Antequera
Perfil Histórico
Antequera remonta su antigüedad al menos a unos cinco mil años, época de la construcción de los dñolmenes de Menga., Viera y el romeral. Aún así, este dato probablemente quedará muy corto, de confirmarse los indicios fundados sobre épocas anteriores, deducidos de las excavaciones que se vienen realizando en la Cueva del Toro, en la Sierra del Torcal.
Los antes citados dólmenes prehistóricos, se encuentran muy próximos a la ciudad: los de Menga y Viera, en un recinto ajardinado, junto a la población misma, por la carrtera de Málaga y Granada; el del Romeral, un poco más alejado, en la misma carretera y junto a la fábrica de azúcar.
De la época romana se conservan abundantes vestigios. En el arco de los Gigantes, pueden contemplarse diversos restos de los municipios de Antikaria, Singilia y Nescania y en el Museo municipal, se exponen otros muy interesantes, como el «Efebo de Antequera». También quedan huellas de la Antakira árabe, singularmente el Castillo que corona la ciudad. La ciudad musulmana sufrió varios asedios, pero tuvo que ser el lnfante don Fernando «el de Antequera»,
quien la conquistara en 1410, después de cinco meses de duro sitio.
A partir de este suceso, comenzó el crecimiento de la Antequera cristiana, que
salió de los estrechos muros del Castillo y se extendió por las tierras llanas, configurándose
la actual ciudad, con importantes construcciones civiles y religiosas
de estilo renacentista y barroco. Este último, junto con los barrios populares.
caracterizados por fachadas de blanquísima cal y singular limpieza, definen a Antequera y la transforman en
una de las más hermosas poblaciones de Andalucía.
Después de ser conquistada a los árabes, se sucedieron unos años de dificultades
hasta la consolidación de dicha conquista con las de Málaga y Granada.
Al abrigo de su prosperidad económica y de su fe religiosa, acudieron diversas
órdenes religiosas, que a lo largo de los siglos XVl, XVll y XVlll elevaron
magníficas iglesias y conventos, de los que se conservan excepcionales
muestras. También las familias nobles de la conquista, se afincaron en Antequera,
construyendo hermosos palacios y casas solariegas.
La ciudad
La población actual está situada al norte de la Sierra del Torcal y en la margen izquierda
del río Guadalhorce, que bordea la ciudad y su espléndida vega.
Sus más de cuarenta mil habitantes, la convierten en una de las principales poblaciones
de la provincia malagueña.
A pesar de su proximidad a Málaga y su Costa del Sol, al estar separada por la barrera montañosa que constituye la Sierra del Torcal, su clima ciertamente es frío en invierno y seco y caluroso en verano.
Su excepcional enclave geográfico, a sólo 46 km de Málaga y con distancias sensiblemente cortas a las principales capitales andaluzas de Córdoba, Sevilla y Granada, la hacen participar con una singular simbiosis en la manera de ser de las cuatro ciudades citadas, configurándose
en una auténtica capital rural, donde se han concentrado todas las actividades
agricolas, ganaderas y el sector secundario de servicios de la comarca.
En el pasado tuvo gran importancia industrial, fabricándose la famosa «manta
de Antequera», junto con otras industrias tales como los curtidos. Actualmente estas actividades, prácticamente desaparecidas, tienen su renovación en las del Polígono lndustrial, con desarrollo ciertamente lento, pero con un futuro esperanzador.
Sí se siguen elaborando en época navideña los famosos mantecados, roscos, alfajores, etc. que desde siglos atrás extendieron por todos los rincones el nombre de Antequera.
Las actividades agrícolas se centran en el cultivo del olivo, con grandes extensiones, y también de diversos cereales, además de otros cultivos de regadío.
Principales monumentos
El Arco de los Gigantes, es una interesantísima construcción de 1585, hecha con la importantísima idea de colocar sobre sus muros una serie de lápidas y estatuas, testigos de las grandezas de la ciudad y otros municipios de la comarca en época romana.
Por esta razón está considerado como el primer museo de antigüedades romanas de España.
En mayo de 1985 se ha conmemorado su 400 aniversario, volviendo a colocar en el mismo los restos epigráficos y escultóricos que se habían recogido en el Museo municipal,
Del Castillo árabe se conservan diversas murallas y torres, como la Blanca y la
del Homenaje; ésta con el legendario reloj de Papabellotas y cubierta por un
templete renacentista en el que se alberga la campana de la ciudad. Todas estas construcciones están rodeadas de un parque ajardinado y abierto, desde el que se divisan hermosos panoramas de la ciudad y la vega. Existen otros restos próximos, como son los Arcos de la
Estrella y del Agua y la Puerta de Málaga (Ermita de la Virgen de Espera).
