Milán (Parte 2)

Y llegó el gran momento. Cogimos el metro dirección San Siro y al llegar había un autobús que llevaba a los aficionados de cada equipo al estadio, así que cogimos el que transportaba a los del Barça. Como imagináis, todo aquello estaba petadísimo de gente de ambos equipos. Rivalidad y emoción a partes iguales.

Sin embargo, cuando llegamos al estadio mi amiga y yo despertamos de nuestro idílico sueño y tuvimos que empezar a pensar en qué narices íbamos hacer las dos horas que duraba el partido. ¿Bar? ¿Restaurante? ¿Lugar calentito? Pues no, estuvimos lerdeando mientras intentábamos buscar un sitio para beber a gusto. Primer pan con salchicha de la noche.

Y como era de esperar, nos perdimos. Estuvimos una hora dando vueltas alrededor del estadio y la desesperación nos hizo empezar con el lambrusco. Al final, encontramos la manera de volver y nos reunimos con nuestros amigos al finalizar el encuentro. Era hora de darlo todo en el Old Fashion.

El Old fashion es una discoteca de Milán a la que suelen ir estudiantes universitarios (sobre todo Erasmus). La entrada nos costó unos 10 euros con copa incluida, algo maravilloso si tenemos en cuenta los 25 CH (20 euros) que aproximadamente te cuesta entrar a una discoteca de Lugano (y sin consumición, que son otros 20 CH). Estuvimos hasta que nos echaron. Segundo (y tercer) pan con salchicha. No entiendo la razón por la que siempre que volvemos de fiesta nos entran ganas de comer en plan cerdos hambrientos.

El viaje estaba a punto de terminar y como el tren no salía hasta dentro de unas horas nos echamos unas cabezaditas en el suelo de la estación (hasta que nos echaron, cual perros) y luego dentro de la oficina de venta de billetes. Una imagen por la que nuestras madres sufrirían mucho. Muy triste…

Pero bueno, a pesar de este momento denigrante fue un viaje genial. Dicen que los viajes unen mucho a la gente. Creo que después de este episodio les quiero un poquito más, si es posible ?