World Press Photo.

Como cada año, este año también me llegó el esperado evento de la exposición del World Press Photo en Madrid. Conocí esta exposición hace cuatro años de casualidad y me pareció increíble, así que desde entonces nos informamos cada año sobre cuándo se va a celebrar para no perdérnosla. Por desgracia el año pasado no pude asistir porque estaba de erasmus, así que este año que sí estaba en Madrid la he cogido todavía con más ganas.

Y sin querer dejarlo pasar hasta más adelante por lo que pudiese pasar, ayer sábado fue el día que elegimos para visitar esta exposición. He de decir que no suelo ser muy partidaria de visitar este tipo de sitios el fin de semana, porque suele estar lleno de gente que no puede asistir entre semana, pero entre clases y trabajo nos fue totalmente imposible coincidir cualquier otro día para verla.

Y así nos pasó. La verdad es que no sé si este es el año que más gente ha ido a verla, pero al menos sí que es el año en el que más gente he visto yo. Había cola para entrar, algo que nunca había visto hasta ahora. Yo tuve suerte y entré casi sin esperar, pero un poco más tarde, cuando yo todavía estaba dentro, el aforo estaba completo y la gente tuvo que esperar fuera un buen rato hasta que pudo pasar. Hay que tener en cuenta que no es un sitio excesivamente grande, así que es muy fácil agobiarse un poco entre el calor que hace y toda la gente leyendo los carteles de las mismas fotografías que te impiden leerlos a ti.

Por ello, si tenéis la posibilidad que yo no tuve, os recomiendo ir cualquier otro día en el que sepáis que no va a estar tan lleno, sobre todo si tenéis el carnet joven como yo, con el que te hacen descuento de un euro entre semana (pasando de 4€ a 3€) y de dos euros el fin de semana (pasando de 5€ a 3€). Mucha gente también asiste el martes porque excepto martes festivos cuesta 3€ para todo el mundo, así que también es posible que os encontréis a más gente de la esperada si decidís ir ese día.

¿Qué es el World Press Photo?

World Press Photo es una Fundación y Organización Independiente que se creó en el 1955 en los Países Bajos y que fue organizada por un grupo de fotógrafos profesionales holandeses. Estos fotógrafos decidieron organizar un concurso en el que exponer sus fotografías de manera tanto nacional como internacional, para dar voz a la fotografía periodística profesional y también darse a conocer.

El concurso, y por lo tanto la exposición, están basados en la fotografía de prensa. Cada fotógrafo relacionado con distintas ocupaciones (fotoperiodismo, agencias, periódicos...) envía sus fotografías y reportajes fotográficos realizados durante el año anterior al concurso, y durante el mes de febrero de cada año un jurado internacional compuesto por miembros de distintas especialidades se encarga de escoger las fotografías ganadoras.

Las fotografías se dividen entonces por categorías, otorgándose además en las modalidades de fotografía individual y serie fotográfica tres primeros premios, tres segundos y tres terceros premios en cada una de ellas, además de otorgar a una sola fotografía el título y premio de World Press Photo of the Year, que este año fue otorgado al artista turco Burhan Ozbilici, cuando fotografió a un policía turco fuera de servicio después de haber asesinado al embajador ruso Andrey Karlov durante una charla en una galería de arte de Ankara.

Son las fotografías ganadoras en cada categoría las que posteriormente se pueden ver en la exposición de World Press Photo, que va viajando durante cada año por más de cuarenta países participantes en el concurso anual. Este año ha llegado a Madrid en el mes de Octubre, pero estas fechas varían cada año, así que si tenéis interés en verla os recomiendo estar muy atentos a partir del mes de Abril, que es cuando se realiza la entrega de premios anual.

En la exposición se pueden ver las diferentes categorías ganadoras que participaron en el concurso, aunque no se especifican dichas categorías en la información de cada fotografía, así que si vais a visitarla, podéis tratar de adivinar en cuál participaba cada fotógrafo. Algunas son más sencillas de diferenciar, como la de naturaleza, vida cotidiana, arte y deportes. Otras, como la de temas contemporáneos, de actualidad y personajes actuales pueden estar menos claras. En total hay diez categorías distintas.

(Fotografía sacada por el estadounidense Jonathan Bachman durante las manifestaciones de 2016 contra la violencia policial hacia los hombres negros en Estados Unidos. En esta manifestación en concreto se protestaba por la muerte de Alton Sterling, que fue disparado cuando ya estaba sujeto por los policías e inmovilizado en el suelo).

Una de las principales características que han hecho que este concurso mundialmente conocido haya crecido hasta el punto de convertirse en uno de los más prestigiosos concursos de fotografías y narraciones periodísticas es que pueden participar fotógrafos de todo el mundo, lo que lo convierte en el mayor concurso fotográfico internacional de todos los tiempos.