La Puerta de Málaga o Ermita de la Vingen de Espera, está situada en la zona baja del Castillo y dando al río de la Villa; antiguamente formaba parte de la segunda cerca de la Alcazaba, estando unida a la Torre Blanca de la misma por una serie de murallas, ahora inexistentes.
Tenía la función de comunicar el recinto interior amurallado con el exterior, mediante un airoso arco de herradura en ladrillo. Posteriormente la estructura fue muy modificada al convertirse en ermita. En el interior hay un retablito con la citada Virgen de EsPera.
Museo municipal
El Museo municipal está instalado en el Palacio de Nájera, hermoso edificio del siglo XVlll, en una de cuyas esquinas puede admirarse la torre-mirador más bella de Antequera. En el Museo se exponen numerosas piezas del mayor interés como el Efebo de Antequera, singular escultura en bronce del siglo I, aparecida ocasionalmente en el campo, que representa a un adolescente desnudo y que es sin duda alguna «la pieza antigua más hermosa aparecida en el suelo peninsular» y cuya simple contemplación ya justificaría una visita a Antequera.
En arqueología también es de destacar el busto en mármol de Druso el Mayor, retrato de un príncipe romano del siglo I. En las distintas salas del Museo se exponen pinturas, de entre las que destacan las obras de Bocanegra, Mohedano, además del mexicano Juan Correa.
También se exponen dieciséis cuadros del antequerano Cristóbal Toral, uno de los mejores pintores contemporáneos. Distintas esculturas se reparten por las estancias, destacando singularmente la que representa a san Francisco de Asís, obra del gran imaginero Pedro de Mena.
La colección de orfebrería es muy importante y completa todo lo relacionado, mantos de vírgenes, objetos artísticos de las Cofradías de Semana Santa, retablos, muebles, etc.
En la planta sótano hay una pequeña colección de objetos de usos y costumbres
populares y todo se complementa con un importantísimo Archivo y una moderna Biblioteca.
El Museo está abierto diariamente (incluso domingos), durante la mañana y cierra los lunes.
Las iglesias de Antequera
La ciudad, contemplada desde lugares altos, es un espectáculo de las torres y espadañas de la veintena de iglesias que jalonan el paisaje urbano. Destacamos las más importantes: Real Colegiata de Santa María la Mayor. Construida entre 1514 y 1550 ha sido calificada como «la primera iglesia que con sentido renacentista se construyó en Andalucía» y por sus proporciones y diseño puede calificarse de monumental. Su interesante fachada, que en opinión de expertos fue repetida por Alonso Cano para la de la catedral de Granada, está dividida en tres ejes y dos cuerpos, sorprendiendo en la misma el gran arco de medio punto de la Puerta central, cuya notable altura contrasta con los dos laterales. Después de una balaustrada ciega, remata la fachada un triple frontispicio, con pináculos estriados. El interior, de grandes proporciones, es de planta basilical, con tres naves y grandiosas columnas jónico-renacentistas e importante artesonado mudéjar. En los últimos años se han realizado importantísimas obras de
restauración y viene siendo utílizada como sala de conciertos.
Iglesia del Carmen. Si bien las obras de este templo y del Convento de Carmelitas Descalzos (ahora desaparecido) comenzaron a finales del siglo XVl, las obras debieron de prolongarse muchos años después. La construcción es de una sola nave con capillas laterales adosadas.
Es de destacar su espléndido artesonado mudéjar de comienzos del siglo XVll y la soberbia capilla mayor con tres retablos barrocos: los dos laterales dorados y el central, de grandes proporciones y pletórico de columnas, angelotes y santos que decoran y cubren cada
pequeño espacio que pudiera quedar libre, es de madera sin dorar y «acabado ejemplo de estilo barroco decadente andaluz, mal llamado churrigueresco».
lglesia de Nuestra Señora de los Remedios. Junto al actual Ayuntamiento (antiguo convento de Franciscanos), se encuentra esta iglesia, formando conjunto con el mismo. Es obra del siglo XVll, de larga duración, con planta de cruz latina y capillas laterales, estando prácticamente
toda la superficie del templo decorada con pinturas diversas. Destaca el altar mayor, dorado y de un barroquismo extremo, construido ya en pleno siglo XVlll, con diversas imágenes y en el camarín central con su titular, la Virgen de los Remedios, Patrona de Antequera.
lglesia Colegial de San Sebastián. A este templo se trasladó desde Santa María y a fines del siglo XVll, la Colegiata.
