Tercer día en Logroño

¡Hola de nuevo! Hoy toca hablaros del tercer día que pasamos en Logroño. Todo lo que estamos viendo nos está gustando mucho, la temperatura es muy agradable porque no hace ni frío ni calor (solo el primer día tuvimos algo de frío) y la gente es realmente amable. Pienso que la mejor manera de disfrutar de un sitio o una comunidad cuando la visitas es mezclar todos sus aspectos. Es decir, visitar ciudades, naturaleza y a poder ser, pueblos; así que eso es lo que estamos intentando hacer.

Segundo día en Logroño

Hoy ya pedía el cuerpo algo de naturaleza así que decidimos que sería el día de ir a la parte sur, a la sierra. Esta zona se llama Los Cameros (Camero Viejo, que tiene la figura de Reserva de la Biosfera y Camero Nuevo) y está llena de naturaleza, senderos y hasta un Parque Natural, el de la Sierra de Cebollera. Destaca también por su artesanía y gastronomía tradicional, reflejado en pequeñas tiendas en los pueblos por los que pasas, además de sus restaurantes, donde se come genial. Hay tanto rutas en coche como a bici y a pie.

En la oficina de turismo de Logroño nos dieron folletos de todo lo que había que ver en los alrededores y también nos los proporcionaron en el apartamento y desde ahí creamos un poco la ruta. La primera parada era Pradillo, donde se encuentra la oficina de turismo de toda la zona, a unos 30 minutos de Logroño. 

Pradillo

Como he dicho, Pradillo tiene la única oficina de información de toda la zona montañosa de Cameros, ya que la mayoría son pueblos pequeñitos con apenas tiendas o restaurantes pero con una belleza increíble. En esta oficina nos atendió un hombre que nos explicó todo a la perfección. Nos dio varias sendas a elegir pero nos recomendó la Senda de Las Cascadas. Además, nos recomendó varios pueblos para ver, como Villoslada de Cameros, Ortigosa, Venta de Piqueras... No nos daría tiempo a verlos todos así que hicimos selección.

Nos entregaron varios folletos informativos muy bien hechos y además podías comprar algunos de pago, pero es suficiente con los que te dan gratuitamente. Después de toda esta información, estuvimos mirando el precioso paisaje desde al lado de la oficina y seguimos con nuestro camino hasta la Senda.

La Senda de las Cascadas

Esta es una senda que salía desde Lomos de Orios, en un desvío desde la carretera LR-448; dura unas 2 horas y son 6 kilómetros aproximadamente, en las zona más alta de la sierra y el Parque Natural. Hay más rutas de diferentes dificultades por la zona.

Una vez llegas a lomos de Orios, hay una gran ermita y la senda está indicada estupendamente, no tiene pérdida; son una línea amarilla y otra naranja que están pintadas en los árboles y señales a lo largo del recorrido. Si no has hecho ninguna ruta de senderismo, solo tienes que saber que cuando las líneas forman una cruz, indican que ese no es el camino y tienes que seguir las que están en paralelo.

Es una ruta en círculo (se vuelve al sitio desde donde se ha empezado) y hay un punto en el que hay que desviarse para llegar a las cascadas, pero también está muy bien indicado; luego se vuelve por el mismo desvío al camino en círculo. El camino no se hace muy pesado, hay varios tramos en cuesta pero se hacen fácilmente, el último kilómetro es también en cuesta pero también se hace rápidamente.

A nosotr@s nos gustó la ruta porque las vistas son preciosas y durante el camino hay carteles informativos sobre flora y fauna, tradiciones y el pasado de la trashumancia en los sitios por donde vas pasando, así que es totalmente recomendable.

Cuando terminamos, volvimos al coche para seguir hasta el siguiente pueblo.

Villoslada de Cameros

Este pueblo fue el que nos recomendaron para comer, aunque estaba en fiesta y nos dijeron que de no haber sitio, podíamos ir a Venta de Piqueras. 

El restaurante al que fuimos a comer se llamaba Bar Corona, el único del pueblo. Mi familia comió de lujo por lo que dijeron: guiso de patatas con chorizo, garbanzos, menestra de verduras, macarrones con setas, carrillada, solomillo... Un menú por 12 euros. En cuanto a opciones veganas, nada aparte de la menestra de verduras (por la que me cobrarían el precio del menú entero) y cuando les pedí que si me podían hacer aunque fuese un plato de patatas fritas como segundo me dijeron que no, solo el menú del día, así que no me pedí nada. Era la primera vez que en un restaurante se negaban a adaptarme un plato aunque fuese solo con los acompañantes. 

Había mucho anbiente en el pueblo y cuando terminamos de comer admiramos un poco el paisaje antes de irnos, el pueblo está en medio de la montaña y es precioso. 

Ortigosa

La siguiente parada era Ortigosa, donde teníamos muchas ganas de ir ya que no habíamos podido ver las cuevas ayer en Nájera. 

Este pueblo es impresionante por su ubicación y el entorno en donde se encuentra. Antes de llegar al pueblo hay un pequeño parking donde hay que dejar el coche porque no es recomendable pasar con él. 

Una de las razones por las que este pueblo es especial es un puente que une dos iglesias, una a cada lado. 

Para llegar a las cuevas hay que cruzar el puente que hay un poco más adelante del parking que he mencionado y llegarás a la taquilla donde se puede comprar la entrada para acceder a ambas cuevas. El precio es de 4 euros para adultos y 3 para niños. Las visitas salen cada media hora y duran alrededor de 30 minutos. 

La primera que se visita es la Gruta de la Paz, la cueva más impresionante que he visto en mi vida, ya que tiene una longitud de 236 metros, es enorme. Está llena de estalagmitas y estalactitas de todos los tamaños, columnas y formas curiosas. Hay partes que son muy estrechas para pasar y es un camino muy entretenido. El guía que tuvimos lo explicó muy bien y la visita nos encantó. 

Cuando terminó, tuvimos que andar unos minutos hasta la siguiente cueva, la Gruta de la Viña, de la que se destruyó una gran parte al dinamitar el Macizo del Encinedo con el fin de conseguir rocas para construir la presa, aunque mirándolo por el lado positivo, gracias a ello descubrieron que las cuevas estaban ahí. Esta cueva es más pequeña y sólo tiene una abertura para entrada y salida, aunque también es muy impresionante. 

No se pueden hacer fotos en las cuevas pero las vistas desde fuera también son preciosas y ahí sí que las puedes hacer. 

Cuando terminas las visitas volvimos a la taquilla, cruzar el puente y volver al parking. 

Viguera

La parada final fue Viguera, otro pueblecito pequeño cercano donde destacaba su gran mirador. Cuando llegamos allí nos quedamos sin palabras por las vistas que tenía y la sensación de estar allí.

Nos encontramos además con varios señores del pueblo que nos estuvieron explicando un montón de cosas (estos son los mejores guías turísticos). Pasamos allí un buen rato antes de volver a Logroño. 

Aunque parezca que son muchos sitios para visitar en un día, lo bueno es que son trayectos cortos entre unos pueblos y otros y se hace muy ameno, más aún si lo que ves es tan bonito como lo que estamos viendo nosotr@s.

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