Día 6: Madrid, España
Hola Viajeros,
Continúo contándoles sobre mi viaje desde los Estados Unidos a Europa recorriendo 10 ciudades, en 10 días con 1100 USD.
Antes de pasar al Día 6, les digo cómo terminó el Día 5 en el que disfruté de Barcelona y, al final de la tarde, me trasladé a Madrid.
Como les comenté en mi publicación anterior, no tomé avión, ni tren, ni autobús. Viajé desde Barcelona a Madrid en BlaBlaCar.
BlaBlaCar es una página web donde las personas que van a viajar en sus vehículos particulares de una ciudad de Europa a otra, publican su viaje ofreciendo los puestos que tengan disponibles en su vehículo a un buen precio a personas que vayan al mismo destino, con la finalidad de ganarse un dinero extra aprovechando el viaje que igualmente iban a realizar en solitario. Esto, además de permitirles obtener un ingreso adicional, también les da la oportunidad de viajar acompañados y, probablemente, manteniendo una conversación amena con su(s) compañero(s) de viaje. Es una forma bastante práctica y económica de viajar para los usuarios de esta modalidad.
Pues, yo ingresé en la página web de BlaBlaCar en España y, entre otras personas, encontré a una chica llamada Alba ofreciendo un puesto en su carro desde Barcelona a Madrid, justo a la hora que más me convenía. Vi en la página que tenía un buen rating; leí su perfil, decía que viajaba con su perro, y como yo no tengo problemas con eso porque me encantan los perros, pues, la contacté; acordamos un punto de encuentro y agarramos carretera hacia Madrid, junto con Iris, otra chica que ocupaba el otro puesto, y Bruce, el perro de Lucía que se portó muy bien durante todo el camino, la mayor parte del tiempo estuvo dormido.
El recorrido fue de aproximadamente 6 horas, conversando, viendo el paisaje. Nos detuvimos a comprar snacks y continuamos.
Llegué a Madrid a las 10pm de la noche. Alba me dejó muy cerca de mi sitio de alojamiento y por primera vez estaba en esta ciudad que tenía tantas ganas de conocer.
Me recibió en su casa Karina, mi amiga desde la adolescencia quien es del mismo pueblo donde crecí en Venezuela y, además, también estudiamos juntas en la Universidad. Tenía alrededor de 5 años sin verla.
A pesar de que estaba cansada, no aguantamos para actualizarnos de los últimos acontecimientos de nuestra vida y fuimos a cenar algo ligero y tomarnos unas cervezas españolas Mahou en un pequeño bar cerca de su casa.
El día siguiente, ya el Día 6 de mi viaje, después de desayunar, mi amiga Karina se fue a trabajar y yo tomé el metro y me bajé en la estación Sol, en pleno centro de Madrid. Apenas salí del metro sentí el vibrante ambiente madrileño en la Puerta del Sol, que es una emblemática y amplia plaza pública de la ciudad y muy concurrida. Más tarde volvería a esta plaza para disfrutarla y tomar las respectivas fotos pero, en ese momento, iba apurada al encuentro con mi tío Carlos, hermano de mi papá y, además mi padrino de bautizo, quien tiene más de 10 años viviendo en Madrid y yo, la misma cantidad de años sin verlo.
Comenzamos a pasear por el centro hasta llegar al Mercado de San Miguel, ubicado en un edificio histórico en pleno corazón de Madrid, es un mercado tradicional con puestos de comida y productos gastronómicos considerado como el templo culinario de la ciudad. Fue inaugurado hace un siglo y aún mantiene su estructura de hierro original con ciertas modernizaciones realizadas ya en el siglo XXI.
El mercado estaba abarrotado de personas y de platillos de todos los lugares de España. También tiene puestos donde venden vinos y otras bebidas alcohólicas que, junto con su amplio horario, atrae a turistas y locales a beber y picar.
