Yo no vivo aquí

; Nosotros no vivimos aquí;. Estas fueron las últimas palabras que balbuceamos ayer noche, o mejor dicho, hoy madrugada, antes de irnos a dormir.

Todo empezó con el pase del Barça a las semifinales de la Copa del Rey en un partido que terminó pidiendo la hora contra el Real Madrid. 2-2 y para casa. Había que celebrarlo de algun modo y decidimos continuar nuestro particular oktoberfest por la ciudad de Lugano en la cocina de la residencia, pinchando un poco de Avicii.

La mayoría acabába mos exámenes ese día y llevábamos demasiado estrés acumulado, sobretodo yo. Fue entonces cuando decidimos convertir el pasillo en una perfecta sala de juegos. El carrito de la compra entró en juego y empezó a rodar en la pista, después de unas vueltas de reconocimiento, me subí y empezaron las vueltas rápidas. En ese momento fue cuando pensé que debía hacer una parada a boxes. Y vaya si la hicimos... en mi habitación tenía nada má y nada menos que un saco de boxeo hinchable, el cuál era perfecto para acabar de desestresarnos. Nos hinchamos a darle hasta que nos hicimos sangre en los nudillos. Ya estábamos listos para irnos de fiesta. La siguiente parada a boxes: Tito's place.

A las 4. 30 de la madrugada llegámos a la residencia. Quedábamos cuatro y el carrito de la compra otra vez. Esta vez no recuerdo hacer vueltas de reconocimiento, así como tampoco tenía mucho conocimiento de lo que hacía. Era tarde y estábamos en semana de exámenes. Después entraron en juego la plancha y el extintor. Y fue entonces cuando el guardia de seguridad apareció. Alguien dio el aviso, no era de extrañar. Nos preguntó por nuestras identificaciones de la residencia y uno de nosotros saltó diciendo;Ellos no viven aquí. Sólo yo;. Y ya nos ves tres de nosotros a las 5 de la mañana por las calles de Lugano a dos grados bajo cero por haber dicho que no vivíamos en nuestra propia;casa;.

Irónico ¿verdad? La primera vez en la historia que alguién niega vivir en su propia vivienda para dormir en la calle. Tranquilos, por suerte nuestra amiga no se olvidó de nosotros y nos dió el aviso para regresar en cuanto el guardia se esfumó.