Fin de semana en Londres

A pesar de que la capital de Inglaterra no es de mis capitales europeas favoritas, si que es cierto que tiene su encanto, y tiene muchos puntos de interés, y me apetecía hacer un post sobre lo que vi yo en un fin de semana que estuve por allí hace unos añitos.

Fui en el puente que se realiza a finales de enero (los estudiantes en mi comunidad, tienen fiesta el 28 de enero y por ello solemos hacer puente), por lo que nos pilló un frío impresionante. Íbamos super abrigados, pero en ese momento (fue antes de haber vivido en Polonia), pensé: “nunca he pasado tanto frío en mi vida”. Con esto quiero decir que os llevéis bastante ropa de abrigo si vais por estas fechas, pues con todo lo que hay que visitar lo podéis pasar muy mal.

Nos hospedamos en un hotel cercano al London Eye. No puedo deciros el nombre exacto, pues no me acuerdo, pero sí que la zona estaba muy bien, puesto que había muchos restaurantes alrededor, de muchos tipos, lo cual para cenar, que nos apetecía estar más cerca del hotel, nos venía genial.

Una recomendación es que os saquéis un bono de transporte, ya que no es que todos los sitios de interés se encuentren muy cercanos unos de otros, y os va a merecer mucho la pena moveros en autobús o en metro.

Otra recomendación es sacar el London Pass, cuyo coste varía dependiendo del número de días que queráis, pero os sale bastante rentable si tenéis pensado visitar muchos sitios de interés de la ciudad, ya que los precios para el acceso a los monumentos son bastante elevados y os pueden llevar a la ruina.

Qué ver en Londres

Al estar tan cerca del London Eye, no podíamos no empezar el tour por un sitio que no fuera este. A pesar de que no fue en un primer momento cuando decidimos subir, puesto que era por la mañana y había muchísima cola, decidimos esperar a última hora de la tarde (antes de que anocheciera), para montar. Os contaré un poco la experiencia. El London Eye, a pesar de las colas y del elevado precio (el precio actualizado es de 27 libras por persona adulta), merece totalmente la pena pagarlo y subir a dar una vuelta en él. Tenéis que tener en cuenta de que se trata de una noria de nada más y nada menos que 135 metros de altura. A pesar de que yo lo hice de día, de noche creo que tiene que ser aún más espectacular, toda la ciudad iluminada cuyas luces se reflejan sobre el Río Támesis.

Cruzamos el Westminster Bridge, un puente construido en piedra en el siglo XVIII, que constituye el segundo que se construyó en la ciudad para atravesar el río. Tras cruzarlo, llegamos directamente al Big Ben, la altísima torre (106 metros de altura) de estilo gótico, ubicada en el Parlamento de Londres que constituye uno de los grandes iconos de la ciudad. Me hacía mucha ilusión ver este monumento, ya que una de las películas de mi infancia, sin duda es Peter Pan. Y fue mucho más de lo que me esperaba. De veras es un monumento que impresiona ver. Por supuesto, esta torre que corona las Casas del Parlamento, que también tienen una fachada digna de admirar. Lo que hoy en día se conoce más popularmente como Casas del Parlamento, se trata del Palacio de Westmister (que alberga las dos cámaras del Parlamento, la de los Lores y la de los Comunes, y de ahí el apodo), de estilo gótico victoriano. De veras que la imagen del conjunto es increíble. Para acceder, hay que pagar una entrada de 25 libras.

Muy cerca de este punto, tenéis en el número 10 de la Calle Downing Street la casa del Primer Ministro, que tiene también una fachada increíble la verdad.

Frente al mismo, tenemos la Abadía con el mismo nombre, la Abadía de Westmister, una iglesia de estilo gótico, que albergaba la celebración de las coronaciones reales. La entrada de la Abadía es de 20 libras. A pesar de que nuestro tour fue algo express y no pudimos ver detenidamente todo, si que creo que merece la pena pagar la entrada, al menos a la Abadía, que tiene rincones tan interesantes como la Lady Chapel.

Siguiendo hacia la parte oeste de la ciudad, a pocos minutos encontraréis el Palacio de Buckingham, la residencia de la familia real británica. Debido a que actualmente sigue funcionando como residencia real y la Reina Isabel II vive allí, no está permitida la entrada al público, excepto en ciertas semanas al año. A pesar de que no podáis acceder al interior del palacio, si merece la pena acercaros a verlo, y presenciar también el famoso cambio de guardia, que tiene lugar a las 11:30 casi todos los días (os recomiendo consultar horarios). Este Palacio está ubicado en un entorno ideal, puesto que está rodeado por los Jardines del Palacio de Buckingham (privados), el Parque Green Park y el Parque de St. James, que, en mi opinión, es uno de los más bonitos de la ciudad, ya que ofrece unas vistas espectaculares al palacio.

Seguido de esto, tenéis el Parque más grande y más famoso de la ciudad, Hyde Park. Por supuesto, es un parque precioso, con muchos rincones qué ver y muchas actividades que realizar en él, pero quizás, al ser tan grande y no tener tanto tiempo para verlo entero, me gustó más el otro.