Justo al lado del Mercado nos encontramos con uno de los arcos de acceso a la Plaza Mayor, la cual mide 129m x 94m. Punto turístico de la ciudad, es utilizada frecuentemente para festivales, conciertos gratuitos y, en Diciembre, para un mercado navideño.
Ya teníamos hambre y mi tío me invitó a comer en un restaurante localizado en las adyacencias de la Plaza Mayor con mesas internas y al aire libre; escogimos las segundas para mirar a la gente pasar, disfrutar del buen clima y el paisaje urbano madrileño. Pedimos una sangría, bebida alcohólica a base de vino típica de España, y nos pusimos al día hablando de nuestra vida, aunque igual a distancia nos manteníamos en contacto. Pedí un plato de degustación de diferentes elementos típicos de la gastronomía del país como la tortilla española, croquetas, calamares rebozados, jamón serrano, chorizo, morcilla y otros embutidos.
Después de esta rica comida, el clima cambió drásticamente y empezó a llover. Tuvimos que suspender el paseo al aire libre momentáneamente y, mientras tanto, decidimos refugiarnos en un bar cercano y nos tomamos unas cervezas Mahou; la segunda tanda de esta cerveza para mí.
Ya de noche, luego de que escampó, retomamos el paseo y ahora sí fui con calma a la plaza Puerta del Sol. Allí me tomé la típica foto con la popular escultura de El Oso y el Madroño montados sobre un pedestal de piedra. Debo confesar que me la imaginaba más grande. Es hecha en bronce y mide 4 metros de altura.
Allí, en uno de los costados de la Puerta del Sol se encuentra la Real Casa de Correos, es el edificio más antiguo del área. Actualmente es sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. En el edificio se destaca el reloj en su azotea el cual marca todos los 31 de Diciembre el fin de año y la campana superior el rito de las 12 uvas.
También en la acera frente a la puerta principal de la Casa de Correos se encuentra la placa del Kilómetro Cero que representa el origen de las carreteras radiales.
Nos dirigimos hacia el Palacio Real. En el camino pasamos por la Plaza de Isabel II (mejor conocida como la plaza de ópera); el Teatro Real, que es el teatro de la ópera de Madrid; el monumento a Felipe IV, ubicado en el centro de la Plaza Oriente hasta llegar finalmente al Palacio Real.
El Palacio Real es la residencia oficial del rey de España, aunque actualmente los reyes no están viviendo en este palacio sino en el de la Zarzuela, que está ubicado en las afueras de Madrid. Siendo el Palacio Real utilizado para actos y ceremonias de Estado.
El Palacio Real está rodeado por lindos jardines como Campo del Moro y los Jardines de Sabatini, que pueden ser visitados por turistas y locales, pero ya se encontraban cerrados a la hora de la noche en que nos acercamos al sitio.
Frente al Palacio Real se encuentra la Catedral de la Almudena, de culto católico y dedicado a la Virgen María; nos sentamos un ratico en el patio central de su interior.
Luego nos devolvimos hasta Puerta del Sol. El ambiente estaba bastante movido con un grupo de artistas callejeros bailando en la plaza y la gente alrededor viendo el show.
En ese momento, ya a las 10pm, cuando me disponía a tomar el metro para regresar a casa de mi amiga Karina, me encontré con un grupo de amigos venezolanos de la infancia y adolescencia que crecimos en el mismo pueblo, Turmero. Así que, cuando pensaba que la noche había terminado era cuando apenas empezaba.
Primero nos fuimos a comer tapas en el Mercado de San Miguel y tomarnos algunas cervezas.
Después me llevaron a rumbear a pocos metros de Puerta de Sol, en el local cubano La Negra Tomasa que tenía una banda de salsa en vivo, lo cual me encanta bailar. Continuamos en la Discoteca El Son, también con ambiente latino hasta las 3am.
Y así terminó la jornada rumbera. Era hora de dormir para aprovechar el día siguiente mis últimas horas en esta vibrante ciudad.
