Para mí la vida no tiene sentido...

Siento no haber escrito estos últimos días, pero hemos tenido unos días moviditos. Entre la falta de Internet, las despedidas y nuestro viaje a Verona no he tenido muchas oportunidades de escribir a gusto. No quiero hacer un post triste y que penséis que soy la Erasmus más depresiva del mundo pero, si soy sincera, me siento de una forma muy extraña. Echo de menos, sé que echaré más de menos, quiero conocer a nueva gente pero no sé si les querré tanto como a los que se van.

Decir adiós es la peor parte del Erasmus. Sobre todo, porque la mayoría de esas despedidas serán definitivas. Sabemos que a pesar de poner todo nuestro esfuerzo en mantener el contacto nada será igual. El café en compañía, cotilleos del día después de una fiesta, los días de estudios improductivos...

No voy a ponerme triste. Creo que me he quedado sin lágrimas. Además, hoy hay FIESTA EN EL MORANDI, así que no pensaré en decir adiós, sino en gracias por haber formado parte de esta gran aventura. Gracias por elegir Lugano y por ser tan perfectos en cada imperfección.

Bueno, y os dejo que los nuevos ya están en el Oops bar y tenemos que enseñarles unas cuantas cosas sobre la noche luganense.