Madrid en un día II: Plaza Mayor y qué comer

Continuando con mi anterior entrada, Madrid en un día I, otro de los lugares más emblemáticos de Puerta de Sol es la cafetería/pastelería la Mallorquina, uno de los estable más antiguos de Madrid.

Este lugar me encanta y todo lo que preparan es artesanal y de esa misma mañana. 

El establecimiento es de dos plantas. 

En la planta baja es donde está la barra donde podréis hacer vuestros pedidos y comer lo que hayáis pedido, aunque tendrá que ser de pie porque en esa planta no hay ni una silla, ni siquiera taburetes. 

Si lo que queréis es sentaros tranquilamente para tomaros un cafelito y unos bollos recién hechos, lo mejor es subir a la segunda planta están las mesas con sus sillas. 

Sin embargo, siempre están ocupadas así que tendréis que hacer cola si lo que queréis es comer arriba.

De todas formas, si vais con tiempo os recomiendo subir y comer arriba, y si encontráis un sitio al lado de las ventanas pues muchísimo mejor, así tendréis unas vistas magníficas del reloj de las campanadas.

En cuanto a precios y calidad, he de decir que está todo perfecto.

Hay que tener en cuenta que todo es artesanal y de muy buena calidad, pero tampoco los precios suponen una fortuna.

Por ejemplo, el bollo suizo (que me encanta) cuesta 1,50 euro y está buenísimo, y eso acompañado de un café o un chocolate caliente si es invierno, va genial como desayuno. 

El café creo que cuesta casi 2 euros, y el chocolate 2,60 euros, pero ojo, está muy bueno, así que merece el precio. 

Si no sois muy de dulces y bollos y preferimos algo un poco más salado para el desayuno, entonces lo mejor será comer una buena ración de churros con chocolate en la mejor churrería de toda Madrid: San Ginés. 

Al igual que la Mallorquina, es un lugar muy conocido de la ciudad y también es uno de los establecimientos más antiguos de Madrid. 

Comer chocolates con churro suele ser una tradición que se hace para el desayuno. Normalmente después de una noche intensa de fiesta se va a la churrería a recuperar las energías e intentar evitar la resaca. 

Sin embargo, debido a la gran cantidad de gente que iba a la churrería San Ginés , decidieron hace unos años abrir durante las 24 horas del día los 365 del año. 

Así que si después de la Mallorquina no os apetece churros, tranquilos que estará siempre ahí esperándoos.

El lugar es bastante grande, que se compone de dos salas dividida en dos establecimientos, y en uno de ellos hay dos plantas; la principal y la de abajo.

En un establecimiento sólo hay sitio para comer de pie, nada de mesas ni sillas, y en el otro establecimiento, están las mesas, aunque también se puede comer de pie. 

Y por último está la planta de abajo, que es muy peculiar, y que si podéis, os recomendaría comer ahí abajo porque el está muy bien ambientado, en plan retro muy de los años 70. 

Casi siempre habrá mucha cola tanto para comer de pie como para encontrar una mesa libre arriba o abajo, pero al igual que todo lo bueno, merece la pena la espera, porque sin duda alguna son los mejores churros con chocolate de Madrid.

Además de los churros, también están las porras, que a mi personalmente me gusta más. Y amabas cosas o bien lo mojáis en chocolate o bien espolvoreáis azúcar por encima y a comer. A mi los churros me gustan con azúcar y las porras con chocolate, así que si tenéis la oportunidad de probarlo os aseguró que no os defraudará. 

La churrería San Ginés está situada en una callejuela recóndita o pasadizo entre Puerta de Sol y la Plaza Mayor (otro punto clave de Madrid). 

Para llegar deberéis seguir la calle mayor dirección a la Plaza Mayor, y en una callejuela a la derecha encontraréis el San Ginés. 

No tiene pérdida, pero por si acaso no sois muy buenos ubicándoos, siempre podréis preguntarle a alguien porque todo madrileño que se precie sabe dónde está, y sino pues tiráis de Google maps y ya está. 

A continuación está la famosísima Plaza Mayor. 

Es una gran plaza situada en pleno casco antiguo de Madrid y supone uno de los puntos más históricos de Madrid de los Asturias.

