Parque El Capricho.

El Parque del Capricho es uno de esos parques que salen en todas las listas de "No puedes perderte los mejores parques de Madrid" o "Debes visitar este parque en primavera". Y es que esta maravilla de lugar que se puede encontrar en el barrio de Alameda de Osuna (Línea 5 de metro, cortada hasta septiembre), es uno de los parques más bonitos que me he encontrado por Madrid.

La mayoría de parques tienen una o varias utilidades: están destinados a niños, a que las familias lleguen con sus ocho neveras y diez tortillas para pasar allí todo el día, a correr, a pasear o simplemente a disfrutar y admirar su belleza, como es el caso de este parque. Por algo está considerado uno de los parques más bonitos de la ciudad (sino el que más). Y es que hay lugares que inspiran y este es uno de ellos. Así que quédate para conocer mejor este sitio y quizás encontrar algún rincón nuevo que todavía no tenías el placer de conocer. 

Historia

El Parque del Capricho era una propiedad privada que se construyó entre los siglos dieciocho y diecinueve para el disfrute de la duquesa del lugar (como la mayoría de parques privados de Madrid). La duquesa, que únicamente quería un parque de ocio, mandó contruir palacetes, estanques, zonas de relax y embarcaderos. El cambio de arquitectos durante su construcción consiguió que hoy en día existan influencias artísticas de diferentes corrientes, estilos y nacionalidades, lo que aumentan el valor cultural del parque enormemente. 

Además, se dice que durante la Guerra de la Independencia, en la invasión francesa entre 1808 y 1814, las tropas francesas se apoderaron del parque, todavía sin haber finalizado su construcción, con el fin de crear un recinto para sus tropas. Esto significó un atraso en la construcción y la creación de numerosos espacios destinados al ejército fracés, como fuertes. De estas construcciones apenas se conserva nada, puesto que a la partida del ejército, la Duquesa no perdió el tiempo y volvió a poner en marcha la construcción de su jardín de ocio. A pesar de los esfuerzos por terminarlo, la Duquesa jamás vio el parque finalizado, ya que murió antes de que acabasen de construirlo y el parque quedó en manos de un familiar. No fue hasta el siglo veinte cuando el Ayuntamiento compró el recinto y lo declaró un bien público. 

Principales puntos de interés

Una de las cosas que más me gustan de este parque es que si decides pasear, siempre encuentras rincones nuevos que no conocías antes o historias y leyendas que empapan el lugar, sin importar las veces en las que hubieses estado antes. 

Por ejemplo, una de sus principales curiosidades es que dentro del parque existían búqueres secretos que se crearon durante la Guerra Civil y que hoy en día se pueden observar (normalmente solo al otro lado de una cinta separadora con el fin de no estropearlos). 

También se puede ver la ermita  que fue construída en un punto estrátegico del parque: casi en el centro. De esta manera, todo el mundo tenía acceso a ella, principalmente las personas que venían desde el Palacio. 

Otra de las cosas que merecen mucho la pena es adentrarse por el parque hasta encontrar sus preciosas fuentes. Están decoradas y cuidadas al detalle, como si en lugar de haber sido construídas hace siglos las hubiesen construído ayer. 

Pero sin duda, mi parte favorita del parque es el paseo que te lleva desde la entrada hasta el Palacio. Por el camino puedes encontrar una enorme cantidad de flores y plantas en el invernadero y el parterre, así que os recomiendo sobre todo ir cuando hace buen tiempo para apreciar mejor los colores y los olores. Además, podéis pasar por el laberinto de plantas y un pequeño templete que se realizó como monumento a Baco. 

¿Cuándo visitar este parque?

Bien, pues como ya he comentado, yo siempre recomiendo ir cuando hace buen tiempo. Hay muchas zonas de sombra, así que si hace mucho calor siempre podéis refugiaros bajo sus árboles. Si además preferís disfrutar del silencio en lugar de esos días de paseos familiares, os recomiendo ir entre semana en vez de un sábado o un domingo. La hora a la que vayáis también es importante, porque si vais un día festivo a hora punta, es posible que se formen colas de espera en la entrada (el parque es gratuito, pero hay unos tornos donde cuentan el número de personas que están dentro del parque en cada momento). Tampoco se puede pasar comida, así que no penséis en llevar los bocadillos en la mochila para pasar allí el día, porque hay veces que no, pero otras pueden revisarte las mochilas.  

Por otro lado, el parque abre y cierra a una hora distinta en cada época del año, así que os dejo aquí los horarios para que si os interesa ir los miréis muy bien antes.

Del 1 de octubre al 31 de marzo: sábados, domingos y festivos de 9:00 a 18:30 h

Del 1 de abril al 30 de septiembre: sábados, domingos y festivos de 9:00 a 21:00 h

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