03/12/2012 Primera vez que voy a la ópera: "Le Messie" de Haendel
Primera vez que voy a la ópera: "Le Messie" de Haendel:
Lunes 3 de diciembre de 2012
Anoche fui a la ópera por primera vez con una amiga mía. Siempre nos había llamado la atención y teníamos curiosidad y la verdad es que me alegro de haberlo hecho por fin, fue una experiencia que jamás olvidaré.
Unas semanas antes hablamos y decidimos comprar unas entradas para ese fin de semana pero no pudimos porque estaba completo así que tuvimos que elegir otra cosa y lo elegimos al azar. Al final compramos entradas para ir a ver "Le Messie" de Haendel.
Como yo tenía un pase para la ópera tan solo tuve que pagar diez euros, daba igual qué iba a ver, solo tenía que pagar diez. Mi amiga no se sacó ese pase porque el segundo semestre se iba a España, así que para que no fuera injusto para ella compramos las entradas más baratas que había que eran por trece euros y estaban la parte más alta. Por mi no había problema, me alegraba tener a alguien con quien ir.
Aunque supiera algo sobre Haendel y sobre cómo fue su vida en la época barroca de la música y de los tipos de música que había gracias a la clase de música del cole, no sabía mucho sobre la ópera en sí ni sobre "Le Messie" (menos el "Alleluia", que es bastante conocido). Decidí no escuchar nada de ópera ni de investigar nada antes de ir porque quería vivir una experiencia totalmente nueva cuando llegara el día. Como me encantaba la música de la época barroca y quizás también la clásica tenía muchas ganas de poder escuchar ópera.
El primer problema que nos surgió fue la ropa, no teníamos nada que ponernos para ir a la ópera. No teníamos ropa elegante y lo que teníamos no valía con el frío que hacía por la noche. Por suerte encontramos algo que ponernos con clase pero con un toque casual, pero con eso bastaba. Al llegar vimos a hombres con sus mejores trajes y a mujeres vestidas demasiado formales, pero también vimos a un hombre en vaqueros así que dejamos de preocuparnos.
Íbamos con el tiempo justo para ir a la ópera porque al salir de la residencia perdimos todos los autobuses que llegaban hasta el centro por mi culpa, porque quise volver para cambiarme los zapatos porque los que llevaba no eran impermeables y ya sentía cómo se me estaban mojando las medias. Prefería ir cómoda antes de pasarme toda la noche con los pies mojados porque sino no podría concentrarme en la música de Haendel. Nos montamos en el funicular hasta llegar a Vieux Lyon y después cogimos la línea D del metro hasta Bellecour, donde finalmente cambiamos a otra línea. Nos subimos en la A y pasamos las paradas de Vaulx-en-Velin y La Soie y llegamos a la ópera cinco minutos antes de que empezara el espectáculo.
No tuvimos casi tiempo para pararnos a admirar lo grande que era aquel edificio llamado Opéra Nouvel, en la decoración mezclaban elementos antiguos con modernos. Este edificio es icónico en Lyon y de lejos se puede ver el tejado redondo que tiene. En septiembre hicimos un tour por la ciudad y el guía nos contó la historia de este edificio. Se construyó en el siglo XVIII y un arquitecto moderno lo renovó en los años ochenta. Se conservaron algunas salas del Opéra Nouvel con el esplendor del siglo XVIII, pero las demás son muy modernas y minimalistas con motivos en rojo y negro.
Tuve que hacer frente a dos de mis mayores temores en el Opéra Nouvel: las escaleras de metal con agujeros y el miedo a las alturas. ¡Nuestros asientos estaban casi en el cielo! Gracias a una barrera que había tenía unas vistas limitadas. El plano era como el de los antiguos teatros donde los espacios estaban unos encima de otros. No me lo esperaba la verdad. Al contrario que en los antiguos teatros, la estructura era moderna y de calidad. Estábamos arriba del todo y tan solo había una fila de asientos así que no tenía que preocuparme se sentara alguien de metro ochenta que me tapara.
