Patinaje sobre hielo en Madrid

Hace unos días, fui con unos amigos del colegio a patinar sobre hielo. Yo solía patinar bastante cuando era pequeña e iba a clases. Mi madre aún tiene algunas fotos en varias posturas raras mientras patinaba con mi vestido de Mickey Mouse en la sala de estar para que todo el mundo las vea. Me gustaba mucho patinar sobre hielo, pero en general no me interesan mucho los deportes de invierno. Bueno, vale, en general no me interesa casi ningún deporte. Pero uno de mis mejores amigos aquí dijo que quería ir porque nunca antes lo había hecho y lo quería probar. Él es de República Dominicana así que no hay ninguna duda de porque nunca antes había patinado - antes de venir a Madrid, él nunca había visto nieve y para muchas personas como él (básicamente la mayoría de latino americanos que vienen a Europa), ver nieve o hacer algún deporte de invierno es muy excitante.

Así busqué pistas de hielo en Madrid y me sorprendió encontrar bastantes. Pero, por supuesto, muchas de ellas ya estaban cerradas porque solo abren durante las Navidades y unas pocas semanas más. Y, ya que estamos casi en febrero, ya habían empezado a cerrar. Hay una que nunca cierra y se llama Palacio de Hielo, la cual se encuentra dentro de uno de los centros comerciales de Madrid llamado Cines Dreams pero no tengo ni idea de donde esta. Solo sé que es bastante cara.

Fuimos a la pista abierta de enfrente del Palacio Real. Es bastante pequeña y no muy cómoda para patinar porque los patines no estaban afilados (y como dijeron cuando intentamos ir a que nos los afilaran - era porque había demasiados niños allí, aunque no entiendo que tienen que ver los niños con lo que llevo en mis pies... ) y el hielo empezaba a estar muy agrietado.

Aun así, no esperaba tampoco mucha calidad ya no era muy caro. Nosotros pagamos 7, 50€ cada uno, porque era sábado y los fines de semana siempre es un poco más caro que durante la semana, cuando cuesta 5€. Solamente se puede patinar como máximo una hora, pero no sé cómo lo controlan, porque nosotros estuvimos una hora y media hasta que nos entró hambre y decidimos ir a comer y calentarnos. Incluso hasta tuvimos una clase de patinaje gratis de un trabajador argentino de allí.

Fue un día muy agradable, porque era algo diferente a las cosas que suelo hacer en Madrid. Es una de esas cosas que puedes hacer para romper la rutina, que después de 4 meses ya empieza a entrar en todos nosotros. No es como era al principio. La gente empieza a perder su entusiasmo y están más cansados del colegio y los exámenes. Algunos empiezan a echar de menos sus familias, después de 4 meses sin verlos. Las fiestas ya no son tan impresionantes, porque ya has estado en tantas que las empiezas a mezclarlas. Han pasado tantas cosas que llegas a un punto en el que te encuentras preguntándote si queda algo divertido por hacer.

Pero después de todo, todo es perfectamente normal. Así es como son las cosas.

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