El desfile del Día de los Veteranos

Solitario pero exitoso día de turismo:

Como mi amiga (que está haciendo sus prácticas en Londres) estaba demasiado cansada como para pasar otro día haciendo turismo por la ciudad conmigo, ese día decidí salir a visitar Londres yo sola. Después de darme una ducha, recogí mis cosas y salí de casa; como hice la primera mañana que salimos a descubrir la ciudad, pasé por el supermercado TESCO y busqué unas galletas o algo que comer y beber durante mi día de turismo. Después me dirigí hacia la estación de trenes y, como el día anterior, tuve que esperar un poco a que mi tren llegase, pero no me molestó demasiado. No había asientos disponibles, así que me quedé de pie junto a las puertas del vagón y miré por la ventana que tenía en frente durante todo el trayecto.

La zona más turística de Londres (demasiado cara):

Llegué hasta el Puente de Londres y cogí otro metro que me llevó casi frente al «London Eye». Ese día quería visitar los lugares "realmente turísticos" de la ciudad, ya que durante la visita que hice a Londres cuando estaba en el colegio solo fuimos a lugares que tienen importancia histórica y vimos monumentos que le gustaban a nuestro profesor. Así que, llegué al «London Eye» y me pareció bastante impresionante. Hasta ese momento, solo lo había visto de lejos, pero de cerca es increíble. Desafortunadamente, habían puesto propaganda de Coca-Cola por todas partes (que antes no estaba allí) y el «London Eye» parecía un enorme cartel publicitario, pero me siguió pareciendo muy interesante.

Sopesé la idea de comprar una entrada, pero la descarté enseguida cuando me di cuenta de que había unas 250 personas haciendo cola y la entrada valía 36 libras, ¡que son más de 45 euros! Así que me hice unas fotos y continué mi camino a lo largo de la ribera del río. Hacía un tiempo muy agradable, había salido el sol, algo no muy típico de Londres, pero perfecto para un día de turismo. A continuación, me topé con el «London Dungeon», donde pasaréis más miedo que en toda vuestra vida (ya había visitado algo similar en Hamburgo), con una especie de exhibición/atracción turística basada en el personaje de ficción Shrek y con el Acuario de Londres. Me hubiese gustado entrar en el acuario, pero todas estás atracciones turísticas cuestan lo mismo que entrar en el «London Eye», y ya había gastado demasiado los días anteriores. Así que, solo me hice algunas fotos y continué mi camino.

Como mi desayuno no había sido muy sustancioso, empecé a tener hambre otra vez y decidí comer algo en McDonald's, la opción más fácil y barata; después de comer, descansé allí durante un rato. Continué mi camino poco después y llegué hasta el puente que lleva al Parlamento británico, al Big Ben y a la catedral de Westminster. ¡El día estaba empezando a ser realmente muy turístico!

Desfile de los veteranos, una agradable sorpresa:

Cuando crucé el puente, puede capturar unas imágenes geniales del Puente de la Torre y del «London Eye» porque el cielo estaba tan azul y había tantas nubes blancas que parecía un cuadro pintado. Seguí caminando y, de repente, vi a mucha gente, pero no simplemente mucha gente haciendo turismo por Londres como cada día, sino a un gran grupo de personas agrupadas junto al Parlamento. Incluso las calles estaban cortadas y había muchos policías. Me pregunté qué estaría pasando y me dirigí hacia allí. No pude ver nada porque había mucha gente, pero, como iba sola, fue fácil abrirme camino entre ellos.

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Cuando logré acercarme un poco más, vi que la calle estaba cortada y que se estaba desarrollando una especie de desfile. Había banderas de todos los países ondeando alrededor del parque que hay frente a la abadía de Westminster. Ya las había visto el día anterior cuando paseaba por la zona con mi amiga. Unos ancianos (muy mayores) en silla de ruedas desfilaban por la calle y saludaban a la multitud mientras la gente les aplaudía con entusiasmo. Me llevó un rato darme cuenta de que era el Día de los Veteranos de la Segunda Guerra Mundial y que aquellos ancianos eran los soldados que habían luchado en dicha guerra y habían sobrevivido.

