Encuentro con la reina
Problemas con el agua en la habitación de invitados
Después de tres días de turismo, aquel era de verdad mi último día en Londres. Seguíamos sin tener agua caliente, pero cuando me levanté el dueño del piso ya se había puesto a arreglar el problema. Intenté hablar con su compañero de piso, pero no hablaba muy bien inglés, así que llamaría al dueño más tarde cuando saliera hacia la estación de trenes. Me preparé (sin ducharme otra vez con agua fría) y me marché porque había quedado con mi amiga en el puente de la Torre entre las 9 y las 9:30. Queríamos pasar juntas el resto de nuestro tiempo en Londres antes de que ella cogiese un autobús de vuelta a Oxford aquella tarde. Nuestra amiga en común tenía que trabajar, así que no pudo unirse a nosotras.
Mientras caminaba por las calles de aquel pequeño pueblecito, llamé al dueño del apartamento y le pregunté si se podía arreglar el tema del agua caliente. Después de disculparse, me dijo que llevaría algún tiempo arreglar el problema, pero que, cuando volviera a casa aquella tarde, me llevaría a su gimnasio para que me duchase allí; y, después, me devolvería el dinero de una noche por las molestias. Acepté el trato porque fue muy amable conmigo y sabía que todos los hoteles en los que querría alojarme eran más caros que ducharme una vez en un gimnasio situado en alguna parte a las afueras de Londres.
Un día genial con mi amiga alemana
Me puse de mejor humor porque ya había resuelto el problema del agua caliente. Cogí el tren hasta el puente de la Torre y caminé durante el resto del camino hasta llegar al lugar donde había quedado con mi amiga. Este fue el primer día en el que no hacía buen tiempo, cuando salí de la estación estaba lloviendo a cántaros; afortunadamente, siempre llevo mi paraguas conmigo y no me mojé mucho. Dejó de llover justo antes de que me encontrara con mi amiga y decidimos ir a desayunar primero. Después de tomarnos un café y un cruasán en un Starbucks, nos pusimos a pensar qué podíamos hacer. Como no tuvimos unas ideas muy creativas, decidimos caminar hasta la estación Victoria y ver qué ocurría.
Estaba bastante lejos, pero teníamos tiempo, así que todo iba bien. Caminamos a lo largo de la rivera del río hasta que llegamos a la zona turística donde se encuentra el London Eye, el London Dungeon, etc. y continuamos hasta el Parlamento. Compramos algo para comer en un supermercado cercano al Big Ben y seguimos nuestro camino hasta St. James's Park. La calle contigua al parque estaba llena de policías, pero justo dos días antes se había celebrado un desfile allí del que nunca había oído hablar, así que no le di mucha importancia a esto.
Vimos a la reina inesperadamente
Pero, cuando nos acercamos más, vimos que la policía había restringido y controlado el tráfico y nos entró curiosidad. Le pregunté qué estaba pasando a uno de los policías que había cerca de las vallas (los turistas preguntan a menudo, así que por qué no) y nos dijo que aquel día se rendía honores a una persona muy importante de la historia de Gran Bretaña (no me enteré realmente de quién se trataba) y que algunos miembros de la familia real llegarían pronto. Mi amiga, que es una auténtica fanática de todo lo que tiene que ver con la familia real, enloqueció de la emoción y, como yo también tenía curiosidad, nos quedamos allí y esperamos.
Me quedé un poco perpleja porque, normalmente, se concentra mucha gente allá a donde la reina se supone que va a asistir a un evento. Pero no había nadie por los alrededores, solamente algunas personas que querían saber qué estaba sucediendo. Así pues, esperamos y vimos llegar a un coche muy caro que entró en el aparcamiento cerrado de una iglesia. Cuando dos personas se bajaron del coche (yo no les reconocí), mi amiga empezó a chillar de emoción y me contó quienes eran. Yo no sabía mucho acerca de la familia real, pero les hice una foto, por si acaso. Después, pasaron unos minutos hasta que el príncipe Carlos y Camilla llegaron también (¡al menos unos miembros de la familia que sí conocía! ). Fue genial verles de nuevo, ya que les había visto brevemente desde detrás de una valla después del desfile.