Muy cerca del Parque St James tenéis Picadilly Circus, otro de los mayores puntos de interés de Londres. Este enclave comercial está rodeado de calles llenas de restaurantes, tiendas, teatros, cines, etc. Vamos, que para ir de shopping en Londres, esta es la zona. De hecho, la calle Regent Street, conecta directamente con la Oxford extreet, la calle por excelencia para ir de compras en Londres. Lo más conocido de este sitio, por supuesto son sus enormes carteles que tanto iluminan la zona por la noche. Siguiendo una de sus calles se llega a la Plaza Trafalgar Square.

Trafalgar Square constituye una de las plazas más importantes de la ciudad, creada en el siglo XIX debido a la victoria británica en la Batalla de Trafalgar, y de ahí su nombre. Me pareció una plaza con mucho encanto, donde se puede apreciar muy bien el ambiente de la ciudad. Esta plaza tiene diversas estatuas conmemorativas a lo largo de ella, y cuenta también con dos grandes fuentes que se iluminan por la noche.

Hacia el norte de esta zona de la ciudad, tenéis el barrio de Soho un barrio con mucho rollo, y que vi bastante poquito. Es una de mis espinitas de la ciudad, porque solo pasamos de largo, y creo que ahora lo viviría de otra manera. Dimos una vuelta, y fuimos hacia la zona de Chinatown, que es, en mi opinión, maravillosa. Lo de que exista una ciudad dentro de otra siempre me parece muy top. Aquí podéis encontrar de todo, tiendas, supermercados, restaurantes, puestos de comida, etc. Sin duda, tenéis que dejar lo de ser tan tiquismiquis atrás y atreveros a probar algunas de las cosas que ofrecen.

No muy alejado tenéis el Covent Garden, un mercado muy conocido por albergar restaurantes y bares de alto renombre, y tiendas de ropa de lujo en su interior. Anteriormente, era un mercado típico de ciudad, pero fue remodelado y convertido en la galería comercial que conocemos hoy en día. La verdad es que es un sitio que hay que ver si o si una vez vas a Londres. Como veis, las zonas con más “rollo” de la ciudad, se encuentran bastante pegadas entre sí.

En la parte este de la ciudad, tenéis el famoso Tower Bridge, otro de los símbolos de la ciudad, y sin duda, precioso de ver, tanto de día para apreciar sus detalles de estilo victoriano, como de noche, cuando se ilumina por completo. Se puede acceder al interior del puente pagando una entrada.

Al cruzar el puente, llegáis directos a la Torre de Londres. Para los amantes de la historia, este es un lugar que no os podéis perder. Y es que tantísimos personajes han pasado por este castillo...Algunos con un final no muy agradable, como Anna Bolena, ejecutada por su marido, al igual que otros muchos, y es que este lugar alberga cantidad de historias y leyendas. Y los famosos cuervos que sobrevuelan la zona no hacen que sea menos tétrico todo lo que cuentan, precisamente. La Torre de Londres tiene una tarifa para estudiantes de 19,30 libras, con la que podéis acceder a diversas interesantes salas como el Palacio Medieval, o Las Joyas de la Corona.

A una media horita a pie de esta zona, tenéis la Catedral de San Pablo, la segunda más grande del mundo (me flipan estos datos). Es fruto de una larga lista de remodelaciones a lo largo de la historia, pero siempre ha sido un edificio dedicado al culto religioso, y sin duda, precioso, tanto por fuera como por dentro, y esto es lo que ha hecho que este lugar sea el emplazamiento donde han tenido lugar muchos actos importantes. Pagando la entrada de 17,50 libras podéis acceder a su interior y subir a su cúpula desde donde podéis contemplar unas vistas muy bonitas de la ciudad.

Y por último os voy a hablar sobre el British Museum. No se encuentra lejos de la zona de Covent Garden, pero lo pongo al final porque esto, de veras, es bastante opcional. Si tienes tiempo de sobra en la ciudad, ni lo dudes, es tu oportunidad de perderte en uno de los museos más impresionantes del mundo. A pesar de toda la crítica que hay hacia el hecho de todas las piezas robadas de diferentes civilizaciones, ahora están aquí, y es algo que no podemos cambiar, pero sí apreciar. La entrada es gratuita, pero claramente es un museo inmenso en el que vas a pasar horas. Recomiendo, si tenéis más cosas que os interesen ver en la ciudad, miraros bien las colecciones que más os interesan y limitaros, porque si no, una vez entras… Y mira que fui hace tiempo, y mi hermano era pequeño, pero fue una experiencia increíble, y nos lo pasamos genial.

Espero que os haya gustado este post, aunque os he contado las cosas más básicas, quería contaros un poco mi experiencia, lo que vi y lo que no pude ver bien en un fin de semana, para ayudaros a organizar vuestro viaje como es debido. Por supuesto, me gustaría volver a ir a Londres, visitar mejor la zona de Soho, y Convent Garden, ver alguna colección más del British Museum, acercarme a ver el Barrio de Nothing Hill... Hay muchas posibilidades en esta ciudad.

¡Hasta el próximo post!

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