Mi primer día Erasmus

Publicado por flag-es Rocío C — hace 5 años

Blog: Erasmus en Marsella
Etiquetas: flag-fr Blog Erasmus Marsella, Marsella, Francia

Aún lo recuerdo como si fuera ayer. El día anterior había estado de despedidas y cerrando las maletas definitivamente, aunque ya las había hecho con un par de días de antelación. Mi vuelo salía a las 6.30 am y esa noche también estuve de despedida. Fue una cena muy emotiva que se alargó hasta las 4 de la mañana. Yo no iba a ser capaz de dormir aquella noche de lo nerviosa que estaba, así que mejor pasarla acompañada y con una buena despedida.

Me desperté a las cinco de la mañana habiendo dormido menos de una hora, y aunque estaba muy cansada casi no lo notaba por la emoción y la pena de despedirme. En el aeropuerto fue todo muy rápido, excepto la facturación con Ryanair (llevaba solo una maleta mediana y una de mano, llenas, pero no se necesita más para cinco meses). Me subí al avión más nerviosa que nunca y no solo porque era mi primer vuelo sola, también porque no sabía que me esperaba. A partir de ese momento, todo era nuevo y no tenía ni la más remota idea de que pasaría. Y es que, por muchas cosas que lleves meses imaginando sobre tu erasmus, nunca habrás imaginado lo que realmente va a pasarte.

Llegué a las 8 de la mañana a Marsella, a la terminal pequeña (obviamente Ryanair vuela a la barata). Tuve que esperar un rato a mi maleta, tratando de hablar por WhatsApp con alguien pero en España era tan temprano que nadie podía aliviar mis nervios. Cuando ya tenía todo mi equipaje, cogí un taxi y le di la dirección de mi residencia. Ese lugar con tantas incógnitas. El camino fue tranquilo, que duró algo más de media hora ya que tan temprano las carreteras de entrada a Marsella están congestionadas con todas las personas que viven a las afueras pero trabajan en la ciudad. Estuve hablando con el taxista, pues tenía que empezar a hablar en francés y quién mejor que él,  alguien que no volvería a ver nunca y que no tenía escapatoria. Le hablé de por qué estaba allí y él me contó cosas de la ciudad según entrabamos en ella, como por ejemplo que había dos puertos, el centro comercial principal de la ciudad, y una vez más cerca de mi residencia (y sabía que estábamos cerca porque la calle la había buscado muchas veces con Google Maps para tratar de ubicarme) me explicó que esa zona era la de los hospitales, la Timone.

Entrar en la residencia fue un momento que llevaba esperando mucho tiempo. Habia visto las fotos pero, a parte de que siempre usan los mejores ángulos y la idea que te haces suele ser distinta a la realidad, no habia podido leer comentarios de la gente ni referencias porque no las había. Aún así  la habitación era muy muy parecida a lo que había imaginado. Llamé a mi madre, que ya estaba despierta y me dormí. Tampoco dormí mucho porque vino un 'senior', que viene a ser uno de los que también viven en la residencia pero que además trabajan en ella, a revisar si la habitación estaba en buen estado y comprobar que no faltaba nada. Yo estaba tan dormida que no me enteraba, le deje revisar que todo estaba OK, y volví a dormir. Conseguí dormir hasta mediodía y ya era momento de empezar a hacer cosas.

Bajé a comer a un bar, donde pedí una baguette que por cierto estaba malisima, y me organicé el resto del día. Lo primero y más importante, ir a la facultad y firmar la carta de llegada. Si os vais a ir de Erasmus ya sabréis de que estoy hablando y es que el primer día al llegar a tu destino, debes ir a la universidad a que te firmen la llegada. Esto es importante por dos razones, la primera, que a partir de ese día es oficial que comenzaste el erasmus y será el primer día que vas a cobrar tu Beca Erasmus. Como ya expliqué la beca va por días y, si ya estás ahí ¿para qué perder dinero? En segundo lugar es también importante ya que se reconoce que has llegado a tu nuevo país y empiezas a estar bajo el seguro de estudiantes que incluye esta aventura, de modo que tu propia universidad española es responsable de cualquier cosa que te pase. Otra razón aunque menos importante porque no suele ser urgente, es bueno conocer al responsable de erasmus de tu facultad, porque vas a comunicarte mucho con él o ella para todo lo relacionado con tus estudios pero además siempre puedes preguntarle cosas como cuál es el supermercado más barato. Y eso fue lo que yo hice porque en el barrio de La Timone y muy muy cerca del metro hay por lo menos tres supermercados distintos, todos franceses que yo no sabría distinguir. Y antes que pasarme la tarde en los tres comparando precios, ella, mi responsable de erasmus, ya me dijo cual evitar. Así pues, lo segundo más importante para mi era hacer la compra. Tener alimentos para esa noche y la mañana siguiente, no hay nada peor que despertarse en una cama nueva y no tener nada para comer. En mi caso no siquiera tenía nevera, hecho que complicaba la lista de la compra porque mucha comida era mejor comprarla cuando pudiera guardarla en la nevera y no en la estantería.