El día siguiente, con todo y resaca, me levanté temprano para continuar con la visitas en la ciudad en compañía de Karina. Comenzamos por Las Ventas que es la plaza de toros de Madrid, inaugurada en 1931. Este espacio es utilizado además de las corridas de toros (con las cuales no estoy de acuerdo, por cierto), también para conciertos y otros eventos.
Luego visitamos la Puerta de Alcalá, que es una de las cinco puertas reales que en la antigüedad daban entrada a la ciudad. Fue inaugurada en 1778 y se ha convertido en símbolo madrileño. Se encuentra en la Plaza Independencia y junto al Parque del Retiro, el cual merece al menos un par de horas para caminar y relajarse en sus jardines, tiempo que yo no tenía, así que solo pasé por sus alrededores rápidamente.
Siguiendo por la calle de Alcalá, llegamos a la redoma donde se encuentra la Fuente de Cibeles. A su alrededor resaltan la Casa América que es un centro cultural latinoamericano y el Palacio de Comunicaciones, sede del Ayuntamiento de Madrid. En días festivos iluminan la fachada frontal con juego de luces relacionadas al evento.
En la intersección de la calle de Alcalá con la calle Gran Vía está ubicado el edificio Metrópolis, con arquitectura de inspiración francesa e inaugurado en 1911, es uno de los edificios más fotografiados de Madrid.
Allí tomamos la calle Gran Vía desde su inicio. En un tramo hay numerosas tiendas de cadenas internacionales de moda, y el otro tramo se le conoce como el Broadway madrileño porque tiene muchos cines, teatros musicales y locales dedicados al entretenimiento.
En la Gran Vía nos encontramos con el edificio de Telefónica. Fue construido entre 1926 y 1929, y fue el primer rascacielos levantado en el país. Era sede de la Compañía Telefónica Nacional de España; alojaba los equipos industriales de la red de Telecomunicaciones y sus oficinas. Ver el edificio me recordó la serie Las Chicas del Cable, primera serie original de Netflix producida en España, ambientada en los años 20´s, trata sobre la vida de 4 chicas que comenzaron a trabajar como telefonistas cuando se apertura este edificio. Casualmente el día anterior a mi visita fue estrenada la tercera temporada de esta serie de la que soy seguidora y en la ciudad había mucha publicidad al respecto. Así que no me pude resistir a tomarme una foto allí.
Finalmente nos dirigimos al Estadio Santiago Bernabéu, casa del famoso equipo Real Madrid Club de Fútbol, se inauguró en 1947 y su capacidad es de 81044 espectadores.
Para terminar con Madrid, antes de irme al aeropuerto, pasé por casa de Renata, amiga de la adolescencia en Turmero, y compartí un rato con ella, su familia, Luis y otros amigos; me tomé un par de cervezas y así cerré mi estadía en esta ciudad.
Lo bonito de Madrid, además de los espacios físicos, fue también reencontrarme con mi tío y amistades que tenía mucho tiempo sin ver. Estar en un país extranjero y tener la oportunidad de ver a tu gente, con tus mismas raíces, tu familia, tus amistades de infancia y adolescencia es algo que no tiene precio, es sentirte un ratico como en casa y recordar anécdotas que te sacan sonrisas.
En mi siguiente publicación les cuento sobre mi próximo destino, ya en el Día 7 de los 10 de este super viaje relámpago a Europa. La siguiente ciudad fue una de mis favoritas sin dudas, no se lo pierdan.
Gracias por leer mi blog.
Galería de fotos
¿Quieres tener tu propio blog Erasmus?
Si estás viviendo una experiencia en el extranjero, eres un viajero empedernido o quieres dar a conocer la ciudad donde vives... ¡crea tu propio blog y cuenta tus aventuras!
¡Quiero crear mi blog Erasmus! →
Comentarios (1 comentarios)
Renata Gutierrez hace 5 años
Excelente experiencia, y encantada de verte después de tantos años