En las afueras: Oxford y Stonehenge

¡Hola a todo el mundo!

En la entrada de hoy voy a hablar de lugares impresionantes que están en las afueras de Londres o en condados cerca de Londres, sitios de visionado casi obligatorio, en especial Windsor y el Stonehenge. En el post que hice sobre los 23 lugares que a mí más me gustaron de Londres, me quedaron unos cuantos sin mencionar y contar mi experiencia en ellos porque de hacerlo, la entrada sería demasiado larga (más de lo que ya era). Así que, voy a dedicarle una sola entrada a estos dos magníficos destinos, que me encantaaaaaaaron. ¡Empezamos!

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PRIMER DESTINO: STONEHENGE (+ SALISBURY)

El primer lugar del que voy a hablar es el Stonehenge, porque es del que más me apetece ahora escribir y recordar esta maravilla. A ver, para empezar, ¿qué es el Stonehenge? Es un monumento hecho con piedras y es uno de los grandes misterios de la humanidad. Se cree que fue construido a finales del Neolítico, pero el propósito de esta construcción todavía se desconoce, a pesar de que hay varias teorías, por eso es un misterio. Todas las piedras forman cuatro circunferencias y en el centro de la construcción hay una piedra que se cree que es una especie de altar.

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Kate y yo hicimos exactamente lo mismo que para ir al Harry Potter Tour. Reservamos un autobús, también lo cogimos enfrente de la estación de metro de Waterloo y la duración del trayecto también fue de una hora y media, aproximadamente. El bus espera por vosotros unas cuantas horas con tiempo suficiente para ver este complejo megalítico y luego, volvéis y os deja donde os cogió al principio.

Llegamos pero no directamente al Stonehenge. Hay una especie de edificio donde están las oficinas de turismo que coordinan todos los trámites del lugar. Nosotras ya habíamos reservado la entrada, así que una vez más, nos ahorramos la cola. ¡Bien! Allí nos dieron un aparato que llevaba auriculares y te explicaba la historia del Stonehenge y por qué tiene taaaaaaaaaanta relevancia en la actualidad. Después de explicarte cómo funcionaba el aparato, la voz estaba disponible solo en inglés, creo recordar, te llevan hasta un autobús que es el que te conduce directamente al Stonehenge. Es un autobús pequeño, en plan microbús.

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Llegas allí y ahí lo tienes, de frente. En persona es mucho más impresionante que en fotos, como todo, vaya, no tiene punto de comparación. Obviamente no puedes acercarte, hay una cordel que te lo impide, pero la distancia entre tú y el monumento histórico es relativamente poca. Cuando yo fui, hacía un día bastante nublado, lo que fue una pena, ya que dicen que es mucho mejor verlo con sol, porque se cree que quienes lo construyeron tenían conocimientos de astronomía y cuando el sol alumbra, sus rayos pasan por el eje de la construcción. Se cree que alrededor del complejo se celebraban rituales y fiestas, pero ¿cómo lo construyeron? No se sabe. Me recuerda un poco a las pirámides de Egipto. Algo que también me gustaría destacar es que cuando yo estuve allí, había un coro de niños que empezaron a cantar canciones (todo muy funerario, no sé) enfrente del Stonehenge. Todo el mundo los miraba y aplaudía. Fue especial, la verdad. No creo que eso pase todos los días. Es una pena que no se puedan subir vídeos a este blog, porque grabé un trocito de una canción que cantaba el coro con el móvil con el Stonehenge detrás, fue genial.

Después de estar una hora allí con el aparato escuchando cómo daba explicaciones sobre el monumento hecho de piedra, volvimos a coger el autobús y nos marchamos.

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Nos enteramos de que cerca de allí, había un pueblo bastante visitado llamado Salisbury, bueno, es una ciudad. Así que, de paso, fuimos a visitarla. Estuvimos en Salisbury unas dos horas, más o menos, porque nos paramos a comer. Salisbury es una ciudad bastante tranquila, con callejuelas pequeñas y casitas y tiendas bonitas por todos los lados. Hay un museo y no hay nada exacto que le dé encanto a la ciudad, es la ciudad en sí. Está llena de iglesias de estilo gótico, entramos en una de ella que estaba súper bien decorada con lucecitas… Y además, había muchas zonas verdes en las que poder descansar y tomar algo, aunque ese día hacía bastante frío, así que estuvimos en una cafetería tomando algo. Al final del día, volvimos a coger el autobús y nos fuimos de nuevo al centro de Londres.

Había sido un día fantástico porque matamos dos pájaros de un tiro, ya que en un solo viaje habíamos visitado un monumento histórico y una ciudad especial. Con esto espero que hayáis aprendido o espero que os haya recordado la importancia del Stonehenge, a mí me encantó. Aunque, eso sí, hace algún tiempo (después de realizar este viaje, claro) leí que habían encontrado un complejo de este tipo mucho más grande que el Stonehenge también en Inglaterra. Fue un poco agridulce saberlo, siendo honesta.

Que se aprecie mi cara de felicidad en estado puro.

SEGUNDO DESTINO: OXFORD.

Bueno, como todos sabéis, Oxford es una de las ciudades universitarias más prestigiosas del mundo. Su gran rival desde siempre es Cambridge, que al final no lo visité y me dijeron que es mucho más bonita que Oxford, así que otra vez será.

¿Cómo ir a Oxford?

Nosotros cogimos un tren desde la estación de Waterloo que nos llevaba hasta London Paddington y desde allí, otro que nos conducía directamente hasta Oxford. Creo que nos había costado 20 libras. No tardamos mucho en llegar. Además, en la estación de tren ya hay miles de mapas y guías turísticas GRATIS que puedes coger en los diferentes puestos que hay. Nosotros cogimos un mapita y fuimos buscando los lugares turísticos de especial interés.

Lo primero que fuimos a ver fue el museo de Historia Natural que nos encantó. Había dinosaurios y yo era la primera vez que veía un esqueleto de uno de ellos. Hay todo tipo de animales, desconocidos la mayoría, que es lo que hace interesante el museo, la verdad. No es muy grande, la verdad, cuando ves la peculiar estructura del edificio.

También fuimos a ver el jardín botánico de la universidad donde sacamos unas fotos preciosas con el pedazo de día soleado que hacía. Dicen que en invierno es precioso porque todo está cubierto de nieve, pero cuando fuimos nosotras caía la puesta de sol y las plantas y todo el entorno tenía un color especial. También visitamos el Gran Comedor de Harry Potter, donde se habían grabado todas las películas. Ya sabéis que soy gran fan…

Después, visitamos la Biblioteca Bodelania. Bueno, solo la vimos por fuera, apreciando su arquitectura jajaja porque no se podía entrar en aquel momento. Gran fallo no haber visto los horarios de apertura y cierre.

Y la verdad, Oxford no es mucho más que esto. Era verano así que no vimos mucho ambiente universitario, pero estoy segura de que Oxford en temporada de universidad tiene que ser algo muy parecido a Aberystwyth, dentro de lo que cabe. Después de visitar lo más interesante, nos sentamos en una zona verde a descansar y merendar. Un poco más tarde, decidimos ir al Starbucks a tomar un batido y un café. El Starbucks nunca defrauda.

¡Y esto es todo por el post de hoy! Espero que os haya gustado, compartid, dadle a me gusta, comentad, lo que queráis. Ya sabéis que yo estoy encantada de contaros mi experiencia sobre diferentes lugares.

Mañana nos vemos otra vez, como siempre. ¡Un beso a todos!

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