Mons, ciudad de residencia del Doudou (probablemente el vecino más conocido de esta ciudad junto con el Singe du Grand Garde), esconde una auténtica maravilla en pleno corazón de la urbe, el Parc du Beffroi.
El esfuerzo que conlleva la cuesta que conduce a la entrada de este parque se ve recompensado una vez llegamos y podemos observar este pequeño lugar de verde hierba y frondosos árboles en primavera y verano, que nos ofrece unas vistas maravillosas de la ciudad de Mons y de sus alrededores. Se encuentra rodeado por un camino que te permite rodear todo el parque y que te conduce hacia un pequeño mirador desde el cual poder tomar unas magníficas instantáneas del paisaje.
En invierno es posible observar algunas puestas de sol impresionantes con toda la ciudad a tus pies. Esto no es posible en verano puesto que uno de los grandes peros que tiene este parque es que su hora de cierre es a las 18:00 (la de apertura es a las 10:00) y esto impide poder disfrutar de esas puestas de sol. Pero en verano siempre puedes disfrutar de unas temperaturas algo más cálidas para pasar un momento con los amigos para jugar unas partidas a las cartas, charlar, reposar a la sombra de un árbol... o incluso aprovechar la tranquilidad que suele reinar en este lugar para estudiar.
Todo esto ocurre siempre bajo la atenta mirada del guardián del parque, que no es otro que el Beffroi. El Beffroi es un campanario o carrillón construido en el siglo XVII, que rige el horario de la urbe con su melodía de campanas. Es posible visitarlo y subir hasta arriba gracias a un ascensor y los precios de entrada son de 9€ una entrada normal, 6€ para estudiantes, 2€ para niños y 3€ para familias. Este monumento ha sido reconocido por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad, lo que nos ofrece otra razón para visitar este maravilloso monumento.
Si alguna vez pasáis por Mons ya sabéis uno de los lugares que no podeis dejar de visitar antes de continuar con vuestro viaje.
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