Viaje a Milán (Parte 1)

Hace unos meses fuimos a Milán con motivo del partido Milán-Barça y aprovechamos el viaje para hacer algunas compras e irnos de fiesta (qué raro…). El plan consistía en pasar el día entero allí y regresar al día siguiente en uno de los primeros trenes de la mañana. Directos a la muerte en vida.

El viaje empezó a eso de las 7:30 con más sueño que ganas. Como ya os comentó Sandra, esta es la única opción de viajar barato a Milán desde Lugano. Así que nada, hubo que despegarse de las sábanas y preparar varios termos con café.

Nos pasamos toda la mañana y un poco de la tarde dando vueltas por la ciudad y mirando tiendas a ver si encontrábamos algo interesante. Creo que uno de los momentos más surrealistas del día fue mientras caminábamos por una calle milanesa y, de repente, un hombre nos empezó a hablar en español e intentó leernos la mano.

El hombre en cuestión, cuyo nombre no recuerdo, decía ser argentino y transexual (dato que no me hubiera importado que omitiese). En fin, un personaje. El caso es que nos empezó a decir cosas de nuestra personalidad y nuestra vida. A mí me dijo que mi abuela no iba a morir, que haría un viaje a México y que me casaría por amor y que tendría una hija en el agua. Yo prefiero creer que se lo inventó todo.

Después de comer, llegó una más al grupo y seguimos haciendo turismo por Milán. Quedaban pocas horas para el gran partido. Encuentro al que una amiga y yo presenciaríamos desde fuera del estadio, ya que sólo disponíamos de cuatro entradas y a nosotras nos daba un poco igual entrar.

Y hasta aquí puedo contar de la primera parte. Mañana la segunda con la historia de los panes con salchicha, el perdernos fuera del estadio, Old fashion, dormir en la estación de tren, dormirnos en el tren y casi perder el otro…