Los alrededores de la plaza están llenos de callejuelas estrechas llenas de bares y tiendas de souvenirs donde comprar recuerdos de Madrid a un precio desorbitado.

Aquí es donde podréis comer uno de los platos más típicos de Madrid, el bocadillo de calamares. 

Los turistas se suelen equivocar mucho al creer que la paella es un plato típico de Madrid, cuando en realidad la paella es típico de Valencia y en Madrid lo que saben hacer es el cocido madrileño y el bocadillo de calamares. 

Y si digo que se equivocan es porque la mayoría de paellas que he comido en Madrid están asquerosas y sin embargo el bocadillo de calamares es una delicia, aunque claro, el sabor mejora dependiendo de a donde vayáis. 

A los alrededores de la Plaza Mayor encontraréis un sinfín de bares y restaurantes donde sirven bocadillos de calamares, y cuánto más os acerquéis a la plaza, más caro será.

El precio medio de estos bocadillos rondan los 3 euros más o menos. 

Si coméis justo dentro de la plaza, el bocadillo os costará unos 6 euros, una soberana burrada porque a las afueras de la plaza podéis comprar dos bocadillos y seguramente sepan mejor. 

Lo que yo hago normalmente es comprarme un bocadillo en los alrededores y luego me voy a la Plaza a comerlo.

Sin embargo, cuando voy con amigos extranjeros, les llevo a un restaurante que está justo a a salida sur de la plaza, donde podréis comer un buen bocata de calamares acompañado de una sangría fresquita. 

Esa es otra cosa, si estáis en Madrid, obligatorio queda tomarse una sangría, un calimocho y un tinto de verano, que como en Madrid no lo hay en ninguna parte. 

Una cosa interesante de la Plaza Mayor es que durante el mes de Diciembre, todos los años ponen el mercadillo de Navidad, donde podréis comprar adornos para el árbol de Navidad, las figuritas para el Belén o pelucas baratas de colores fluorescentes. 

Recuerdo que todos los años cuando era pequeña me encantaba ir a la Plaza Mayor con mis padres durante las Navidades porque eso significaba que podía comprar cualquier cosa que quisiera, comer chocolate con churros y el bocata de calamares. 

Además del mercadillo Navideño, en el centro de la plaza, se encuentra la estatua de Felipe III. 

Al igual que la estatua de Carlos III, el caballo aparece con una pata levantada, por lo que el rey murió debido a las heridas de guerra. 

Por último, otro lugar emblemático que debéis visitar y que se encuentra muy cerquita de la Plaza Mayor es el Mercado San Miguel. Ahí podréis comer lo más conocido de España: las tapas.

Es un mercado acristalado en el que hay un montón de puestos donde sirven toda clase de tapas. 

La mayoría de las tapas cuestan 1,5 euro, que en verdad sale caro porque para llenar el estómago habría que comer unas 6 o 7 tapas. 

A pesar del precio, la calidad es magnífica y una experiencia única, porque de verdad que hay tapas de absolutamente todo.

Si veís que las tapas del Mercado San Miguel son un tanto caras, no os preocupéis, conozco otro sitio donde hincharse a tapas totalmente gratis, bueno más o menos. 

Como ya sabréis, y por si no lo sabéis, las tapas son esos bocaditos que se sieven junto a la bebida. Eso quiere decir que normalmente, las tapas son “gratis”, por lo que lo único que habría que pagar es la bebida para tener un Par de tapitas a la par. 

El sitio al que os recomiendo ir es al barrio de la Latina. Está cerquita del mercado de San Miguel, pero si veis que os parece lejos, siempre podréis coger el metro porque hay una línea directa que or dejará en pleno centro del barrio. 

Me encanta este barrio porque está lleno de bares donde por el módico precio de 3,5 euros, podéis compraros una buena jarra de cerveza acompañada de un plato con tapas. 

Los fines de semana es casi imposible encontrar un sitio libre en algún bar o restaurante, aunque entre semana la cosa se afloja y se parece más a otro barrio cualquiera de Madrid.

España lo de ir a tomar unas cervezas lo llamamos ir de cañas y de tapeo, y la Latina es concida por eso.

Pero no sólo por los bares de tapas, sino que la Latina también es conocida por sus grandes plazas y los jardines de alredeor, donde poder tomar un poco el sol