Además, algo que lo caracteriza es que mezcla las propias fotografías con su historia, la del su país y la conexión entre ambas. Cada fotografía de la exposición viene acompañada por una caja descriptiva que hace que comprendas mejor el contexto completo que la acompaña, mostrándonos así la realidad desde un punto de vista objetivo, transportándonos incluso al lugar de los hechos.

(Fotografía sacada por el sueco Magnus Wennman. Una niña es calmada por su madre en un campo de refugiados en Irak, tras haber huído de su casa unas semanas atrás, ya que se encontraba en una pequeña ciudad de Mosul que se encontraba bajo el poder del ISIS).

La mayoría de fotografías, que no todas, nos muestran la visión más espantosa del ser humano en sociedad e incluso su evolución a lo largo de la historia. Guerras, muertes, hambrunas, enfermedades, crueldad, religión, pobreza, riqueza...Y en general todos los peores extremos que provocan cada año miles de tragedias en nuestro mundo, contados de la manera más visual e impactante posible, tal y como no te los habían contado.

(Fotografía sacada por el sudafricano Brent Stirton en la que una veterinaria consuela y calma a un bebé rinoceronte después de haber sido operado debido a sus heridas causadas por hienas cuando su madre había sido previamente asesinada por furtivos. El reportaje trataba de informar sobre el contrabando de cuernos de rinocerontes de Asia y África, una práctica que se ha multiplicado notablemente a lo largo de los años).

No voy a decir que sea una exposición no apta para personas sensibles, porque lo seas o no, te muestran la visión menos humana que tenemos, y eso es algo que todos deberíamos ver y conocer y, tal y como dicen ellos, algo que debería mover nuestras conciencias aunque fuese mínimamente. Es una exposición capaz de ponerte los pelos de punta con cada fotografía que ves, y sin duda eso es lo más importante, y algo que no deberías perderte.

(Fotografía sacada por el británico Mathieu Willcocks. En ella se puede ver el cuerpo muerto de un refugiado intentando huir de África, todavía con el chaleco puesto, flotando en algún punto del mar Mediterráneo).

He querido extraer sin modificar uno de los fragmentos del cartel que representa tanto a la fundación como a la exposición del World Press y que se encontraba al inicio de la exposición, porque considero que sería incapaz de expresar mejor y con más claridad lo que esto representa.

"La libertad de expresión y la libertad de prensa son, en la actualidad, más importantes que nunca. El periodismo visual de calidad es fundamental para crear reportajes certeros e independientes, lo que a su vez hace posible esas libertades."

¿Dónde se realiza la exposición? ¿Cuánto cuesta?

La exposición en Madrid se realiza en el COAM, o Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, al que puedes acceder desde las paradas de metro de Chueca, Alonso Martínez o Gran Vía. El edificio en sí es muy curioso, así que si venís merece la pena que sea con tiempo para que después de ver la exposición tengáis un rato para dar una vuelta y ver las instalaciones que están abiertas al público. Hay un jardín con césped artificial en el que puedes sentarte a charlar, y una cafetería, así que si da la casualidad de que vais con buen tiempo, podréis relajaos un rato y quizás, por qué no, poneros a pensar en todo lo que habéis visto en la exposición.

La exposición abre todos los días de la semana hasta las nueve de la noche, así que tenéis tiempo de sobra para verla detenidamente sin pensar que os van a faltar cosas. Se tarda lo suyo, porque lo importante es siempre el conjunto entre fotografía y texto, pero aun así hay tiempo de sobra para pararte a visualizar la fotografía en un plano general, leer la información que la acompaña y volver a mirar la fotografía, esta vez con una perspectiva más crítica y sabiendo exactamente lo que estaba ocurriendo en el momento en el que se realizó.

En cuanto al precio, como he comentado arriba, varía en función de varios factores. La entrada general el fin de semana cuesta 5€, y entre semana cuesta 4€. Los martes es el llamado "día feliz", así que la entrada general solo cuesta 3€, que además es lo que les cuesta a estudiantes con carnet joven, mayores de 65 años y desempleados de forma general cualquier día.

Además también existe una especie de pack que yo no cogí en el que puedes ver tres exposiciones pagando 11€ o únicamente dos exposiciones pagando 7€.

Así que ya sabéis, visita casi obligatoria si estáis en Madrid, os guste la fotografía especialmente o no, aunque solo sea por conocer mejor y desde otro punto de vista más libre la historia del mundo que nos rodea, que para eso sirve en parte el fotoperiodismo. Además, a nivel fotográfico cabe destacar que las fotografías son una verdadera pasada, así que tendríais un dos por uno en la que personalmente considero que es una de las mejores exposiciones anuales de todo Madrid.

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