Mainz: una nueva vida

He titulado a esta experiencia "Mainz: una nueva vida", porque eso es lo que significó para mí. Una vida totalmente nueva. Nuevas experiencias, nuevas amistades, nuevos recuerdos y un nuevo yo. Realizar un programa de intercambio en un país extranjero, del que no sabía prácticamente nada, fue sin duda una de las cosas más aterradoras y gratificantes que he hecho en mi vida. Y Mainz hizo de esta una experiencia increíble. Una ciudad preciosa, lo suficientemente grande para perderte, y lo suficientemente pequeña para encontrar lo que necesites.

Fuente

Fui para cursar un semestre en los Estudios de Diseño en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Mainz. Una semana después de mi llegada, ya había conocido a muchos de los que serían mis amigos y 48 horas después estaba de viaje, vestida de tirolés, a punto de asistir al último día del Oktoberfest. Estas fueron probablemente las 48 horas más locas y espontáneas que nunca he hecho en un viaje de intercambio. Después de una semana de fiestas y de conocer a todo el mundo, el semestre comenzó, aunque la marcha siguió.

Fuente

La capacidad de organización de los encargados de las fiestas y encuentros para los estudiantes internacionales en Mainz eran increíbles. Es lo que consiguió reunirnos a todos, es lo que lo que hizo que mi viaje fuera una pasada. Todo, desde cenas caseras y excursiones en barco hasta excursiones los fines de semana. Las facultades proporcionaban todo lo necesario, y los estudiantes locales eran lo mejor. Nunca imaginaba que iba a encontrar a uno de mis amigos más cercanos en una clase llena de alemanes. Ahora he vuelto a Australia (aunque sigo manteniendo el contacto con todas las amistades que hice, desde América hasta Portugal). Incluso llegué a visitar a uno de los amigos que hice en Alemania... ¡en New York!

Fuente

Este intercambio me ha dado la oportunidad de hacer y ver cosas que nunca se me habían pasado por la cabeza. Me ha hecho darme cuenta de lo fuerte que puedo llegar a ser. Independizarme en un país extranjero, empezar de cero. Tuve suerte al elegir Mainz. ¡Qué ciudad y habitantes tan encantadores! La aurora boreal, el mercado, situado a los pies de la catedral y donde iba todas las mañanas a por las frutas y verduras más deliciosas, los asombrosos mercados navideños, el maravilloso paisaje. También tuve la suerte de ver Mainz en otoño e invierno (fue, literalmente, una blanca navidad, ¡impresionante!. Volver a Europa lo antes posible se ha convertido en mi máxima prioridad. Lo admito: estoy locamente enamorada de Mainz.