Susto en el Dom VIII

Después del concierto de Coldplay en Varsovia había que poner rumbo a Łódź. Como os he comentado en la información del Greenport Hostel para llegar del Hostal a la estación central (y de ahí a prácticamente cualquier sitio de Polonia en tren), tenéis que coger el bus 138 hasta el Stadion Narodowy y después algún tranvía número 7, 8 o 22 hasta Warsawa Centralna. En total una media hora.

Aquí vino otra de mis desventuras antes de llegar a Łódź. Los compis con los que había visto el concierto se fueron a la una camino a Katowice (visita obligada de Erasmus si tenéis a algún colega Erasmus allí), una ciudad luminosa, cultural, replenta de actividades de todo tipo por cada uno de sus mágicos rincones. Já. Katowice es un es una ciudad importante de la región histórica de Alta Silesia en Polonia.

Los silesios son la principal minoría de Polonia. En el año 2011 su número casi llegaba al millón. Muchos polacos piensan que el “nacionalismo” silesio es un problema que va en aumento. Por resumir os diré que para ellos Polonia y Silesia es distinto (los polacos suelen hacer el símil con Cataluña y España). El caso es que allí para ir a visitar a amigos y salir de fiesta Erasmus bien. Para todo lo demás… prescindible. Muy prescindible.

 Aunque bueno, me comentaron que estaba en marcha un proyecto, el Muzeum Slaskie, que sería algo así como el Guggenheim polaco. Cuando se termine, el nuevo Muzeum Slaskie se podrá visitar en el centro de Katowice. Bilbao ya demostró que se puede reinventar una ciudad postindustrial y ha inspirado proyectos de regeneración similares en otros lugares de europa, como en este caso, Polonia.

Pero bueno ese día no me fui a Katowice. Me quedé en la Estación Central sólo, esperando encontrar el tren que me llevaría a la que todavía no era pero lo sería muy pronto, mi ciudad Erasmus. Voy a las ventanillas y una mujer muy rancia (funcionarios everywhere…) que chapurreaba algo de inglés, me dijo que mi tren salía a las cuatro. En viendo que su actitud no era para nada colaborativa, ni simpática, ni siquiera un poco comprensiva, me busqué la vida y saqué mi lógica deductiva (la que gastamos para dejar Sudokus a medias, sí, esa misma) y me di cuenta de que mi tren no salía a las cuatro como me había dicho la dicharachera mujer. Sino a las dos y cuarto.

De todas formas, por errores de principiantes no estuve en el lugar correcto a la hora indicada, así que terminé teniendo que pasar casi tres horas más en la estación, para coger un tren que iba más lento y hacía más camino. Todo eso lo consulté desde el Green Coffee, un bar dentro de la propia Estación Central. De propina foto desde la webcam.

Allí encontraréis bastantes tiendecitas y bares como ese, pero los precios no son los precios polacos bajos típicos que encontraréis fuera. Aunque en situaciones de emergencia un café a cambio de wifi gratis siempre vale la pena jeje. Como diría Luis Piedrahita… practicando la delwifigüeño.

ERASMUS CONSEJO:

Si os quedáis perdidos en alguna estación polaca tomad como referencia y sólo como eso lo que os digan las mujeres de las taquillas y preguntad a la gente que hable inglés que haya por las colas. A mí me ayudó más en cinco minutos una pareja de jóvenes estudiantes polacos hablando en un inglés muy bueno que en dos horas las mujeres de la estación.

Finalmente, y tras un trayecto de casi tres horas (en lugar de casi dos que duraba el tren que debí haber cogido), llegué tarde a la famosa estación Łódź-Kaliska. Allí estaba Ania, mi mentora polaca. Una chica jovencita y super maja que hablaba un inglés con acento polaco pero muy bueno, así que genial. Ella me llevó en coche a la residencia, se vino conmigo a hacer el papeleo de la residencia (porque ojo… no penséis que porque sea una residencia con más de la mitad de ocupación Erasmus las personas de recepción hablan inglés. No. Aquí la lógica polaca se impone y sólo hablan polaco, así que procurad ir con alguien que también lo hable cuando tengáis que arreglar algo).

Me ayudó a encontrar mi habitación y fue cuando al abrir la puerta me encontré con dos coleguis turcos y sus amigas, que tenían la habitación llena de miel-da hasta arriba. Mi cama supuse que estaría debajo de alguno de esos montones de… en fin… de cosas. Y sí, allí estaba. La primera impresión recuerdo que fue “WTF… ¿Pero eesto qué es? Con tono de voz de Matías Prats”. Y es que la habitación era lamentable. Un escritorio, un armario y tres camas. Sabía que era temporal… pero aún así…

Para que os hagáis una mejor idea del cambio que supuso pasar del Dom VIII al Dom X os dejo el chorri-video que hice con los dos tipos de habitaciones a nuestra llegada:

Llegada a Lumumby

También os dejo un post en el que especifico con más detalle sobre las Residencias universitarias en Łódź, especialmente sobre el campus de Lumumby y el Dom X:

Lumumby, Łódź

Esa misma noche, después de dejar las cosas en la pocilga temporal, salimos con algunas mentoras y colegas Erasmus a una especie de Karaoke cuyo nombre no recuerdo y luego a la discoteca que sería mítica poco después, Czekolada.

Esa primera noche ya nos puso en sobre aviso. La fiesta allí no era una fiesta normal. La gente allí tenía otra actitud. Otra manera de vivir la noche. En definitiva… calidad de vida Erasmus. Cuando uno de los turcos se arrancó en el Karaoke con la canción de Ghost… la archiconocida Unchained Melody, de los Righteous Brothers. Ese diría que fue el primer momento épico del Erasmus.

Me subí con él al escenario, y me siguieron un par de polacos y alguna polaca muy animados. Sin duda esa noche, mientras cantábamos esa canción… Sentamos un precedente en lo que serían las salidas nocturnas por allí. Y lo que darían de sí…

¡Hasta pronto y a divertirse! ¡Es una orden! Powodzenia!

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