Mi primer día en Lodz

15 de Septiembre de 2015

Querido diario o, mejor dicho, querido/a lector/a:

Hoy, por fin de tanto esperar y de tantos quebraderos de cabeza (sobre todo con el papeleo y con mi madre por si no llevaba suficiente ropa de abrigo), ¡me voy de Erasmus! Aunque, siendo sinceros, no llegaré a Lodz hasta el 18, pero la aventura empeiza ya.

La verdad, pensaba que este día estaba más lejos de lo que realmente estaba pero, ahora que ha llegado, los nervios me pueden y un montón de dudas y preguntas inundan mi mente. En el fondo sé, que vistas con perspectiva, serán una tontería pero a día de hoy me bombardean continuamente: ¿Conseguiré coger el avión? ¿Lo perderé? ¿Conseguiré decirle al taxista a dónde quiero ir? ¿Me entenderán en la recepción de la residencia?

¡Espero que la respuesta a todas las preguntas sea que sí!

Bueno, hoy salí por la mañana de casa rumbo al aeropuerto después de haberme despedido de mi hermana -despedida nada emotiva- diciéndole que mi despedida era su regalo de cumpleaños, ¡la dejaba un año sola! Así que con mis padres me dirijí a coger el avión.

Una vez llegamos al aeropuerto y encontramos sitio para aparcar el coche nos dirijimos con mi maleta y con mi mochila -viendo mi equipaje nadie diría que me iba por un año- al control de seguridad donde me despedí de mis padres por lo que por un segundo pensé que serían dos minutos, puesto que no encontraba mi tarjeta de embarque (igual las lágrimas me impedían verla): Bien Sara, bien.

Una vez pasé el control de seguridad, busqué mi puerta de embarque y me puse a leer algo entretenido para olvidarme de la pena que sentía mientras esperaba el vuelo que me llevase a Madrid, primera parada en mi viaje hacia tierras polacas.

La verdad es que el vuelo se hizo bastante corto y como ya había ido muchas veces a Madrid tenía la sensación de que esta era una vez más y que, en unos días, volvería a casa como hacía siempre. Qué equivocada estaba.