Destaca su fachada plenamente renacentista y su hermosa torre barroca en ladrillo con decoración de barro cocido, obra de Francisco Andrés Burgueño. El exterior de esta iglesia, junto con la hermosa fuente renacentista de la plaza, el Arco de la calle Nueva próximo y el paisaje del Castillo en lo alto, forman uno de los conjuntos urbanos más bonitos de Antequera. Otras iglesias interesantes. Aunque bien merecían consideración y detalle independiente, por razón de espacio únicamente podemos relacionar las de mayor interés como son la de San Francisco, Descalzas, Belén, Madre de Dios, San Juan de Dios. etc; cuyas riquezas arquitectónicas y piezas artísticas atesoradas en su interior, forman un conjunto monumental de primer orden.
Palacios y casas solariegas
Aunque han desaparecido algunos del mayor interés, aún se conservan en pie muchos otros importantes. Del siglo XVI, es el palacio de los Marqueses de la Peña. Al siglo XVll pertenecen el Palacio de los Marqueses de las Escalonias, el Palacio Municipal y la Casa de los Pardo (Banco Hispano-Americano).
Del siglo XVlll son el Palacio de Nájera (Museo Municipal) la Casa de los Pinofiel, la Casa de los Condes de Colchado, el Palacio de Villadarias, la Casa de los Colarte (Casa-Museo) y la Casa de los Barones de Sabasona. Y ya del siglo XX y más concretamente de los años treinta, son la Casa de los Sarrailler (obra de Aníbal González), el edificio de la Caja de Ahorros de Ántequera y el teatro cine Torcal.
Los dólmenes prehistóricos
Muy próximos a la ciudad se encuentran las mal llamadas cuevas de Menga, Viera y el Romeral, que forman el conjunto de dólmenes más importantes de Europa y que muestran cómo en el fértil valle que riega el río Guadalhorce se asentaron poblaciones importantes, hace ya unos cinco mil años. Se trata de construcciones de carácter funerario, elevadas con enormes piedras y recubiertas posteriormente de tierra, llegando a simular un leve promontorio en
el paisaje. Más detalladamente nos referiremos a cada una de ellas: Dolmen de Menga. Es el más grande y antiguo de los tres y se tiene conocimiento de su existencia desde tiempos muy antiguos, habiendo sido calificado como el «más majestuoso y mejor con servado
de todo el mundo prehistórico», estando fechado alrededor del año 2500 antes de J. C. La cámara de planta ovalada mide 25 metros de largo, con un ancho máximo de 6'5 y una altura de 2,70 m.
Se inicia la construcción con una galería, ahora incompleta, que da acceso a una gran cámara; a su vez ésta se compone de siete grandes piedras verticales a cada uno de los lados, además de otra de cierre de fondo. La cubierta la componen cuatro enormes losas de gran grosor y peso;
a la última se le han calculado unas 180 toneladas.
En el centro de la cámara, existen tres monolitos que cumplen una teórica función de sostén
de la cubierta.
Dolmen de Viera. Está muy próximo al de Menga y debe su nombre a los hermanos Viera, unos jardineros municipales que lo descubrieron en 1905. No es tan grande como el de Menga, si bien el cuidadoso labrado de sus piedras nos hace pensar en la lógica evolución arquitectónica que le dan los, aproximadamente cien años de distancia entre la construcción de uno y otro.
Consta de un largo corredor por el que se accede a una cámara sepulcral de forma cúbica y de alrededor de dos metros de lado. La piedra del fondo de esta cámara está agujereada en una época indeterminada por unos supuestos “buscadores de tesoros”.
Dolmen del Romeral. También fue descubierto en 1905 por los hermanso Viera. Es interesantísimo por contar con una cámara sepulcral de planta circular de 5,20 m. de diámetro, que cierra una bóveda de falsa cúpula, primer ejemplo europeo de este tipo de construcción y que sigue el modelo de la del Tesoro del Atreo en Micenas.
Tanto en el largo corredor de acceso como en la cámara sepulcral puede observarse la evolución de la construcción en el tiempo, que lleva a utilizar en las paredes no grandes losas, sino lajas de piedra unidas con barro; sin embargo, las piedras de las cubiertas sí son de grandes dimensiones. Esto y otras cosas más han permitido fechar la construcción en unos 1800 años antes de J.C.
Unida a Ia gran cámara por un pequeño corredor, existe otra de igual estructura, si bien mucho más pequeña con el ara o altar para las ofrendas, según los ritos funerarios.
La leyenda de la Peña de los enamorados
Un pequeño cerro existente en los límites con Archidona, cuyo perfil humano simula el de una misteriosa esfinge, fue el testigo mudo del desenlace trágico de las relaciones amorosas de un joven cristiano de Antequera, con una mora de Archidona, quienes ante la imposibilidad de sellar sus amores, al estar rodeados de dos mundos tan antagónicos y hostiles, huyeron a caballo, perseguidos por las tropas moras, hasta ser cercados en la Peña. Los ióvenes amantes, antes de entregarse y estar separados en esta vida, prefirieron estar unidos en la otra y en un abrazo de amor, se arrojaron por el precipicio.
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