Próxima Parada: Londres
Llegue a destino, el mediodía del 13 de Marzo, en un típico día gris inglés. Mi experiencia de viajar sola empezó un “poco top”, ya que, mi prima se ofreció a buscarme en el aeropuerto.
Si bien, la conocí de toda la vida, como hace ya varios años que vive en la capital inglesa, no tuvimos una relación muy cercana, y a los hijos si los veía por la calle no los reconocía. Ni bien llegue me di cuenta que verdaderamente éramos familia, congeniamos a la primera, hablábamos por horas, nos actualizamos sobre las ramas de la familia y, para mí, se sintió como una nueva tía; una que siempre estuvo ahí pero nunca, hasta ahora, había florecido nuestro lazo.
Primer Día
Mi segundo día en la Londres, aunque el primero completo de visitas, milagrosamente amaneció soleado, por eso me decidí y aproveché a hacer lo más posible caminando.
Me subí a la Central Line, y sin saber muy bien si era el correcto, empecé mi camino hacia mi primera parada: Nothing Hill. Con sus casitas coloridas (las cuales, probablemente salgan más de lo que voy a ganar en toda mi vida) y sus mercados callejeros, fue un barrio que me enamoró a primera vista.
Antes de adentrarme a los parques, me metí en una calle llamada Kensington Palace Gardens St, que si bien nadie en las visitas tiene en consideración, decidí verla. Es una calle especial, llena de lujo y opulencia, la cual, es lugar de grandes embajadas y mansiones con vistas al Hyde Park.
Continúe hasta los Jardines de Kensington Palace, visite a los duques de Cambridge y a los que ahora son los de Sussex. Seguí el sendero hasta llegar al corazón de Hyde Park, con su gran laguna y sus animales autóctonos.
Seguí caminando y llegue al Palacio de Buckingham justo para el 5 o´clock tea con la Reina. Obvio, que mientras ella lo tomaba calentita dentro de esas cuatro paredes, yo lo tomaba con 5°C sentada en los escalones del pequeño obelisco de en frente.
Subí por la calle Constitution Hill, hasta Piccadilly, donde encontré por el camino, un fantástico lugar para comprar todo lo relacionado con tés y cafés llamado Fortnum & Mason. Me encantó, me quería comprar todo. Después, esa noche, leí que es el mismo lugar donde la reina compra el té, el “Queen´s Blend”, tonta me dicen.
Seguí caminando hasta Piccadilly Circus, según mi familia más conocida, por las imágenes de presentación de Sherlock.
Segundo Día
El segundo día empecé con el famosísimo Big Ben… una decepción que va a estar en reparaciones como por cuatro años. Y, aunque tuve la suerte de haberlo visto antes, es verdaderamente una pena, perderse algo tan icónico de esta ciudad. Vi el Parlamento donde se encuentra la cámara de lores y de los comunes, y también contemplé el London Eye. Seguí hasta la Abadía de Westminster, solo para ver donde se casaron William y Kate.
Como disfruto muchísimo el arte y, de paso comenzaba a llover, elegí entrar a la National Gallery donde se encuentran unos Van Gogh y Monet, entre otras obras geniales.
Seguí caminando, bordeando el Támesis hasta llegar a la Tate Gallery, lo recorrí por una hora y media y después me encaminé a la parte histórica. Visité la Torre de Londres, por ende, el Tower Bridge y, de pasada la Catedral de St Paul, pero tan solo por fuera.
Para terminar mi día elegí Oxford St, a donde llegue caminando y continue hasta llegar a Selfridges & Co y a mi amado Primark!
Tercer Día
El tercer día, me invitaron a ir a Legoland. Pero no me voy a explayar en esto, ya que no es una visita obligada… Pero lo que si me gusto y está bueno para salir un poco de la gran ciudad es visitar Windsor, lo cual hicimos ya que el parque se encuentra ahí. Con sus hermosas casitas que imitan a las de Kensington y sus pubs al estilo irlandés, esta ciudad te atrapa. Ni hablar, del imponente castillo de la reina que se encuentra allí, con sus parques públicos adyacentes que son tan grandes que se pierden en el horizonte.
Cuarto Día
El cuatro día, llovía a caudales, por lo que lo dediqué especialmente a los museos. Fui al Victoria & Albert, al Science Museum, al British Museum y al Natural History Museum. Por supuesto que no los recorrí todos, es algo imposible y te tomaría semanas o meses hacerlo. Tan solo elegí los temas que me gustaban en cada uno y me centre en ello. Lo bueno de que sean gratis, es que no tienes el peso de haber pagado para entrar y ver, tan solo una exposición que es la única que realmente te interesa!
Quinto Día
El quinto y último día completo en Londres, nevó un montón y, aunque los ingleses ya estaban hartos de tanto frío y nieve yo estaba chocha, venía de 35°C de calor y anhelando este clima.
Como otra de las cosas que tenemos en común con mi prima es que amamos la historia, no metimos de lleno, al Imperial War Museum y recorrimos toda la exposición permanente a lo ancho y largo. Después ellos volvieron a su casa y, como era mi último día, me di un gusto y me fui a tomar el 5 o´clock tea a Harrods.
Ahora sí, la última noche, mañana tempranísimo me iba en Bus con destino la capital francesa.
Goodbye London et À bientôt, Paris !
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