La esencia de la Ciudad de los Ángeles
Fui a Los Angeles de escapada corta, para solo 2 semanas. Debía elegir lo que quería ver, pero no podía omitir este sitio. Ya cunado era niña soñaba con ir allí, en particularidad por la música que escuchaba en esa época, como Red Hot Chili Peppers. Y en estos sueños aparecía Venice Beach: yo yendo a lo largo de la playa, entre las casitas que estaban por las nubes; yo paseando por pavimento rodeado por palmeras que rascaban el cielo, lleno de ciclistas, corredores, patinadores... o yo acostada en la playa escuchando el sonido de olas.
Pues bien, la realidad sobrepasó mis expectaciones más grandes. Esto es un de más extraordinarios lugares que he visitado en toda mi vida. Parece no ser nada de especial, pero aún ahora mi corazón acelera a sola idea de Venice Beach. Allí me he enamorado de verdad de la Ciudad de los Ángeles: la arena perfecta, el enorme espacio junto con el océano y alrededor la gente, tan variada, original y despreocupada. Hay un montón de ella, pero no se siente que está a tope, ya que cada uno tiene bastante espacio. Te sientes como si el tiempo hubiera parado. Puedes asentarte, serenarte, escuchar la música. Nadie puede encontrarte allí. Ves algunos super trucos en el parque de patinaje, alguien tranquilamente está pintando un graffiti en un muro espacial justo al lado de ti, igualmente cerca una pareja se está dando un beso, alguien se está paseando con un perro, otro con un niño, ves a un grupo de estudiantes extranjeros que se han quedado escandalizados por la vista de tíos asentados en arena fumando porros... Para mi esto es la esencia de la vida en LA: haces lo que te guste y nadie tiene que ver con esto. Era completamente así como siempre me imaginaba.
Si estáis en Los Angeles, id obligatoriamente a Venice Beach. Vestidos como queráis, ya que en este caso ¨reina libertad¨. Llevad vuestro libro preferido, altavoces, frisbee y, por supuesto, una cámara. Si os entra el hambre, a los alrededores del pavimento hay como churros puestos de comida o fruterías. No os comáis las cabezas si no habéis traído un bañador o otro equipamiento. Yo personalmente olvidé mi toalla, pero me compré una por unos dolares en una de numerosas tiendas. Tampoco olvidéis poneros chanclas o sandalias, a no ser que queráis quitar arena de vuestros Adidas, dado que la arena está tan caliente que no se puede caminar descalzo. En el tema de dejar sus cosas en la playa para ir a bañarse no hay problemas, pero siempre es recomendable actuar con precaución. Lo suficiente es pedir a alguna gente con el aspecto de estos honestos, para que echen un vistazo a vuestra bolsa o simplemente dejarla cerca de las personas así. Yo tapé mi bolsa con la toalla para que no se pudieran ver ningún teléfono, cámara, etc., la dejé y no le pasó nada. De misma manera tened cuidado para que el viento no se os lleve nada!
Aunque pasé en Venice Beach solo pocas horas, absolutamente tuve un flechazo por ella. Siempre seguía pensando que si algún día me tocara la lotería o inventara yo algo genial y llegara a ser multimillonaria, me compraría una casita al océano en Los Angeles. La visita en Venice Beach solo me convenció que es el sueño más que justificado, ya que es así como podría vivir. Valdría la pena madrugar todos los días por esta vista. ¿Quien sabe? Quizás un día el sueño se convierta en realidad, pero para entonces disfrutaré de los recuerdos de esa tarde...
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- Polski: Kwintesencja Miasta Aniołów
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