Al principio me pareció que estábamos demasiado lejos del suelo y lo que más me preocupaba era un hueco que había en el balcón como en los auditorios. Estábamos altas gracias a una rampa que había pero aún así me costaba un poco ver lo que pasaba en el escenario. Decidí no pensar en eso y centrarme en que la música era lo más importante y que no hacía falta la vista para escuchar.
Mientras nos acomodábamos los músicos iban preparando los instrumentos y se pudo escuchar en todo el auditorio el "concierto A" al afinar sus instrumentos. Ya quedaba menos para que empezara. Minutos más tarde se abrió el telón y bajaron la intensidad de las luces, la sala entera se quedó en silencio. Dio comienzo el primer acto llamado "L'Annonciation" (la anunciación) a manos del tenor Andrew Kennedy. Mi amiga y yo teníamos curiosidad por saber en qué idioma cantarían la ópera porque toda la publicidad de "Le Messie" estaba escrita en francés, aunque tenía la sensación de que cantaría en inglés porque Haendel vivía en Inglaterra a pesar de ser de origen alemán. Y tenía razón, había subtítulos para los franceses que no entendieran el inglés de aquella época, era muy arcaico tanto con la sintaxis como con el léxico.
Al igual que el Opéra Nouvel es una mezcla de elementos tradicionales y modernos, lo mismo pasaba con la puesta en escena de "Le Messie". Entre los elementos tradicionales destacaban las canciones religiosas y la música con toques de la época barroca típica en los años comprendidos entre 1600 y 1870, se me quedó grabado por las clases de música del instituto. Sin embargo no me esperaba nada de la puesta en escena, era muy moderno todo.
Todo el coro llevaba ropa moderna y casual. Mientras de fondo se veían pasar rápidamente un montón fotos de la vida moderna en las estaciones o en las calles formando una especie de red. Se encargaron de trasladar la la escena de la Natividad de hace de dos mil años hasta el presente con elementos de lo más modernos. Era increíble. También había bailarines contemporáneos que complementaban al coro, entre ellos bailarines de break dance. Me quedé sin palabras porque habían mezclado lo tradicional con lo contemporáneo a la perfección, estaba totalmente convencida de que me encontraría con algo de lo más tradicional.
Estuve muy pendiente del director de orquesta, ¡a la vez que dirigía el compás también tocaba el clavicémbalo! Me hipnotizó la manera en la que gesticulaba apasionadamente mostrando así su amor y devoción por la música, una vez le dio tan fuerte al clavicémbalo que se le cayeron las partituras encima. Pero por suerte el resto de la orquesta siguió con los violines, los oboes y las trompetas. El director hizo lo que un buen profesional hubiera hecho y siguió como si no nada hubiera pasado. No está de más recordar que por mucho que la gente tenga un talento inmenso, no dejan de ser humanos y pueden equivocarse. Me sentí identificada con él porque también me había pasado, pero no trabajando. Cuando me tocó salir en una comedia musical en el colegio me tocó tocar el piano en la obra de "Los Miserables". Me pasó entre canción y canción, cuando estaba todo en silencio se me cayeron las partituras encima de las teclas y sonó una nota bastante desagradable, no había nada que pudiera ayudarme a disimular aquel desastre.
En el primer descanso que hicieron fuimos al bar que estaba decorado con todo detalle al estilo tradicional. Los precios eran bastante asequibles aunque sirvieran la comida con mucha clase, ¡es normal, es la ópera! Como era la primera vez que iba a la ópera me compré un programa de recuerdo por siete euros. ¡Valía la pena!
