Fundación Francisco Giner de los Ríos
Durante el evento del Openhouse celebrado el pasado fin de semana en Madrid tuve la oportunidad de visitar varios edificios que normalmente están cerrados al público y cuya asistencia iba acompañada de voluntarios que realizaban visitas guiadas explicándote algunas curiosidades tanto de la historia como de la arquitectura del edificio.
Esta vez tocaba visitar un edificio del que no conocía absolutamente ningún detalle, pero que resultó ser uno de los que más me llamó la atención cuando me puse a buscar información sobre las posibles visitas que se ofrecían en la página web, principalmente por lo curioso que me parecía su edificio tanto en su exterior como en su interior. El edificio en cuestión fue la Fundación Giner de los Ríos.
Una de las ventajas principales de visitar algunos de los edificios que se abren al público en la openhouse es que puedes acceder a lugares que normalmente o están cerrados al público, o cuestan dinero. Buscando algo de información sobre este edificio en concreto comprobé que suele estar cerrado al público, y cuando no lo está es porque se abre por conferencias, exposiciones o conciertos realizados en el auditorio. Eso fue uno de los motivos principales por los que decidí que esta visita iba a estar en mi lista de imprescindibles de la openhouse del 2017.
Por lo visto, no fuimos las únicas personas que pensaron como nosotros y decidieron acercarse hasta allí para conocer un edificio al que normalmente no podrías acceder si no compras la entrada para alguno de los eventos que se celebran en sus instalaciones. Y es que cuando llegamos, tan solo media hora después de que abriese el recinto (a las 17:30 horas) había una cola larguísima, y tuvimos que esperar alrededor de cuarenta minutos para entrar y disfrutar de una buena visita que solo duraba unos quince minutos.
Era el primer edificio del evento de la openhouse que visitaba, así que tampoco sabía muy bien cómo funcionaban las cosas. Resulta que como íbamos a asistir a visitas guiadas no pueden dejar acceso libre sin ningún tipo de control. Por ello, cada aproximadamente diez minutos entraban grupos de veinte personas con un voluntario. En la cola probablemente habría más de 150, así que os podéis imaginar todo lo que se tardaba en entrar.
Y es que la Fundación Giner de los Ríos aparentemente es un edificio muy atrayente para los estudiantes de arquitectura o los ya arquitectos, además de para todas esas personas a las que les gustan los edificios con estructuras innovadoras y diferentes. Además se trata de un edificio con una historia muy importante, por lo que visitar el lugar mientras te hablan sobre su construcción y su historia siempre puede resultar muy interesante.
¿Qué es la Fundación Giner de los Ríos?
Aunque la historia que rodea a este lugar se remonta bastante más atrás de la creación de la fundación, antes de empezar a situarnos considero que es mejor que os cuente qué es exactamente la Fundación Giner de los Ríos.
Se trata de una institución pedagógica española que fue fundada tras el fallecimiento del catedrático Francisco Giner de los Ríos en 1915, inspirador y creador del Institucionismo y principal impulsor de la llamada Institución Libre de Enseñanza. Esta fundación pretendía continuar con el legado histórico dejado por dicha institución, y continuar su labor educadora como habían hecho hasta entonces.
Y entonces, ¿qué es la Institución Libre de Enseñanza?
La Institución Libre de Enseñanza fue un proyecto pedagógico privado y laico que fue llevado a cabo en 1876 por un grupo de antiguos catedráticos de la Universidad Central de Madrid que habían sido expulsados de la universidad por querer llevar a cabo una enseñanza sin incluir dogmas religiosos, políticos y morales en sus clases.
Entonces, basándose en la ideología krausista que defendía la tolerancia académica y la libertad de cátedra, Laureano Figuerola, que se convertiría en el primer presidente de la Institución, fundó junto a Giner de los Ríos y otros catedráticos esta institución, con el fin de continuar enseñando , esta vez al margen del Estado, y con la visión de poder ampliar horizontes en el futuro y pasar de educar solo en el nivel postobligatorio universitario a los niveles de primaria y secundaria.
Fueron muchos los intelectuales de la época que apoyaron el proyecto y que sirvieron para que la institución se convirtiese en el movimiento cultural y educativo más importante del momento, se afianzara y consolidara todavía más. Entre ellos destacan personas tan importantes como Santiago Ramón y Cajal, José Ortega y Gasset o Antonio Machado.