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Decidí ver el desfile completo, ya que no me dejaban cruzar la calle y mi plan era ir a «St. James Park», que se encuentra justo al otro lado de esta calle. Una media hora después, abrieron la calle y todo el mundo intentó cruzar de inmediato. Fue un caos, había demasiada gente. Fue todavía peor en la acera que llevaba a «St. James Park» porque no nos permitían caminar por la calle (los policías controlaban precisamente que esto no pasara) y no había suficiente espacio para que todo el mundo pasara por la acera. Estuvimos atascados durante 20 minutos hasta que, finalmente, conseguí llegar a la entrada del parque. Precisamente en este parque se iba a celebrar una pequeña fiesta VIP para los veteranos (una de las zonas del St. James estaba cerrada al público y habían montado un escenario), aunque más bien se trataba de una «tea party»; asumo que estos ancianos son muy mayores para celebrar una verdadera fiesta. Mientras paseaba por el parque, pude verles allí sentados, bebiendo té y charlando. ¡Incluso vi al Príncipe Carlos y a Camilla en la fiesta! Normalmente no me entusiasma mucho la familia real pero, cuando visito Londres, ver a alguno de sus miembros es algo especial para mí.

Cruzando la mitad de la ciudad hasta Leicester Square:

Desafortunadamente, no vi a la reina, así que continué mi paseo por el parque hasta que llegué a una zona un poco más tranquila, me senté, tomé un poco el sol y me relajé. La muchedumbre me había dejado exhausta. Cuando recuperé fuerzas, seguí caminando hasta llegar al palacio de Buckingham y a la famosa calle que desemboca en «Trafalgar Square». Por todas partes se podían ver cosas relacionadas con el Día de los Veteranos y esto me dejó desconcertada porque no había oído hablar antes de él. Caminé hasta «Trafalgar Square», pero como ya había estado aquí el día anterior, decidí coger el metro hasta «Leicester Square», la «Times Square» de Londres.

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Pequeña experiencia en la alfombra roja:

Me llevó un tiempo encontrar una boca de metro, pero llegué rápidamente a «Leicester Square». Cuando salí del metro, volví a ver un gran grupo de gente apiñada. ¿Qué estaba pasando aquel día? Me acerqué a la muchedumbre y descubrí que se trataba de una alfombra roja frente a la puerta de un cine. Obviamente, se trata del estreno de una película. Fue muy emocionante porque nunca había visto antes nada parecido y, estando en Londres, cabía la posibilidad de ver a un actor importante. Pero me di cuenta de que se trataba de una película para adolescentes y que los actores eran una imitación de Justin Bieber y no los conocía en absoluto.

De todos modos, me quedé un rato observando cómo los fans adolescentes gritaban y cómo los actores que pasaban por la alfombra roja actuaban como si fueran grandes estrellas del cine porque me pareció interesante. Pero perdí el interés después de un rato y seguí mi camino hasta llegar al «M&M's World». Esta es una de las tiendas más fascinantes en las que estado nunca. Es enorme y está enteramente dedicada a los M&M's. La decoración es adorable, venden todos los artículos imaginables con el logo de M&M's y podéis comprar un surtido muy colorido de los propios caramelos de chocolate. Por supuesto, son extremadamente caros, pero me gustó simplemente visitar la tienda y ver la decoración; no necesité comprar nada.

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Así pues, di una vuelta por la tienda, compré algunos souvenirs para unos amigos y mi novio y me marché. Como la última vez que estuvimos por la zona tuvimos que volver a casa enseguida, no continuamos más allá de la tienda de M&M's. Esta vez, continué caminado para ver qué había la final de la calle. Y, sorpresa, encontré más figuras a tamaño real de la oveja Shaun y les hice unas fotos (hice una fotografía y un selfie a cada figura de la oveja Shaun que encontré en Londres, idealmente con el monumento al que la oveja acompaña de fondo. Casi se convirtió en una especie de ritual para mí). Además de la simpática oveja Shaun, también encontré algunas tiendas.

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Hacer turismo es agotador:

Después de dar vueltas por las calles, me entró hambre de nuevo y ya estaba cansada, así que decidí buscar una boca de metro y volver a casa. Compré algo para cenar en un supermercado y algunos dulces y patatas fritas para picotear más tarde en mi habitación y comencé la "maratón del metro". No es tan fácil simplemente llegar a tu destino. Normalmente, tienes que hacer transbordos y caminar por los pasillos del metro durante horas hasta llegar a casa. Y este día no fue una excepción. Pero finalmente logré montarme en el tren que me llevaría al pequeño pueblo a las afueras de Londres donde me estaba quedando. Solo quería tomar una ducha, meterme en la cama y ver una serie en mi portátil.

Pero cuando llegué, mi casero me dijo que no había agua caliente. Así que, no me duché y me fui directamente a la cama, con la esperanza de que al día siguiente todo fuese sobre ruedas (aunque sabía que este deseo estaba muy lejos de hacerse realidad). Vi el desfile del Día de los Veteranos en las noticias un rato antes de quedarme dormida. ¡Hacer turismo y caminar por toda la ciudad durante todo el día es agotador!


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