En Inglaterra por ejemplo un programa de esos te puede costar cinco libras esterlinas o más y viene un programa pequeño con muchas fotos, un poco de información y un montón de publicidad. Pero en cambio aquí era una maravilla. Había mucha información sobre "Le Messie" y sobre la vida de Haendel, tenía hasta la letra de todas las canciones escrita en inglés y en francés. ¡Pagaría lo que hiciera falta por algo así! Me llevé un buen recuerdo.
Mi amiga y yo estuvimos hablando sobre la ópera y a ambas nos pareció increíble la cantidad de publicidad que había en Lyon sobre la ópera en comparación con Londres, donde no sabemos ni a dónde podemos encontrarla y por eso vamos siempre a ver comedias musicales. Además estaba claro que en Londres la ópera saldría más cara que aquí, es una pena. Allí por ver una comedia musical te clavan sesenta libras esterlinas o más.
Eran ya las 21:30 más o menos cuando terminó el primer descanso y a la ópera aún le quedaban dos actos más. De pronto me di cuenta de que si nos quedábamos a ver la ópera entera, que acababa después de media noche, seguramente no podríamos volver en transporte público porque era lunes y tarde y no podíamos volver de otra manera porque los taxis salen carísimos.
Consideré la opción de salir de la ópera antes de que acabara pero a mi amiga y a mi nos estaba encantando, así que tampoco nos supondría un gran problema cogernos un taxi. Además, no podríamos decir que hemos ido a la ópera si no la habíamos visto entera.
Al terminar de cantar se cerró el telón y los aplausos inundaron el Opéra Nouvel. Mientras caía el confeti salimos en dirección al metro. ¡Al bajar las escaleras si había más de dos personas se ponían a temblar! Al final acabamos cogiendo el ascensor que nos dejaba en la calle que hay frente al metro de la zona del ayuntamiento.
Quedaban veinte minutos para que dieran las doce de la noche y queríamos coger el funicular de Saint Juste. El trayecto era sencillo pero al ser tan tarde nos topamos con algo bastante raro. En Bellecour vimos cómo el personal de seguridad del TLC (transportes públicos de Francia) estaba buscando a gente que viajara sin billete. En Lyon suelen hacer muchos controles como estos pero esta vez, como era tan tarde me había metido la tarjeta en la mochila y me costó mucho encontrarla, ¡se me había mezclado todo! Tuve que sacarlo todo para poder dar con ella, por suerte las tonterías que me pasan esta vez no tuvieron consecuencias. Nos subimos al metro hasta llegar a Vieux Lyon, donde más tarde cogimos el funicular que tardó segundos en salir. Salió todo a pedir de boca.
Sin duda os recomiendo que vayáis a la ópera, sobre todo si os gusta la música. Ademas está muy bien de precio. Fue algo totalmente nuevo para mi y me alegro de haber podido experimentarlo. Me gustaría volver pero mi amiga ya no estará así que me toca buscar a alguien que esté dispuesto a vivir cosas nuevas y diferentes. Será una tarea difícil porque la gente ya va con una idea sobre la ópera y es muy difícil hacerles cambiar de opinión. ¡Aquí en Lyon está tan fácil ir a la ópera que sería una tontería desaprovechar la oportunidad!
Os aconsejo que os fijéis en la duración de la ópera para planearos bien el trayecto.
Me daba cosa que a mi amiga no le fuera a gustar mucho la ópera y me sentía mal porque había sido mi idea. La noche de antes me vi la peli de "Pretty Woman" con Richard Gere y Julia Roberts y hay una escena en la ópera en la que hablan sobre las reacciones de la gente al escuchar ópera:
«La reacción de la gente la primera vez que ve una ópera es espectacular, o les encanta o les horroriza. Si les encanta es para siempre, y si no, pueden aprender a apreciarla, pero nunca les niega el corazón».
A mi amiga y a mi al final nos encantó "Le Messie" a pesar de que no somos muy religiosas precisamente. Sin embargo no puedo decir lo mismo de Julia Roberts, de todas formas, creo que hasta ahora es lo mejor que he podido hacer en Lyon.
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