sí porque está cerca, el castillo es grande (aunque en sí mismo solo quede la muralla y la torre del homaje) y sus vistas son expectácular.

Además es gratis su interior, incluido los prismáticos por lo qeu no tenéis excusa. La visita está bien unirla junto con zoo del Europaradise y su pequeño casco antiguo, por lo que se puede aprovechar un día visitando sus alrededores.