Diez minutos después (casi queríamos marcharnos ya, pero el policía nos dijo que quizás preferiríamos quedarnos, era obvio que él sabía algo que no le estaba permitido decirnos, así que decidimos esperar unos minutos más), llegó otro coche. Era un coche negro antiguo pero muy caro, custodiado por un grupo de policías motorizados. Mi amiga volvió a chillar y dijo muy bajito "¡Dios mío Jenny, esa es la reina! ". Me pregunté cómo podía saber eso si solo era un coche, pero entonces recordé que ella lo sabía casi todo de la familia real británica. Y tenía razón. Unos minutos después, la reina y su marido bajaron del coche y caminaron hacia la iglesia. Me quedé anonadada, nunca hubiese imaginado que sería capaz de ver a la reina en persona durante mi viaje a Londres, e incluso si no soy una fanática de la realeza, fue una experiencia única. Además, nosotras fuimos las únicas que les vimos aquel día porque querían ocultar aquel evento a los turistas.
Seguimos nuestro camino después de que todos los miembros de la familia entrasen en la iglesia y después de que nosotras les hiciésemos suficientes fotografías; pero mi amiga no podía dejar de hablar acerca de lo increíble que había sido aquella experiencia. Me hizo feliz que ella estuviese tan feliz, y me di cuenta de que casi era la hora despedirnos. Buscamos en Google Maps cuál era el camino más rápido para llegar a la estación Victoria. Llegamos en 20 minutos y su autobús acababa de llegar. Nos abrazamos y nos despedimos; ella entró en el autobús y regresó a Oxford.
Últimas horas en Londres en solitario
Decidí comer algo e ir de nuevo a Hyde Park. No sabía lo que me apetecía hacer durante el resto del día, y, como el tiempo había mejorado desde aquella mañana y hacía sol, quería relajarme un poco en la Diana Memorial Fountain. Así que, comí algo (bastante poco saludable) y cogí el metro hasta Marble Arch. Recorrí casi el mismo camino que habíamos recorrido el día anterior y me senté junto la fuente dedicada a la princesa Diana. Como hacía bastante calor, me quité los zapatos y los calcetines y metí los pies en el agua, ¡fue una sensación maravillosa! Me quedé allí un rato, disfrutando del sol y viendo pasar a la gente a mi alrededor. De hecho, los viajes turísticos cansan mucho. Pero, después de un rato, empecé a aburrirme. Así que, me puse de nuevo los zapatos y decidí ir a dar una vuelta al Museo de Historia Natural.
Conocía este lugar gracias a la película "Noche en el museo" y sabía que se podía entrar gratis, así que me dirigí hacia allí. No me llevó mucho tiempo, no estaba lejos de Hyde Park. Así que entré y me impresionó mucho el tamaño de este museo. Solo tenía una hora (no quería volver tarde a casa porque me esperaba el dueño del apartamento) y no tendría tiempo para ver ni la mitad. Pero, como ya estaba allí, visité las zonas más famosas del museo y me fascinó la cantidad de exposiciones interesantes que se pueden encontrar allí. Después de un rato estaba tan cansada que salí del museo y busqué la estación de metro más cercana.
Me di una ducha en un extraño gimnasio (y conocí a mi casero)
Estaba un poco lejos, pero finalmente encontré una estación de metro. Hice la "maratón del metro" hasta que llegue a "casa". El casero ya estaba esperándome, así que recogí algunas cosas y nos dirigimos hacia su gimnasio. Hablamos sobre su vida, mi vida en Londres... En verdad era una persona muy interesante, fue una lástima que no hubiésemos hablado antes. Llegamos a su gimnasio; era bastante pequeño, pero parecía caro. ¡Había incluso una piscina! Me enseñó dónde se encontraban las duchas y me dijo que él practicaría un poco de deporte mientras yo me duchaba. Así pues, me duché (fue una ducha bastante agradable) y mi casero me trajo de vuelta al apartamento. Me devolvió el dinero de una noche y me dijo que él estaría trabajando al día siguiente cuando yo me marchara. Así que, nos despedimos y volvió a disculparse por los inconvenientes. Después, él volvió al gimnasio para continuar haciendo deporte y yo me marché a mi habitación para ver algunas series antes de quedarme dormida.
Galería de fotos
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- English: Meeting with the Queen
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