Fue gracias a Giner de los Ríos por lo que se consiguieron grandes reformas sociales y educativas que significaron un avance en la introducción de teorías y estudios que provenían de España y del extranjero. Así, se creó el Museo Pedagógico Nacional, que suponía innovaciones en la enseñanza y la pedagogía, la Residencia de Estudiantes y la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, que promovía la educación científica en el país y pretendía fomentar los estudios en el extranjero.
La fundación actualmente
La Fundación Giner de los Ríos tuvo que pasar por momentos de crisis antes de poder volver a tener capacidades plenas para continuar con su labor de enseñanza y aprendizaje, y no fue hasta después de la Constitución cuando consiguió recuperar todos sus bienes y pudo poner en marcha sus nuevos proyectos.
Ahora se puede disfrutar de diversas actividades, exposiciones y conferencias relacionadas sobre todo con la pedagogía y los distintos métodos de enseñanza, existen cursos de música y danza y hasta te dan la posibilidad de realizar el curso de monitor en ocio y tiempo libre.
Rehabilitación de la fundación
Con el fin de llevar a cabo las labores educativas que se pretendían, en 2003 se inició un proceso de reformas con el fin de rehabilitar y mejorar las instalaciones adaptándolas siempre a las necesidades actuales de la fundación. Para ello se realizó un concurso público de arquitectos que podían proponer sus proyectos de reforma, y que fueron valorados por un jurado que estaba formado por las organizaciones y fundaciones colaboradoras de la fundación. Los arquitectos ganadores fueron Cristina Díaz Moreno y Efrén García Grinda, que proponían remodelar el recinto pero manteniendo en todo momento los edificios históricos.
De este modo, se mantuvo el edificio original de la propia vivienda de Giner de los Ríos, que existía antes de la creación de la fundación y que actualmente se encuentra dentro del propio recinto de la fundación, y el Pabellón Macpherson, que sin duda me recuerda a las casas antiguas de la mayoría de pueblos que visité en Dinamarca.
El resto de edificios, que tras la guerra civil habían quedado casi destruidos por completo, fueron sustituidos por nuevos edificios que rodean el jardín de la fundación creando en él espacios geométricos poco uniformes a través de los pabellones internos que salen al exterior.
El edificio principal está formado por cuatro plantas a las que no nos dejaron acceder durante nuestra visita, y otras dos plantas subterráneas donde se encuentra el curioso auditorio de la fundación. En este auditorio se puede comprobar que han mantenido las ideas de la Institución de crear un espacio austero utilizando materiales duraderos y fáciles de mantener, a través, además, de la utilización de materiales que evoquen a la naturaleza, como la madera en los suelos y en los asientos del auditorio.
En su exterior se ha mantenido la idea de la decoración simple pero diferente e innovadora, a través de barras de acero que cubren cada rincón de los edificios que dan al jardín. Estas barras también fueron colocadas allí con el fin de proteger el edificio y controlar los parámetros de luz que llegaban hasta el interior. Además, por las barras crecen las plantas enredaderas que prácticamente sirven como única decoración del exterior de los edificios.
El jardín es otro de los puntos fuertes de la fundación. Y es que en ella promovían los jardines y los patios como zonas de encuentro y reunión, para relajarse, charlas y debatir acerca de los temás importantes del momento. Por ello, la paisajista Teresa Galí-Izard quiso crear en él un espacio que fuese el verdadero protagonista de todo el lugar, dejando el resto de edificios a su alrededor y dándoles menor importancia.
Personalmente, considero que la paisajista consiguió crear en el jardín un lugar acogedor, con un ambiente natural muy difícil de crear en una zona tan urbanizada como lo es el Paseo General Martínez Campos, muy cercano al centro de Madrid. Su vegetación, sus colores cambiantes con las cuatro estaciones y su tranquilidad convierten a este rincón en un lugar perfecto para llevar a cabo la función pedagógica con la que se utiliza.
Y es que, como habéis podido comprobar con las fotografías, este lugar es cuanto menos diferente, innovador y curioso. En sus infraestructuras no existía nada similar a lo que yo hubiese visto antes, resultó ser un rincón muy sorprendente que jamás hubiese imaginado que estaría allí. Sin duda alguna, el primer premio que recibieron en 2015 otorgado por el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid fue totalmente merecido.
Así que ya sabéis, si el año que viene oís hablar del Openhouse o de cualquier otro evento donde sea posible visitar instalaciones que suelen estar cerradas al público, no dudéis en echar un vistazo por si este edificio está en la lista, porque a pesar de las largas colas y el escaso tamaño del lugar, merece la pena conocerlo.
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