Después de esos dos puntos tan importantes, las cosas que puedes hacer en tu primer día de erasmus son tan aburridas como limpiar la habitación, porque por mucho que ya haya sido limpiada antes de que tu entraras... No siempre está en las mejores condiciones. Una vez tienes todo limpito, deshacer las maletas, empezar a colocar las cosas y ver cual será su lugar... Empezar a acomodar esos 9 metros cuadrados para hacerlos acogedores y familiares, pues si no hay cambios esa será tu casa los próximos meses y no hay nada más importante que sentirse a gusto y 'como en casa'. Cada uno lo hará como mejor quiera, pero cosas tan sencillas como colocar los muebles a tu gusto, poner tus sábanas o tu ambientador favorito, o llenar la habitación de fotos, son cosas que pueden marcar la diferencia.

Una cosa que aprenderás en el erasmus es que las 24 horas de un día dan mucho de sí. Normalmente tenemos la sensación de que los días son muy cortos pero cuando empiezas a hacer todo por ti mismo te das cuenta del tiempo que inviertes en cada cosa y consigues aprovechar los días. Así que continuemos con más cosas que hacer el primer día: amigos. Recuerdo que mi primera tarde en Francia, cuando ya tenía la habitación limpia pero aún no era momento de cenar y mucho menos de volver a cenar, a pesar del cansancio que llevaba encima, decidí salir a dar una vuelta. La residencia tenía unas salas comunes cerca de la salida, y escuché que había gente. Al entrar me di cuenta que era un grupo de amigos jugando al pin pon (sí, muchas de las residencias públicas tienen pin-pon en las salas comunes). Pasé un rato con ellos, que resulta que llevaban ya varios años en la residencia y me hicieron sentir cómoda. Les di mi número y los siguientes días nos vimos bastante. Fue una buena amistad que me ayudó mucho a adaptarme, porque aunque no eran franceses llevaban muchos años allí y Marsella ya se había convertido en su ciudad. Pero el mejor regalo que tuve aquel día fue un mensaje que recibí de la que sería mi mejor amiga en el erasmus.

Resulta que aquella misma tarde al salir yo de hablar en la oficina erasmus de la facultad, fue otra chica de las que estaba allí mismo de erasmus. La coordinadora pensó que sería buena idea darle mi número, pues yo acababa de llegar y aquella misteriosa chica ya llevaba varios días en Marsella pero sin conocer a nadie. Y así fue como Natalia (Talita) me escribió. Fue un mensaje que no me esperaba y aunque yo no tenía en mente hacerme amiga de españoles (prefería en mi erasmus conocer a gente de otros países para así forzarnos a hablar en francés y además conocer costumbres distintas a las mías) me reconfortó saber que al día siguiente tenía un plan. Ya tenía algo que hacer y alguien con quien hablar. Adelantando acontecimientos diré que ella y yo veniamos las dos de Madrid, aunque cada una de una universidad distinta (ella de Alcalá y yo de la Complutense), las dos estudiábamos farmacia y vivíamos en la misma residencia. No íbamos juntas a clase, por la sencilla razón de que para ella era su ultimo año de carrera y estaba haciendo las prácticas de hospital y yo sin embargo tenía que ir a clase y hacer las asignaturas.

Finalmente,  mi primer día no dio para mucho más. Di un paseo, cené sola en un restaurante muy francés y al volver a la habitación donde ya tenía la cama hecha llamé a mis padres y después a mi chico y me dormí tranquila. Fue un día extraño, con muchas emociones, y muy completo. Tampoco tuvo nada de especial, pero fue mi primer contacto con la ciudad, sus calles, su gente, y estuve contenta aunque seguía muy nerviosa.

He de decir que he conocido muchas personas y nuestro primer día es distinto para cada uno. Hay algunos que llegaron a Marsella con sus padres, de forma que al llegar conocieron su futura residencia, la ordenaron, la acomodaron a su gusto pero pasaron la noche acompañados y en un hotel. Al final todos los detalles cuenta. Conozco también personas que venían de viajes de más de 10 horas y al llegar a la residencia se cruzaron con un grupo que iba a salir de fiesta, de forma que el que acababa de llegar se cambió de ropa mientras los demás esperaban y esa misma noche conoció la fiesta en Marsella y a la mitad de los erasmus que ya habíamos llegado.

Cada uno tiene su historia en esta vida, y ningún primer día es igual a otro. Pero os puedo asegurar que el 90% de vosotros tendrá que hacer lo más importante y que ya he mencionado:

  • Firmar la llegada en vuestra facultad
  • Hacer la compra
  • Ordenar la habitación 
  • Empezar a conocer gente

Espero que ante todo ese día os acostéis felices y con ganas de seguir conociendo. 

¡Un beso! 


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