Matrix de Erasmus

Hoy han venido a visitarme dos de mis mejores amigos. Era un momento que he estado esperando durante todo el Erasmus y todavía no me creo que estén aquí ahora conmigo.

Siempre me había parecido que el Erasmus era como una vida paralela, como un sueño donde no paras de pasártelo bien y acumular un sinfín de anécdotas y buenos recuerdos con la gente que más quieres de este apasionante viaje. La llegada de mis amigos me ha hecho ver que todo esto es real, que ha pasado y está pasando de verdad, que ellos también están empezando a vivir lo que yo ya empecé hace unos meses. Son los enlaces que me conectan mi vida anterior y la que llevo aquí, cómo si hubieran entrado en mi Matrix de Erasmus.

El día para ellos se les debe haber hecho eterno. Levantarse a las 5, coger el avión a las 8, llegar a Milán a las 10 y coger un bus directo del aeropuerto a Lugano para reunirse conmigo a las 14. Para mí el día apenas acababa de empezar, pues estando de vacaciones dentro del mismo Erasmus quién se levanta antes de la una del mediodía… Bueno hay días que sin vacaciones también se me pegan las sábanas, cierto.

El plan del día ha sido comprar unas cervezas para la fiesta de cumpleaños que celebran justo hoy dos de nuestras residentes. Una recibida made in Erasmus. Poco hemos tardado en planificar algún que otro viaje a Zúrich y Lucerna, típica actividad Erasmus también la de realizar viajes dentro del mismo Erasmus. De bien seguro que nos lo pasaremos genial, de hecho ya lo estamos haciendo y espero que pronto sean ellos los que tengan la oportunidad de protagonizar uno y ser yo el que los visite.

Ojalá se quedaran para todo lo que queda de curso aquí en lugano, así como algunas otras personas que pronto se irán también, pero sé que tanto unos como otros nos volveremos a ver en menos que canta un gallo. Os quiero.

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