Canciones con las que me suelo obsesionar (de forma peligrosa)
No sé a vosotros pero a mí me encanta la música. Melodías que se cuelan por tus oídos y te ponen los pelos de punta tan sólo con escuchar la primera nota. Otras, sin embargo, hacen que tus torpes pies se desesperen por salir a la pista. También, hay canciones que terminas odiando por diversos motivos; ya sea porque las hayas oído veinte millones de veces o que te recuerden a esa maldita persona en la que no quieres pensar.
Creo que en cada etapa de nuestra vida nos acompaña un grupo, una (o muchas) canciones, un cantante, un estilo de música. Algunos de vosotros tenéis la suerte de contar con padres o familiares que os acercan desde pequeños a la “buena música”. Otros, como yo, no tuvimos tanta suerte y las canciones de Alejandro Sanz y Pimpinela solían hacernos el camino al colegio más ameno. En mi pre adolescencia escuchaba canciones cutres-ñoñas, ya sabéis, Rebelde way, Avril Lavigne (éstas las sigo escuchando a veces en secreto)…incluso creo que un día cogí un disco de Alex Ubago que terminé perdiendo y otro, uno de Bustamante que acabé detestando.
MUY TRISTE, LO SÉ.
Fue en mi adolescencia cuando empecé escuchar las canciones que aún hoy adoro. Nunca olvidaré la primera vez que escuché Bohemian Rapsody de Queen o Creep de Radiohead. Y es que tengo especial predilección por las canciones tristes y depresivas, aunque en muchas ocasiones, sin embargo, me hayan hecho sonreír tanto que cualquiera diría que estoy escuchando a Mika.
Es cierto que en otros momentos he chillado desconsoladamente al escucharlas; pero, para los que me entendéis, éstas son lágrimas diferentes (o masoquismo, como lo queráis llamar). Te pones en frente del ordenador, cierras los ojos, play, y te desahogas en plena noche. No estoy segura (Dori es my segundo nombre), pero creo que incluso he llegado a hacerlo en sitios públicos como el cercanías. No obstante, como llorar, algunas de estas canciones me ponen de muy buen humor y me hacen olvidar cada minúsculo problema que pueda tener y veo todo de una forma más positiva.
En lo que llevo de Erasmus las canciones que más me han marcado han sido, por un lado, las de Russian Red (obsesión seria y preocupante), Vetusta Morla (esto ya lo sabíamos todos) y las canciones de fiesta (excuse me, excuse me, una vaina loooca, tirin tin tirin, ohhhh sometimes…).
Os contaré, sin miedo a que me toméis por una loca, que me suelo obsesionar mucho, mucho con algunas canciones. Esto de que te pones a escuchar diez veces seguidas una misma pista y tienes aún ganas de más. Ahora mismo, mi canción-obsesión de Russian Red es Loving strangers. Me gusta tanto que me la comería; pongo The sun, the trees y Fuerteventura en los instantes en los que la felicidad cobra protagonismo y The memory is cruely Upset cuando la fucking tristeza decide aprovecharse de mí. Nos os pondré mis canciones-obsesión de Vetusta Morla porque son absolutamente todas. Adoro cada pista de los dos discos, aunque unas más que otras, eso sí.
Y luego están las versiones acústicas. Ese placer intenso que sientes al escuchar una guitarra y voz en directo (aunque sea por youtube). Otro día os hablaré de los conciertos. Ahora, prefiero que me contéis vuestras canciones- obsesión durante vuestro Erasmus.
Os dejo que tengo 2 presentaciones por delante. Una en inglés y otra en italiano. Rezad por mí.
PD: Echad un vistazo al blog ; Mi canción de hoy; donde una chica con muy buen gusto musical (o sea no yo) publica todos los días una canción que le ha marcado ese preciso día.
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