Pseudo-Estudiante Polaco

Semana cuatro y ya tocaba ir finiquitando papeleo en Lodz .Así que de buena hora tempranito pusimos rumbo a nuestra universidad, la Uniwersytet Lodki, que es la que os tocará si no hacéis una carrera técnica, derecho o ADE. Vamos si hacéis letras es la Uniwersytet Lodki. Está en Ulica Narutowicza 65, 90-131 Łódź, POLAND.

Recogimos los carnets de estudiante polaco, esos verdes tan majos que tardan la vida en darte jaja. [Arriba en la foto tenéis a un humilde servidor, tan personaje como acostumbro, con mi carnet de estudiante polaco en la mano, luciéndolo con el estilo que lo hacía cuando me lo pedían en cualquier transporte que estuviéramos jaja. Y para los que dicen que sólo me pongo gafas y sombreros de postureo con photoshop, aquí quedan ese par que son reales. Yeah!] Tardan básicamente eso, tres semanas o así en llevarlos a vuestra facultad. Pero la verdad es que valen mucho la pena, porque hay innumerables descuentos tanto en locales de ocio como en el carnet del MPK, que es el que se usa para coger buses y tranvías en Lodz. Indefinidos, por un precio de risa, ya os lo comentaré.

Precisamente esa misma mañana, después de recoger nuestros lustrosos carnets (para los de la LOGSE: esplendorosos, brillantes, gloriosos) de estudiantes polacos con el sellito del primer cuatrimestre para hacerlos válidos a efectos legales por detrás, pusimos rumbo a la oficina del MPK. Ojo con que os pongan la pegatina detrás con la fecha del primer cuatrimestre (o segundo según el caso), pero que esté bien la pegatina y sea visible la fecha. Porque cuando viajéis en tren, tranvía, bus o lo que sea, es lo primero que os van a mirar. Incluso para los descuentos de bebidas en algunos locales también lo miran, si se ponen exquisitos, como en Pijalnia. Aconsejado queda.

Andando desde la facultad fueron unos quince minutos, pero os lo pondré más fácil, si queréis ir desde Lumumby será una media hora. Andando despacito y contemplando el maravilloso paisaje y las obras arquitectónicas majestuosas de Lodz, como... pues a ver de camino de ahí a Lumumby está... ah sí, el Park Stanisława Staszica. Precioso. Y también tenemos pues... el... Park Jana Matejki subiendo la calle Gabriela Narutowicza. Y muchas más cosas que ahora no caigo. Ejem.

En fin que para llegar a la oficina de la MPK-Łódź Sp. z o.o. tenéis que llegar a Tramwajowa 6. Para eso o lo Googleais o lo más fácil es bajar la calle Uniwersytecka, que se la que baja desde "la cosa esa de la cúpula azul", que está al lado de las oficinas de la ESN, que a su vez en están en la facultad de derecho.

Al llegar a la oficina resultó que nadie allí hablaba inglés. Pero ni una remota idea, sólo polaco puro. Menos mal que tuvimos la suerte de que allí estaba un business man polaco, con su traje a lo Barney Stinson (a estas alturas dudo que no sepáis de quién os hablo, ese magnánimo personaje de la popular serie-sitcom americana "Cómo conocí a vuestra madre"). 

El caso es que el tipo en seguida que vio que no nos aclarábamos con los formularios para solicitar el carnet se sentó con nosotros, estuvimos charlando un ratito en inglés e incluso nos tradujo casa casilla del formulario una por una mientras lo íbamos rellenando. Todo un gentleman, la verdad. 

Dejamos solicitado el carnet de tres meses para transportes y decidimos dar una vueltecita por Piotrkowska porque se me antojó comprarme una harmónica. Soy así, ese día me levanté y dije: "eh tío, me apetecen cereales de chocolate; y una harmónica diatónica en clave C". Así que nos pusimos a buscar tiendas de música por allí, y de camino a las tiendas conocimos a una chica que además... ¡Era valenciana!

Mucha casualidad, desde luego. Teniendo en cuenta que fue hablando por la calle mi brother y yo y la chica nos oyó y se puso a hablar con nosotros. Ella había vuelto a Lodz a hacer una especie de prácticas remuneradas o algo así (suerte la suya). Al final encontramos una tienda y me compré la harmónica, pero me timaron. Es verdad que sólo me costó al cambio unos cinco euros, veinte zlotys... pero ya es bastante por esa harmónica cutre que no estaba en c ni leches. Así que me quedé sin mi sonido auténtico y genuino de blues (como si supeira tocarla, anyway jaja).

Y como en la mayoría de paseos por Piotrkowska, ese día también terminamos comiendo en Manekin, el archifamoso restaurante de todo tipo de crepes dulces y salados en el que como mínimo te hacen esperar una hora para servirte (lo que les da caché y hace que te parezca todo de mejor sabor, por el hambre que tienes cuando llega, no es mala estrategia). Por cierto que os lien por ahí, mucha gente habla del Manekin y de los mejores crepes. El mejor, contrastado con diferente público, estudiantes Erasmus e incluso estudiantes autóctonos es el que en la carta está numerado con el número treinta y seis y pedidlo con salsa mushrooms.

Allí comimos unos cuantos españoles, alguna francesa y algún polaco que se unió a la fiesta. Y después de eso tocaba dar un paseo de vuelta, hacer algún que otro trabajillo, deporte (recordemos que estaba en la semana sana), que ese día me dio por correr contra el frío polaco, para sentirme aún más productivo (ya sabéis que cuando te fuerzas a hacer algo, si encima lo haces en condiciones desfavorables pues gana más valor el hecho de que lo hagas). 

Y por la noche a la Biblioteka. Y algún insnsensato todavía preguntará: "¿A estudiar de noche, pero esto qué es?" No, alma cándida, no. Al pub que comenté en algún post al principio de este blog sobre Polonia en general y sobre Lodz en particular. Ese que tiene la maravillosa mezcla de gente bebiendo alcohol, libros decorando las estanterías de postureo que hay alrededor de las mesas y velas iluminando el centro de cada una (o de la mayoría). Me extraña que no haya habido todavía ningún incidente gordo.

Ese día en Biblioteka tocó cultura griega. ¿Por qué? Pues porque me añadí a un grupo de Erasmus griegos a conversar con ellos, hacer algún que otro juego y dialogar sobre variopintos temas filósoficos, religiosos, políticos e incluso abstractos. O eso o que no les entendía un carajo a algunos por el acento extraño que tenían. Aunque hay que decir que en general hablaban un inglés impecable la mayoría (muchísimo mejor que nosotros los españoles, expertos en spanglish).

Estuve de tranquis, me enseñaron un poco a jugar al backgammon, ese juego que aparentemente parece complejísimo y complicado pero que tiene una estructura muy sencilla y unas normas que se aprenden en seguida. Lo difícil es jugar tan rápido como juegan ellos, al menos los que me enseñaron a mi, que no me daba tiempo ni de sumar lo que habían dado los dados y ya estaban moviendo fichas. 

En fin, que fue un día productivo tanto en papeleo como en deporte e incluso intelectualmente, me aventuraría a afirmar. Así que de Erasmus también se saca uno partido a sí mismo. Se aprende continuamente, de todo tipo de personas, situaciones y lugares. El que no lo hace es porque no quiere. Tomen nota.

Seguiremos informando,

Powodzenia!

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